Cristina Lladó
Madrid, 22 nov (EFE).- Raphael presenta un nuevo disco, “Ayer...Aún”, un recopilatorio de grandes canciones francesas de los años 60 y 70 del siglo pasado, “por la pura gozada de cantarlas”, y en el que se saca la espina de cantar “a dúo” y en francés con la gran Edith Piaf.
El disco, que reconoce que “ha sido un gran honor” grabar, es un homenaje a la “chason” francesa y a los intérpretes de la música que escuchaba en sus inicios, cuando no era más que “españolito de a pie que se presentaba en la radio y cantaba estas canciones francesas y también españolas de Quintero, León y Quiroga”, recuerda en conversación con EFE.
Y ahora, muchos años después, dice que la decisión de grabar este disco es “por la pura gozada de cantarlas, por que a mí no me hace falta para nada hacer esto, pero para mí es un honor hacerlo”.
Es, como le dijo una vez el cantante francés Charles Aznavour, “estar en el grupo, en el grupo que estamos, que somos y se refería, pues eso, a Juliette Greco, Edith Piaf, Jacques Brel, a todo cantantes entre los cuales él me metía”, dice con orgullo.
También por sacarse la espina de no haber cantado nunca con Edith Piaf, con quien tenía previsto actuar en las Fallas de Valencia en 1960 y finalmente la francesa no pudo acudir y fue sustituida en el cartel por Juliette Gréco.
Cuando unos años más tarde, Raphael actuó por primera vez en el Teatro Olympia de París, la Piaf ya había muerto “y no pudo ser”.
Por eso, preparando este disco se dijo “pues voy a cantar con Piaff, porque como no llegué nunca a hacerlo en persona, lo voy a hacer ahora, voy a cantar con Piaf y va a ser el único dueto del disco” y la única canción en francés.
Y así fue: Raphael y Piaf cantan “a duo” el gran himno de la francesa, “Je ne regrette rien”, una canción llena de “erres” sonoras, que al de Linares no le intimidaban en lo más mínimo porque, como asegura, le salen “bastante bien las erres”.
La decisión de cantar sólo esta canción en francés y todas las demás del disco en su versión en español, se debe simplemente a que Piaf nunca la cantó en español, así que “no había más remedio, ya ha sido muy emotivo, muy emotivo”, dice.
El disco incluye 13 canciones de los más grandes, Charles Aznavour, Gilbert Bécaud, Jacques Brel y varias otras canciones míticas de Piaf, como la Vie en rose, Bajo el cielo de París y Padam Padam, la favorita de Raphael, la que se sorpende cantando o tarareando a lo largo del día “por que es el latido del corazón”.
Raphael, que ya lleva 86 discos publicados no le parece descabellado llegar a los 100, “pourquoi pas?”, replica antes de recordar que “hubo una época muy larga que hacía mínimo dos discos al año; siempre había mi disco normal, de canciones normales, y luego los discos extra, de tangos, rancheras, sinfónico…” y ahora este homenaje a la canción francesa.
Una cosa tiene clara, que no se va a retirar nunca, ni va a hacer nunca una gira de despedida, “por que no la puedo hacer, me moriría de pena y de tristeza”.
“Creo que el público entiende perfectamente que yo no quiera retirarme. Me retirarán si estoy mal, si estoy enfermo, pero yo no puedo. Estaría todo el día llorando”, dice.
De hecho, su agenda para los próximos días es bastante ajetreada; de la promoción de “Ayer...Aún”, Raphael viaja a Linares, su pueblo, para grabar una nueva versión de su mítico villancico “El Tamborilero”, solo que esta vez con todo el pueblo haciéndole los coros y cantando con él.
De ahí se va a Jaén, donde la universidad le va a investir Doctor Honorias Causa, un reconocimiento que es “un honor muy grande” porque es un reconocimiento en su tierra y “no es un disco de oro, es un Honoris Causa”, dice con ilusión.