La escena se rodó en noviembre de 2015, pero TMZ publicó el vídeo hace unos días. Para los que prefieran no verlo, muestra a un entrenador tratando de meter a un pastor alemán histérico en una corriente de aguas turbulentas y humeantes. Aunque los animales que “trabajan” en los rodajes están entrenados para obedecer, el perro resiste con todas sus fuerzas, clavando las uñas en el cemento, tratando de escapar. La siguiente escena muestra a dos entrenadores yendo a rescatar al perro que lucha por no ahogarse en el agua agitada después de la escena. PETA ha convocado un boicot a la película, que todavía no se ha estrenado en España y, probablemente, ya nunca lo hará.
El mismo miércoles, la productora responsable Amblin Entertainment le dijo a TMZ que Hércules, el nombre del pastor alemán, “no había sido obligado a rodar” y que el equipo “había esperado a que estuviera preparado” para acabar la escena. La explicación sería improbable en cualquier caso: todos los animales ruedan contra su voluntad. Pero resulta extremadamente implausible a la vista del vídeo filtrado, en el que resulta imposible creer que ese perro o ningún otro perro estaría dispuesto a participar.
La inhumana asociación que vela por los animales de rodaje
En el rodaje había un representante de la American Humane Association (AHA), la organización no gubernamental cuyo trabajo es monitorizar el trato que reciben los animales en las producciones cinematográficas y otorgar (o denegar) la etiqueta “Ningún animal resultó herido en el rodaje de esta película”. Como ya reportamos hace tres años, esta asociación es famosa por la cantidad de animales que mueren o desaparecen bajo su tutela. El 99,98% de las películas que se ruedan obtienen su sello de garantía. Esta también lo tuvo. AHA ha dicho que han cesado al representante en cuestión, pero no se ha publicado su nombre ni hay pruebas de su cese. La distribuidora de la película en EEUU es Universal.
Hércules es uno de los cinco perros que se han usado en la producción de A dogs purpose, todos “actores” de Birds & Animals Unlimited, una compañía especializada en animales de rodaje que, con antecedentes menos que deseables, es habitual en los créditos de Juego de Tronos y la saga de Harry Potter. Con todo, ha tenido mejor suerte que los cinco adorables cachorros que murieron hace unas semanas rodando Cachorros en la nieve o el husky de Bajo cero, dos producciones de Disney. O los que murieron durante la grabación de Marmaduke y Nuestro estúpido hermano.
Históricamente, todos los rodajes con animales tienen tendencia a matar a sus “trabajadores”. La serie Lucky con Dustin Hoffman (HBO) fue cancelada cuando TMZ y PETA difundieron fotos de los caballos muertos. Su otro protagonista, Real Awesome Jet, había sufrido tantos golpes en la cabeza que tuvieron que sacrificarlo.
La mayor parte de estas muertes innecesarias pasan desapercibidas. La única manera de asegurarse de que vamos a ver películas donde no se mata o tortura animales es ir a ver películas donde no salen animales. Obligar a un animal a saltar a una piscina de aguas revueltas es difícil y requiere entrenamientos a menudo repugnantes. En sus explicaciones, Amblin Entertainment ha dicho que Hercules “estuvo entrenando durante varios días para asegurarse de que estaba cómodo con todas las escenas peligrosas”. Pero obligar a un animal a actuar frente a las cámaras requiere los mismos métodos y la cifra de muertos por película es demasiado obscena para sacar otras conclusiones. En la era de los gráficos computerizados, el uso de animales en rodajes debería estar completamente erradicado. Pero, de momento, es más barato matar animales que contratar un equipo lo bastante bueno para reproducirlos de manera realista.