La SGAE pone contra las cuerdas a Sastrón y pide su cabeza

P. Campos

No hay asamblea tranquila en la SGAE. Se ha convertido en algo tan crónico como su profunda división. La cita convocada para este jueves, precisamente coincidiendo con el Día de la Música, se preveía tensa, con los cuchillos en alto y dos bandos cada vez más irreconciliables, y no ha defraudado en ese sentido. Los socios de la entidad han puesto contra las cuerdas a su presidente, José Miguel Fernández Sastrón, al tumbar con un rechazo “histórico” la gestión y las cuentas del año pasado así como la polémica reforma de sus estatutos. Además, han pedido con contundencia y a gritos su dimisión y la convocatoria de elecciones.

La asamblea tenía una especial importancia dados los cada vez más enconados conflictos internos, con la rueda de las televisiones y las llamadas de atención del MInisterio de Cultura planeando con fuerza en el ambiente, y también porque era una prueba de fuego para su presidente tras un año y medio en el cargo después de la salida de José Luis Acosta. Sastrón se jugaba mucho con la reforma estatutaria que llevaba a votación. Era su apuesta fuerte para consolidar su poder en la entidad. Para empezar porque fue aprobada por la Junta Directiva con un empate técnico que se dirimió gracias a su voto de calidad. Además, porque contaba con una fuerte oposición, como quedó patente en un manifiesto firmado por cerca de 300 autores como Pedro Almodóvar o Alejandro Amenábar. Probablemente es la primera vez que tantos socios reconocidos se han posicionado en un tema relacionado con la SGAE.

Así las cosas, la gestión del presidente fue rechazada por el 61,72% de los socios (en concreto, 16.133 votos de los 26.140 emitidos), mientras que las cuentas del año pasado, que ascendieron a 248,2 millones de euros repartidos, un 3,8% más que el año anterior, obtuvieron el no del 56,91% de los socios (14.559 votos de un total de 25.581). La reforma de los Estatutos necesitaba dos tercios de los votos para salir adelante y cayó con el 66,61% (16.442 noes de 24.683 votos). Tan tenso y caldeado estaba el ambiente que tras la votación, según han confirmado varios socios presentes en la asamblea a eldiario.es, se pidió a gritos la dimisión de Sastrón y la convocatoria de elecciones.

“Entendemos este rechazo como una moción de censura”

“Debe dimitir y convocar elecciones. Jamás un presidente ha tenido una respuesta tan negativa y tan masiva”, aseguraba tras la asamblea a este periódico Antonio Onetti, firme opositor y expresidente de la Fundación Autor. “Debe dimitir. Es un no apabullante. Lo primero que debe hacer él y toda la Junta Directiva es dimitir y mañana mismo el Ministerio de Cultura debe dar una respuesta y explicar qué va a hacer con el reparto de junio y hacer unos estatutos de transición para adaptarse a la ley y convocar elecciones de forma urgente o bien ampliar el plazo para hacerlos”, afirmaba Patacho Recio, de Coalición Autoral.

Sin embargo, Sastrón ya confirmó a eldiario.es que si no salían adelante su reforma, tendrían que redactar unos nuevos estatutos, pero que no pensaba dimitir. Solo se planteaba adelantar las elecciones a otoño (previstas para febrero) en el caso de ser aprobados. “Entendemos este rechazo como una moción de censura. Nunca en la historia de la SGAE había habido una participación tan masiva. Jamás. Y si no dimite, el ministerio tiene la obligación de actuar porque está obligado a tutelar y amparar, según el artículo 155 de la LPI. No caben más disculpas”, agregaba Recio.

Un rechazo “histórico”

Lo que sí ha parecido cambiar en esta asamblea de la SGAE es el que hasta ahora ha sido otro de sus clásicos problemas: la poca asistencia de socios al lugar donde se dirimen sus cuestiones fundamentales. Varios autores confirman a este periódico que nunca ha habido votaciones tan masivas. Es más, para los estándares de la sociedad, más de 540 socios acudieron a la asamblea (el año pasado en pleno escándalo de la rueda fueron 219) y se emitieron más de 26.500 votos (poco más de 11.500 en 2017). Por tanto, si algo positivo ha tenido esta enésima polémica ha sido que ha acercado algo a los autores a la entidad que gestiona sus derechos tras una desafección endémica. Tanto es así, que el cantante Dani Martín tomó la palabra en la asamblea para reconocerse culpable como autor por la situación de la SGAE “por mi falta de compromiso”.

Así las cosas, este rechazo considerado “histórico” por los socios abre un futuro incierto y divide todavía más (si era posible) a una sociedad que vive instalada desde hace años en un auténtico Juego de Tronos que parece no tener solución. El problema es que los estatutos, que eran la apuesta fuerte del presidente, tienen que ser modificados obligatoriamente para adaptarse a la transposición europea y a la LPI antes del 15 de julio, como exige el Ministerio de Cultura.

La reforma ya había sido tildada de “madurazo” y “presidencialista” por los opositores y defendida por Sastrón en una intensa campaña que le ha llevado por distintas delegaciones autonómicas de la sociedad. Las principales críticas venían por el punto que recogía que el cargo de presidente duraría dos mandatos como máximo pero poniendo el contador a cero y solo pudiendo ser elegido por los socios en la Asamblea General. En la práctica, esto significaba que Sastrón podría, únicamente de este modo, presentarse a la releeción. “Hablan de perpetuarse en el cargo cuando no llevo ni un mandato entero”, se defendía en eldiario.es esta semana.

La modificación de la estructura de la sociedad eliminando el Consejo de Administración, hostil al actual presidente, y adelgazando la Junta Directiva de 39 a 21 socios con, según el sector crítico, con la consiguiente posición de fuerza del Colegio de Pequeño Derecho, es decir los músicos, era otro punto en conflicto. El presidente, por su parte, aseguraba que modernizaba la institución y adelgazaba sus gastos en hasta 500.000 euros anuales. Sea como sea, el castigo de los socios ha quedado absolutamente patente en esta asamblea que vuelve a dejar a una sociedad, que parece que es incapaz de levantar cabeza, sanearse y recuperar su prestigio, al borde del precipicio.

Entre los socios de la SGAE asistentes a la asamblea figuraban su ex presidente Teddy Bautista -pendiente de juicio en la Audiencia Nacional por un presunto desvío masivo de fondos- los cantantes Dani Martín, Pau Donés, Jorge Ruiz (Maldita Nerea) y la bailaora María Pagés. Paloma Pedrero, vicepresidenta del Colegio de Gran Derecho y una de las voces opositoras a la gestión del presidente de la SGAE ha dicho a los medios antes de entrar en la asamblea que la votación de este año “era fundamental” porque de salir “el sí” a la reforma estatutaria “la SGAE se hundiría”.