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Sonia Méndez: “En el cine gallego faltaba un relato adolescente que apelara a los jóvenes”

Santiago de Compostela —

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José Carlos Rodríguez

Santiago de Compostela, 9 may (EFE).- La directora gallega Sonia Méndez siempre ha tenido mucha curiosidad por el mundo adolescente y, ante la falta de una película en Galicia que apelara a los más jóvenes, decidió ser ella misma quien les diera voz.

El resultado es “As Neves”, un thriller rural que reflexiona sobre el proceso emocional de la adolescencia a partir de un suceso grave en medio de un entorno aislado.

“Tenía muchas ganas de hacer una película de adolescentes en gallego y en Galicia. Me faltaba ese relato adolescente que apelara a los jóvenes”, asegura Méndez (Vigo, 1980) en una entrevista con EFE.

El contraste entre lo digital, en el que los teléfonos móviles suponen “una extensión” del universo de los adolescentes; y un entorno natural, aislado y que tiende a lo analógico, es uno de los aspectos que la directora destaca de su ópera prima, que tras su paso por el festival de Málaga, donde compitió en la sección oficial, llega a las salas de cine este viernes.

La trama arranca una noche de Carnaval en un pequeño pueblo de montaña de Galicia, donde los chavales se juntan para una fiesta en la que deciden probar por primera vez setas alucinógenas.

En mitad de la fiesta, mientras van haciendo efecto las drogas y el alcohol, un vídeo casero va rolando de móvil a móvil. Al día siguiente el grupo de amigos se despierta con un temporal de nieve y la noticia de que Paula, una de las chicas, ha desaparecido. El pueblo se queda incomunicado y cae internet.

A pesar de que la película toca temas como las drogas, el alcohol, el uso de las redes sociales, los efectos del porno en la adolescencia o la grabación y difusión de vídeos de contenido sexual sin consentimiento, Méndez señala que el foco de su historia está en cómo viven los jóvenes un acontecimiento determinado en sus vidas y cómo “procesan emocionalmente” todo lo que les ocurre.

“Lo que más me interesaba era seguir el viaje emocional de estos adolescentes. Se trata de una época en la que las emociones son vividas en presente, por primera vez y con muchísima intensidad”, explica la directora.

Tras la desaparición de Paula, cada uno de los personajes vive su particular duelo. Pero, ¿qué sucede cuando en un entorno determinado, marcado por la incomunicación, en el que hay cortes de carreteras, de luz y de internet, se empiezan a perder todos los asideros o refugios de cada uno de los personajes?

“Con el temporal, empiezan a perder la posibilidad de evasión. Ya no pueden jugar a la consola, no pueden conectarse a internet, hablar por Whatsapp o ver vídeos. Lo único que les queda es estar. Ahí es cuando el mundo se vuelve analógico”, apunta Méndez.

A pesar de que “As Neves” no parte de “ningún caso real que haya conocido” la realizadora, sí que es fácil identificar en este relato elementos comunes a la adolescencia e historias que día a día salen en los medios de comunicación.

“El alcohol, el descubrimiento sexual o las drogas son cosas inherentes a la experiencia adolescente. Han estado ahí siempre. La diferencia es que ahora tienen móviles y todo se amplifica más y las consecuencias de un mal uso de las redes son más inmediatas”, asegura la realizadora.

Los personajes de “As Neves” son, al fin y al cabo, “gente buena haciendo cosas malas sin querer”. Jóvenes que no piensan en las consecuencias “graves” que pueden ocasionarse tras una noche de fiesta. Pero todo ello “sin juzgar”, sin “hacer moralina” o apuntar “lo que está bien o lo que está mal”.

“Lo que busco es ponerme a la altura de los chavales, seguirles y contar cómo viven un hecho determinado”, explica Méndez, que considera que muchas veces se emiten juicios de valor en contra de los jóvenes cuando los adultos también se comportan de manera impulsiva con las redes sociales al compartir, por ejemplo, “'fake news' sin pensar”.

“Los adultos también nos estamos comunicando todo el rato con los teléfonos móviles. Es un elemento natural y por eso quise introducir el lenguaje de los teléfonos móviles en la película, a pesar de que no es demasiado estético a nivel audiovisual”, señala.

En su afán por narrar el relato adolescente, Méndez hizo un casting de actores y actrices nóveles (Andrea Varela, David Fernández, Antía Mariño, Xacobe Bruña o Irene Rodríguez, entre otros), con los que trabajo 'in situ' en la localidad de Fonsagrada (Lugo), creando dinámicas para tejer lazos entre la pandilla y que las situaciones fuesen los más reales posible.

Tanto así que la esperada nieve, que incomunica a los personajes también lo hizo durante el rodaje, dejando aislados equipo que se trasladó a la localidad.

Eso sí, lo fundamental era que la cámara estuviera “siempre con ellos”: “Tenía claro que el mundo adulto iba a estar o fuera de plano o en off, tanto a nivel narrativo como a nivel de lenguaje. Siempre estamos con los chicos, no sabemos nada que ellos no sepan ni estamos donde ellos no están”, afirma.

“Los adultos están haciendo una investigación paralela, tratando de encontrar a Paula. Pero esa es otra historia que no me interesaba contar. Sería otra película”, concluye Méndez.