Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.
'Penny Dreadful' reabre su museo de los horrores
A las series del nuevo siglo, o de la tercera edad de oro televisiva si queremos echar mano de la etiqueta, les ha costado atreverse con el horror como género narrativo. Muchas de las mejores series de los últimos años han tenido como protagonistas a monstruos, pero de carne y hueso, del tipo de profesor de instituto que se convierte en traficante de droga o del eficiente forense del departamento de Miami que por la noche se transformaba en asesino en serie. Algunos de ellos han recibido el título de antihéroe, para constatar que los héroes no están de moda, o explorar hasta qué punto la audiencia puede empatizar con alguien que podría ser ese vecino que siempre saludaba por las mañanas.
Todo empezó a cambiar, o se puede fijar un antes y un después, cuando Ryan Murphy alumbró American Horror Story American Horror Story(Fox). De paso también puso de moda las series antología y con el esquema de una historia por temporada nos ha estado proponiendo durante cinco temporadas cinco escenarios del horror. Poco después llegó Hannibal (AXN) y las novelas de Thomas Harris encontraron una nueva vida (televisiva) llena de escenas perturbadoras que juegan con los sentidos del espectador de la misma manera que lo hace el doctor Hannibal Lecter con sus víctimas.
El año pasado la cadena Showtime quiso ir un más paso más y viajó hasta las raíces literarias del género. Entre los bajos fondos del Londres victoriano y las mansiones de la alta sociedad, la serie Penny Dreadful les encomendaba a Vanessa Ives, al célebre aventurero Sir Malcom Murray, al pistolero americano Chandler y al mismísimo Victor Frankenstein el rescate de la joven Mina, secuestrada por una horda de vampiros que ha empezado a colonizar los rincones más oscuros de la capital británica. Por el camino se fueron incorporando a la trama Dorian Gray, la criatura de Frankenstein y otros cuantos personajes que estrechaban más todavía más la relación de Penny Dreadful con las fuentes literarias que toma como inspiración.
Los que hayan visto la primera temporada ya saben que Mina era solo el comienzo de la misión de los protagonistas de salvar el alma de Vanessa, un personaje tan fascinante como torturado. Sin rodeos, la segunda temporada (disponible en Movistar Series a partir del 4 de mayo) arranca inmediatamente después de los acontecimientos que cerraron la primera e introduce al espectador en una nueva fase de la historia con más terror y nuevos desafíos para un grupo de protagonistas que han pasado de ser los cazadores a convertirse en las presas.
La trama de Vanessa sigue siendo el corazón de la serie, es el homenaje al horror gótico que hace Penny Dreadful, pero también los toques dickensianos que le da a la historia los esfuerzos de la criatura de Frankenstein por encontrar su lugar en el mundo en el Londres que retrataba el escritor en sus novelas.
Lo que no cambia en Penny Dreadful es el espectacular diseño de producción, que fue reconocido hace unos días en los BAFTA técnicos junto con los galardones de mejor BSO, que firma Abel Korzeniowski, maquillaje y peluquería. El museo del horror de Penny Dreadful vuelve a abrir sus puertas.
A las series del nuevo siglo, o de la tercera edad de oro televisiva si queremos echar mano de la etiqueta, les ha costado atreverse con el horror como género narrativo. Muchas de las mejores series de los últimos años han tenido como protagonistas a monstruos, pero de carne y hueso, del tipo de profesor de instituto que se convierte en traficante de droga o del eficiente forense del departamento de Miami que por la noche se transformaba en asesino en serie. Algunos de ellos han recibido el título de antihéroe, para constatar que los héroes no están de moda, o explorar hasta qué punto la audiencia puede empatizar con alguien que podría ser ese vecino que siempre saludaba por las mañanas.
Todo empezó a cambiar, o se puede fijar un antes y un después, cuando Ryan Murphy alumbró American Horror Story American Horror Story(Fox). De paso también puso de moda las series antología y con el esquema de una historia por temporada nos ha estado proponiendo durante cinco temporadas cinco escenarios del horror. Poco después llegó Hannibal (AXN) y las novelas de Thomas Harris encontraron una nueva vida (televisiva) llena de escenas perturbadoras que juegan con los sentidos del espectador de la misma manera que lo hace el doctor Hannibal Lecter con sus víctimas.