Al preguntar cómo surgió el último álbum de Revólver, “Babilonia”, publicado esta semana, el músico Carlos Goñi explica que se levantó una mañana y decidió cambiar su vida “radicalmente, relaciones personales y profesionales, de la noche a la mañana: un giro de 180 grados”.
En una entrevista con Efe, el líder de esta banda valenciana destaca que, tras casi cuatro años sin lanzar nuevo material, ha creado diez nuevas canciones de componente “más social” que sus anteriores álbumes.
Goñi (Madrid, 1961) cuanta que nombró al álbum como a la antigua ciudad de Mesopotamia porque “Babilonia era la puta de Oriente”, pues cualquiera podía “adueñarse de sus riquezas” y someter a la población a “recortes de privilegios descomunales” y, un día, viendo el telediario, se percató de que nuestra sociedad, “esta cosa donde vivimos”, parecía Babilonia.
El artista compone sobre aquello que le “pega de lleno”, pero no considera que una canción pueda “cambiar el mundo”, sino “hacerlo más soportable”, porque asegura ser simplemente “un entretenedor” que intenta que la vida de la gente “sea más agradable” gracias a su música.
Añade que siempre ha querido transmitir, tanto en “Babilonia” como en todas sus composiciones, que “uno no puede dejar que se le quede cara de niebla toda la vida”, porque “por encima de las nubes está el sol”.
Para él, no hay un “tiempo pasado mejor” a pesar de la pobreza o el precario mercado laboral, porque “vivimos con más calidad de vida que nunca”.
En su opinión, lo que el país vivió hace siete años no fue una burbuja inmobiliaria, sino “una hipnosis colectiva”, pues íbamos “en el furgón de cola” y no “en la locomotora principal”, y hoy estamos pagando las consecuencias.
Contrarresta la adversidad con un “optimismo radical” que está en su “manera de ver la vida”, afirma, y mantiene que uno debe “ponerse en pie” y “comerse el mundo aunque parezca que todo se está cayendo a pedazos”.
“Babilonia” ha sido compuesto durante la gira de la banda. “No tiene nada que ver el hecho de estar de gira, terminar, meterte en tu casa tranquilamente a escribir y tomar distancia y perspectiva de las cosas, a escribir con la inmediatez de que las cosas te acaban de pasar”, ha comentado el cantante.
Revólver se formó en 1989 con un disco homónimo, aunque fue su trabajo “Básico” (1993), grabación de un concierto acústico, el que convirtió a la banda en una de las de referencia de entonces en el panorama musical.
Tras veinticinco años sobre los escenarios, Goñi quiere “empezar de nuevo”, no sin cierta “sensación de vértigo”, aunque sus cambios personales y profesionales le han otorgado “una visión distinta de las cosas”, algo que explica en una de las canciones de su álbum, llamada precisamente “Mi revolución”.
A pesar de vivir su propia renovación, el compositor cree que una revolución colectiva sólo sería posible si estuviera precedida de una individual.
“Puede llegar un líder y gritar su discurso, pero si no lo has sentido tú primero, no dejamos de ser siempre la misma historia, un grupo de ovejas a las que cualquiera lleva de prado en prado”, dice.
Con catorce álbumes de estudio a la espalda, el cantante y guitarrista siente que ha encontrado “libertad creativa absoluta” en la formación con la que “más a gusto” toca, esto es, junto a Manuel Bagües en el bajo y Julián Nemesio en la batería.
“La guitarra, el bajo y la batería suenan gigantes”, confiesa Goñi, que se siente satisfecho con la manera en la que “las letras llegan con una profundidad y con una claridad como nunca han llegado” gracias a su formación de trío.
La gira con la que Revolver presentará “Babilonia” comenzará el 13 de marzo en el Teatro Barts de Barcelona y ofrecerán conciertos en toda España y también en América hasta noviembre, momento en el que la banda “parará algo de tiempo”.
Por Amanda Briones