“Su poesía reflexiona sobre la belleza del presente, busca el misterio en la vida cotidiana”. El narrador Juan Carlos Méndez Guédez define así la obra de Rafael Cadenas, ganador del Premio Cervantes 2022. Un hombre que conoce muy bien al galardonado ya que, además de compartir ciudad natal en Venezuela, Barquisimeto, fue su alumno en la Universidad Central del país. “Esta tarde he llorado mucho”, reconoce a este periódico con todavía la voz entre cortada por la emoción.
“Este año, curiosamente, no se esperaba que se lo dieran a él”, ha indicado reivindicando el acierto del jurado al haberle seleccionado: “Es uno de los grandes poetas del idioma y del mundo contemporáneo”. Además, alaba la figura del también ensayista de 92 años por ser un “héroe civil por su escritura, su comportamiento ético y su civismo”. Pese a ser contrario al régimen de Nicolás Maduro, continúa residiendo allí. “Vive al margen de la cultura oficial”, lamenta sobre su situación, “en Venezuela, o comulgas con el poder o jamás formarás parte de una delegación oficial ni recibirás una ayuda”.
Mientras tanto, Méndez alaba que continúe “escribiendo y opinando sobre la necesidad de la democracia y la libertad”. Su vida estuvo ligada a la política desde temprana edad. “Comenzó a militar en el partido comunista muy joven”, explica a elDiario.es la periodista cultural Michelle Roche. La dictadura de Marcos Pérez Jiménez, lo que provocó que se exiliara a Trinidad.
“A su regreso publicó varios poemas que se convirtieron en su sello”, indica. Uno de ellos fue Derrota, que reza en una de sus estrofas: “Yo que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada / que no podré formar nunca un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida / que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo / que tengo vergüenza por actos que no he cometido”. “Sus versos han sido usados 40 años después en las marchas en Venezuela contra Chávez y luego Maduro”, comenta, “nunca escondió sus antipatías contra el chavismo. Lo consideró como un movimiento de autoritarismo que fue erosionando las libertades democráticas del país”.
“En sus últimos años está teniendo una actitud muy valiente viviendo como vive en Caracas en defensa de la dignidad del lenguaje”, señala a este medio el escritor Ernesto Pérez Zuñiga, que incide en la relevancia que da Cadenas a “escribir bien y con exactitud”. Según indica, el poeta sostiene que “usar la palabra poética tiene que ver con la estimación del ser humano y eso lo ha ejercido de manera ejemplar”.
“El régimen bolivariano chavista es muy burdo con el lenguaje y, por contra, él siempre lo ha usado como una reivindicación del respeto de valores que como el respeto al otro y el discernimiento que tiene que ver con la búsqueda de la sabiduría”. Para Roche, que no haya salido del país contrasta con la “diáspora de escritores” que se ha producido y en la que ella misma se incluye. “Los que permanecen y no están con el gobierno se sienten exiliados de su propio país”, lamenta.
El poeta del silencio
Méndez recuerda las clases del premiado con cariño y nostalgia. “Eran muy silenciosas y pausadas, como él. De una gran lucidez y muy preparadas”, dice, “en su poesía y en su vida cultiva que el 'yo' es algo que puede estorbar en nuestro contacto con la realidad, las emociones y al empatía”. Algo que, por la forma en la que describe su carácter como docente, también dejaba patente en el aula. “En la universidad era muy querido”, afirma. El narrador comenta que volvió a coincidir con él en un evento hace unos años en el que tuvo que ayudarle a subir el escenario. “Fue tan emocionante darle el brazo para que llegara al micrófono... Un momento de reconciliación con la vida”, evoca.
Roche tuvo la oportunidad de estar con él varios años antes, en 2009, después de que se le concediera el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. La periodista consiguió contactar con él. Su reacción fue toda una sorpresa. Le pidió que le enviara las preguntas que iba a hacerle por correo electrónico y le citó en el parque infantil que había delante de su casa. En su encuentro, Cadenas “había respondido las cuestiones a mano en un folio”. Sin embargo, no se las entregó. “Solo las comentamos, no me dejó llevármelas”, declara, “se toma muchísimo tiempo para responder y hablar. Lo llaman el poeta del silencio. Era difícil sacarle cosas”. Él mismo le reconoció que en parte se debía a que “la palabra le da mucho trabajo y siente mucha ansiedad”.
Beatriz Rodríguez es la directora del festival Poemad en el que participó Cadenas en su última visita a Madrid en 2014. La igualmente editora de Musa a las 9 recuerda cómo entonces apostaron que “algún día Cadenas sería Premio Cervantes”. “Llevábamos deseándolo mucho tiempo”, asegura a este periódico, “cuando ves a alguien que es un grande y un poeta con todas las mayúsculas, tienes esa intuición. Este premio es muy importante por él y por todo lo que representa para la literatura venezolana”.
Una poesía que desdibuja el yo
Sobre el estilo del galardonado, Pérez Zuñiga describe que “lleva muchos años haciendo un viaje desde una poesía mucho más tupida de imágenes a una con una desnudez muy fuerte de lenguaje, que está relacionado con un proceso de indagación en la profundidad del ser humano”. “Su manera de ver la poesía se vincula con el tener una mayor claridad sobre la realidad y expresarla de una manera exacta”, apostilla. Su alumno se sitúa en la misma línea; y aprovecha para destacar “la humildad con la que su poesía se ha despojando” de ese 'yo'.
Roche apunta la importancia de su forma de escribir por cómo “en una época en la que todo son estridencias, todo viene mediado por las redes sociales y el estilo de vida que llevamos; un hombre como Cadenas se ha ido borrando detrás de su palabra. Me parece hasta un gesto heroico”. La periodista afirma que su forma de ser le ha llevado a ser “muy cercano a la gente”. A su vez, su amplia trayectoria como docente le han llevado a ser “profesor de tres y cuatro generaciones de escritores venezolanos”. Como venezolano, declara sobre el galardón: “Nos enorgullece porque lo sentimos nuestro. Son fuegos artificiales”.