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Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.

'Gigantes', vuelve el thriller español más sorprendente con Urbizu y Coronado

Los Guerrero haciéndose con el control del narcotráfico en Madrid

Belén Gómez

Enrique Urbizu es, por derecho propio, uno de los realizadores que más ha hecho por el thriller español contemporáneo, con perdón de Daniel Monzón, Alberto Rodríguez y -ahora también-, Rodrigo Sorogoyen. Y parte de la responsabilidad de tal cargo se debe a su idilio con Jose Coronado, uno de esos felices encuentros artísticos que marcan hitos de la cinematografía de un país entero.

Todo empezó en 2002 con La Caja 507, un thriller en el que el director de un banco interpretado por Antonio Resines -antiguo actor fetiche del realizador en películas como Todo por la pasta o Tu novia está loca-, se las veía con un expolicía al que daba vida Coronado. Desde entonces, el actor madrileño ha interpretado en manos del realizador algunos de los mejores papeles de su carrera, como el perturbador hermano del protagonista de La vida mancha o el eterno Santos Trinidad de No habrá paz para los malvados.

Ahora, a ambos se suma el realizador de probado oficio Jorge Dorado -que sorprendió a más de uno con Mindscape-. Juntos forman el equipo que encabeza Gigantes, una de las más esperadas series originales de Movistar+ que se estrena, completa, el viernes 5 de octubre.

Crimen sin medias tintas

Esta vez Jose Coronado interpreta a Abraham Guerrero, un hombre cruel y ambicioso que parece el reflejo deformado del papel que le granjeó el Goya en 2011. Tras quedarse viudo y a cargo de sus tres hijos varones -Daniel, Tomás y Clemente-, dedicó su vida a dos cometidos: hacerse con el narcotráfico de Madrid aplastando a quien se pusiese en su camino, e inculcar discutibles valores morales para que sus vástagos le relevasen y consiguiesen controlar la entrada de droga a Europa.

Gigantes es la historia de una saga familiar manchada de sangre y corrupción. La historia de Abraham, pero también de su legado: tres hermanos para los que la familia es lo primero y lo primero es el poder. Constantemente enfrentados a sus contradicciones y a sus esperanzas.

Daniel -a quien da vida un impetuoso Isak Férriz-, es el mayor de los hermanos. Tiene sus propios planes en el negocio del narcotráfico y lidia constantemente con una ambición desmedida que le lleva a hacer daño a quien se acerca a él. Tomás - interpretado por Daniel Grao-, es el más inteligente de los Guerrero, pero su lealtad con la familia que le ha otorgado el dinero y la posición que ostenta parece estar enfrentada a la que le profesa a su mujer y su hija. Y Clemente, el menor de los hermanos, es el único que no lidia con la ambición ni el poder, sino con una lucha interna que le empuja a querer huir del ambiente criminal para llevar una vida normal y corriente.

Urbizu y Dorado manejan excelentemente los códigos del drama familiar, pero los contraponen a las formas propias del cine de acción más seco y brusco. Por eso, el tono que consiguen en Gigantes transita entre la estética de la gran Roma Criminal, la brusquedad de lenguaje de Narcos, pasando por los ribetes shakesperianos de Trust.

Todo, eso sí, con una factura imponente que ya viene siendo marca de la casa de las producciones originales de Movistar+. Una puesta en escena que sabe perfectamente cómo combinar lo sucio y bronco, con momentos de verdadera poesía visual.

Gigantes recoge el guante del mejor estilo del thriller español actual, de La isla mínima a Cien años de perdón, y lo somete a una estructura episódica que engancha sin perder calado ni garra.

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