Marruecos gana. Y no gana porque haya jugado mejor sus cartas, canta victoria porque el gobierno español ha tirado la partida por la borda. El Teatro Cervantes de Tánger será marroquí. Hasta ahora, el edificio había estado abandonado -y apuntalado- debido a su nefasto estado de conservación. Tal y como cuenta hoy el diario El Mundo, España ha alcanzado un acuerdo con el ejecutivo de Abdelilah Benkerán, el primer ministro de Marruecos, para ceder el espacio a cambio de que estos se comprometan a restaurarlo y a darle uso.
Hace dos años, en 2013, el Teatro Cervantes del país vecino celebró su centenario. Como ya contó este diario, poco pareció importarle a gobernantes e instituciones su paulatino deterioro. Lejos queda el tiempo en el que fue el teatro más grande del norte de África, con capacidad para albergar hasta a 1.400 personas. Aun a pesar de su mal estado de conservación, el Teatro era un punto de reunión para mujeres, hombres y niños, donde fumar un cigarro o ver pasar la tarde.
Su inauguración data de 1913. Contaba eldiario.es hace dos años que en su interior se apilaban butacas donde debía estar el escenario, los palcos ajados y semiderruidos se imponían sobre el horizonte y que en lugar de techo había un gran agujero central por el que pasaba el sol y la lluvia. Pero no todo fue siempre ruina en el Teatro Cervantes. En 1928 fue adquirido por el gobierno de Miguel Primo de Rivera, y en él actuaron Ricardo Calvo o Margarita Xirgu. 22 años después se subirían a la palestra Antonio Molina, José Luis Ozores o Juanito Valderrama, y el Cervantes de Tánger viviría sus años dorados hasta los 80.
Condenado al ostracismo
Sería en 1993 que el Teatro Cervantes de Tánger albergaría su última función: un exposición fotográfica. Según El Mundo, en 2006 se firmó un convenio entre España y Marruecos para destinarlo a usos culturales, un acuerdo que nunca se llevó a la práctica. Fuentes consultadas por ese diario aseguran que “el Gobierno español negocia una cesión de la propiedad a Marruecos con una serie de condiciones, que tendría carácter de acuerdo internacional”.
El informe entre España y Marruecos del que se hace eco el diario afirma que las negociaciones están “muy avanzadas” y que el país vecino se compromete a la “restauración, equipamiento y gestión del futuro centro cultural polivalente, ya nunca más únicamente sala de teatro”. En 2010, y siempre la versión de El Mundo, se calculó que la restauración del edificio oscilaría “entre los tres y los cinco millones de euros”. Esas mismas fuentes confesaron al diario que “España no puede invertir esa cantidad en un teatro fuera de su territorio en el que luego no se podría ofrecer una programación acorde”.
Aunque en el año 2007 el gobierno español destinó una partida de 94.134 euros para su reconstrucción y posterior acondicionamiento, lo cierto es que el Teatro Cervantes apenas notó la inyección económica. Un parche insuficiente teniendo en cuenta que las estimaciones para su restauración eran de millones de euros, no de miles. La sala, que vio en el pasado la representación del Othelo de Shakespeare, lleva apuntalada algo más de cinco años. No han sido pocas las iniciativas que han intentado devolver a la vida a base de reformas el Cervantes de Tánger. 'Sostener lo que se cae' quizá haya sido el proyecto más incisivo, aunque sin éxito.
“Somos un grupo de gente relacionada con Tánger. Nos interesa especialmente el arte y creemos que la sociedad marroquí en este momento, especialmente la juventud necesita ser dotada de espacios que funcionen como catalizadores de todo el potencial creativo”, cuenta la asociación en su Facebook. Al echar un vistazo por su timeline, la asociación parece que hace tiempo que dejó la idea colaborativa a un lado. Ahora promocionan conciertos y charlas.