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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Esa muerte no me la esperaba

Las series estadounidenses están a punto de cerrar una temporada donde la muerte ha estado muy presente. Matar a un personaje principal es uno de los trucos más viejos para dejar a los espectadores expectantes -y ahora el recurso más efectivo para que se hable de la serie en las redes sociales- pero parece que Juego de Tronos ha creado escuela. Nunca te encariñes demasiado de un personaje y no des nunca (¡nunca!) por segura su permanencia hasta el final. En cualquier momento estarás montando un grupo de duelo con otros fans desconsolados.

El curso seriéfilo 2013- 2014 comenzó fuerte con Homeland y no ha bajado el ritmo.

The Good Wife. Las mentes pensantes han echado el resto en la quinta temporada. Avisaron de que la historia no le iba a dar un respiro a los fans desde el primer capítulo, con la guerra abierta entre Alicia y su antiguo bufete, pero consiguieron que no se filtrase que Josh Charles había pactado su salida de la serie hace más de un año. Los guionistas decidieron no andarse con medias tintas, como dirían en Breaking Bad, y mataron a Will Gardner en una escena tan inesperada como impactante. Fue tal el revuelo que se armó que Robert y Michelle King, creadores de la serie, escribieron una carta a los fans dando explicaciones.

House of Cards. Si tu apellido no es Underwood tienes todas las de perder en la serie protagonizada por Kevin Spacey. En la primera temporada, Peter Russo fue asesinado por Francis Underwood cuando dejó de ser útil para sus aspiraciones políticas. En el arranque de la segunda, Zoe pagó con un empujón a las vías del metro sus amenazas de tirar de la manta y Doug Stamper se fue muriendo poco a poco por entregarse incondicionalmente a su jefe. Alcohólico rehabilitado, especialista en solucionar problemas y sufrir en silencio, murió a pedradas en un bosque en el mismo instante que Francis culminaba su jugada maestra para convertirse en el nuevo presidente de Estados Unidos. Las consecuencias se verán en la tercera temporada.

Scandal es el cliffhanger hecho serie, la que quema tramas como si no hubiera un mañana. En tres temporadas ha tenido atentados, asesinatos a sangre fría, conspiraciones, fraudes electorales y las idas y venidas del romance entre Olivia y Fitz. Aun así, la muerte de James Novak fue un golpe inesperado. Era uno de los más personajes más queridos, siempre dispuesto a airear los trapos sucios, y ha hecho que Scandal se quede sin su mejor pareja y sea todavía más difícil saber dónde ha colocado el listón de su locura narrativa.

Cómo conocí a vuestra madre. La muerte ocurrida en el tramo final es una traición que muchos fans nunca perdonarán. Llevaban desde 2005 esperando conocer a la futura mujer de Ted, se encariñaron con ella en apenas 20 capítulos y tuvieron que asimilar poco antes del final que Ted había comenzado la serie viudo y que Tracy efectivamente era el Mcguffin de la serie. ¿Un final demasiado cruel para cerrar nueve años de comedia?

Las series estadounidenses están a punto de cerrar una temporada donde la muerte ha estado muy presente. Matar a un personaje principal es uno de los trucos más viejos para dejar a los espectadores expectantes -y ahora el recurso más efectivo para que se hable de la serie en las redes sociales- pero parece que Juego de Tronos ha creado escuela. Nunca te encariñes demasiado de un personaje y no des nunca (¡nunca!) por segura su permanencia hasta el final. En cualquier momento estarás montando un grupo de duelo con otros fans desconsolados.

El curso seriéfilo 2013- 2014 comenzó fuerte con Homeland y no ha bajado el ritmo.