'Animado presidente', así es el Donald Trump más surrealista

De un tiempo a esta parte, la televisión norteamericana y -de forma irremediable por su influencia el audiovisual global-, se ha llenado de Donald Trump. John Oliver habla de él casi en cada episodio de su show Last Week Tonight, como lo hace Bill Maher en su programa. Trevor Noah deja en evidencia constantemente la política exterior del presidente en su The Daily Show.

De sus campañas se han burlado David Cross y Jimmy Kimmel y realizadores como Michael Moore o Anthony Baxter han realizado documentales sobre su ascenso al poder. Incluso Johnny Depp realizó un mediometraje tan cargado de inquina como The Art of Deal: The Movie. Ni siquiera se libra de los dardos de la genial Diane en The Good Fight.

Sin embargo parece que Stephen Colbert, guionista y presentador del late night de la CBS, uno más vistos de la televisión estadounidense, ha decidido que es el momento de que Trump se defienda de tanto comentario mordaz. ¿Cómo? Produciendo una serie de animación que le parodia en su día a día con un humor irreverente y absolutamente surrealista. Ahora Movistar + estrena la serie en nuestro país, comedia de animación para adultos que pretende unir la sonrisa sarcástica con la crítica política tenaz y urgente.

Make Comedy Great Again

Make Comedy Great Again“¿Por qué esta serie se titula Animado presidente? Nadie lo sabe, pero me gusta pensar que es porque estamos juntos en esto, amigos. Cada uno de vosotros votó por mí. Y aquellos que no lo hicieron sienten un poquito de curiosidad. Y esto será mucho mejor de lo que podéis imaginar. Algunos de ellos tienen miedo de que esta serie pueda humanizarme. Demasiado tarde, amigos. Tras mi reciente chequeo, el doctor Ronnie me aseguró que soy un ser humano. Y no existe cura para eso”.

Stephen Colbert se ha rodeado de gente conocida como R.J. Fried y Matt Lappin –guionistas en su programa-, para crear una serie que humaniza a Trump mediante la caricatura. Parodia directa y nada sutil que nos muestra cómo podría funcionar una mente megalómana a la par que infantil si fuese presidente de una de las naciones más poderosas del mundo. Y cómo sus manías, estupideces y ocurrencias se contagiarían en todo aquel que entra en el Despacho Oval o trabaja en la Casa Blanca.

Partiendo de tono de los sketches que Colbert ya realizaba en su programa, la caricatura que construye Animado presidente nos muestra una política norteamericana enloquecida en la que el ambiente disparatado plantea como probables iniciativas como nombrar a Melania como el nuevo pájaro nacional. Plausibles locuras que nos acercan al estado de alerta y desconfianza de gran parte del pueblo norteamericano.

Todo, animado con la sencillez del trazo de Steve Conner que infantiliza a sus personajes a la vez que les hace simpáticos, y la dirección de Mack Williams, realizador que viene de trabajar en Archer, otra comedia absolutamente irreverente y genial.

Pero no solo de los chistes vive Animado presidente: su sátira política y comentario social lo sitúan más allá de ser un reflejo deformado del polémico Fuego y furia de Michael Wolff.

Sin la necesidad de andarle a la zaga a la actualidad, Animado presidente reserva también dardos para quienes rodean al presidente por arribismo, y quienes le atacan refugiados en la inacción. Todo, con el objetivo de hacer reír a través de la reflexión, sin que nos olvidemos del circo en el que hemos convertido la política internacional.

Animado presidente está disponible bajo demanda en Movistar+ desde el 4 de julio.

De un tiempo a esta parte, la televisión norteamericana y -de forma irremediable por su influencia el audiovisual global-, se ha llenado de Donald Trump. John Oliver habla de él casi en cada episodio de su show Last Week Tonight, como lo hace Bill Maher en su programa. Trevor Noah deja en evidencia constantemente la política exterior del presidente en su The Daily Show.

De sus campañas se han burlado David Cross y Jimmy Kimmel y realizadores como Michael Moore o Anthony Baxter han realizado documentales sobre su ascenso al poder. Incluso Johnny Depp realizó un mediometraje tan cargado de inquina como The Art of Deal: The Movie. Ni siquiera se libra de los dardos de la genial Diane en The Good Fight.