Sadrac González-Perellón vuelve a Sitges con el universo de “Asombrosa Elisa”

Sitges (Barcelona), 10 oct (EFE).- Cinco años después de presentar “Black Hollow Cage” en el Festival de Sitges, el madrileño Sadrac González-Perellón ha vuelto para dar a conocer el particular universo de su “Asombrosa Elisa”, tres historias en una, en las que trata sobre cuestiones como la venganza o los traumas infantiles.

Como ya ocurría con su anterior cinta, con la que ganó el gran premio del jurado en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bucheon, en Corea del Sur, en esta ocasión una de las protagonistas es una niña, Elisa, a la que da vida la joven Jana San Antonio, quien cree tener los mismos poderes que la superheroína protagonista de su novela gráfica favorita (Blanca Valletbó).

Con estos poderes, intenta convencer a su padre (Ivan Massagué) para que vengue la muerte de su madre en accidente, en el que tuvieron mucho que mucho que ver Héctor (Asier Etxeandia), un famoso pintor, y su esposa Úrsula (Silvia Abascal), que se mueve en silla de ruedas.

Rodado en Barcelona, cooproducido por La Charito Films, se trata de un drama fantástico, en el que también hay un perro, pero a diferencia de en “Black Hollow Cage”, aquí “los personajes para intentar superar sus conflictos lo tienen que hacer de manera realista, sin medios sobrenaturales como en aquella”.

González-Perellón ha dicho en rueda de prensa que le encanta implicar al espectador en sus historias y jugar con él, “con un punto de confusión” que le gusta mucho, con personajes que se entrelazan entre ellos y escenas que el espectador conoce cuando ya están empezadas.

Respecto al hecho de que haya en sus propuestas cinematográficas la ausencia del personaje de la madre, el director ha desvelado: “nunca he conocido a mi padre, me criaron mi madre y mi abuela”. Y en las películas, añade, “mato a la madre para que se quede el padre y así me imagino cómo los padres hacen las cosas”.

Jana San Antonio ha dicho sentirse “muy cómoda” trabajando acompañada por actores muy reconocidos, que contribuyeron a que pudiera empatizar con el personaje de Elisa, mientras que Asier Etxeandia (“Dolor y gloria”, “Velvet”), y Silvia Abascal (“El lobo”, “La Catedral del Mar”), han coincidido en resaltar el “personal sello” que imprime Sadrac González-Perellón en todas sus historias.

Para Etxeandia, tiene “un mundo y un lenguaje propios, que crean un valor en la película”, algo que siempre busca, lugares que “no sabes muy bien cómo definir”. Además, explica, “con un trabajo muy diferente a lo que he hecho antes, con un personaje que es lo contrario a lo que yo soy, con ese dolor”.

Tampoco ha dejado pasar que ha sido muy feliz al lado de Abascal y con Massagué, porque, dice, “teníamos algo potente que crear juntos, algo que me atraía mucho”.

A su juicio, Sadrac les ha planteado las escenas “más perturbadoras” que ha podido encontrarse en cine, mientras que Silvia Abascal ha apuntado lo que sintió leyendo el guión: “sentí que me ponía mucho, que me retaba, porque en teatro sí he tratado las oscuridades pero en cine no me suelen ofrecer estos personajes”, ha asegurado.

A su juicio, Úrsula es “un animal herido, una olla a presión, llena de deseo hacia el hombre que representa Asier”. “Cuando un actor no me pone, yo correcta y monosílabo -ha bromeado- pero con Asier tengo mucho por hablar”, a lo que el aludido ha respondido riendo con un “que buen gusto tienes, cariño”.

Ambos han resaltado que les han tocado “secuencias muy complejas” y se han “tirado al agua”, disfrutándolo.