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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Salva a JFK, ¿salva el mundo?

Los relatos de Stephen King siguen siendo una mina para el cine y la televisión. Solo por las veces que sus creaciones han saltado a la pequeña pantalla, el autor estadounidense es casi un género por derecho propio aunque hay reconocer que muchas veces no ha podido presumir de afortunado. Conocido sobre todo por sus relatos de terror, la última de sus obras que se ha sido convertida en serie de televisión es curiosamente un relato que deja de lado el miedo y juega a cambiar el futuro.

22/11/63 arranca con viaje en el tiempo para evitar el asesinato de JFK y sus primeros capítulos dejan la impresión de que ha sido capaz de sacudirse esa falta de excelencia que caracteriza a otras adaptaciones de Stephen King, un autor de reconocida seriefilia, y hasta invitado de lujo en ficciones como Hijos de la anarquía.

En 22/11/63, miniserie que llega a Fox el miércoles, Jake Epping (James Franco) es un profesor de secundaria del presente que se convierte en un viajero en el tiempo para prevenir el asesinato de John Fitzgerald Kennedy en Dallas el 22 de noviembre de 1963. Epping hereda la tarea de uno de los hombres que mejor le conoce y que mejor comprende sus circunstancias personales pero que a su vez ha empezado a pagar las consecuencias de viajar en el tiempo y no poder haber evitado ir cambiando pequeños detalles, a priori sin importancia.

Jake Epping acepta la misión y unas mínimas directrices sobre lo que no tiene que hacer, pero tampoco puede evitar caer en la tentación de prevenir algunos hechos de cuyas consecuencias ha sido testigo en el presente. Se desata un efecto mariposa que en 22/11/63 da como resultado una historia de ocho capítulos llenos de sorpresas.

Además de inspirarse en el universo literario de Stephen King, 22/11/63 quiere sumar galones con J.J. Abrams ejerciendo de productor y sumarse al resurgir de los viajes temporales en la ficción televisiva.

Para Doctor Who, una de las series más veteranas de la pequeña pantalla y ya convertida en leyenda cuando todavía sigue en activo, es uno de sus temas centrales aunque más que cambiar la historia, hay puntos fijos que no deben modificarse bajo ningún concepto. La misión del Doctor y sus acompañantes no es tanto cambiar nada, como disfrutar de tener una TARDIS que viaja por el tiempo y el espacio.

Los viajes en el tiempo y sus consecuencias es un tema mucho más complicado, peligroso y también más lleno de posibilidades en El Ministerio de Tiempo, preservar el pasado para que nada cambien en el presente, y Outlander (Canal+ Series), que en su segunda temporada intentará frenar la rebelión escocesa de 1745. 22/11/63 añade el factor conspirativo con una historia que todavía sigue afectando a nuestro presente y que, como Stephen King, se ha constituido en un (sub)género de ficción con producción constante.

Los relatos de Stephen King siguen siendo una mina para el cine y la televisión. Solo por las veces que sus creaciones han saltado a la pequeña pantalla, el autor estadounidense es casi un género por derecho propio aunque hay reconocer que muchas veces no ha podido presumir de afortunado. Conocido sobre todo por sus relatos de terror, la última de sus obras que se ha sido convertida en serie de televisión es curiosamente un relato que deja de lado el miedo y juega a cambiar el futuro.

22/11/63 arranca con viaje en el tiempo para evitar el asesinato de JFK y sus primeros capítulos dejan la impresión de que ha sido capaz de sacudirse esa falta de excelencia que caracteriza a otras adaptaciones de Stephen King, un autor de reconocida seriefilia, y hasta invitado de lujo en ficciones como Hijos de la anarquía.