Las Spice Girls tenían razón: qué tiene que ver el 'Wannabe' con el amor y el feminismo 25 años después
'Wannabe' es una de esas canciones que un día, de repente, aparece en tus auriculares, irrumpe en una fiesta o salta en la lista de reproducción que has puesto mientras limpias. Puede que llevaras tres años sin escucharla o que ni siquiera recordaras que existía, pero basta oír los ecos de la risa con la que comienza para que el cuerpo responda.
Fue una de esas veces, hace unas semanas, cuando caí en la cuenta: 25 años después, deconstrucción feminista mediante, Kate Millet, Gloria Steinem, Adrienne Rich, 150 lecturas sobre amor, ética promiscua y poliamor, intentos, decepciones, relación larga y estable, otras mucho menos, activismo, 8M, grupos de reflexión... para llegar a una conclusión inesperada. Mucho de lo que he aprendido sobre el amor y el feminismo ya estaba en el 'Wannabe' que las Spice lanzaron un julio de hace 25 años.
Es una premisa un poco inflada, sí, pero divertida y con algunos argumentos. Para empezar, la palabra que se repite una y otra vez en la canción es un verbo: querer. Lo conjugan en primera persona cinco tías, que allá por 1996 se pasan la mayor parte de su primer single diciendo lo que ellas quieren. Diciéndoselo, además, a un tío. Los receptores de esa canción son los hombres, sus futuros hipotéticos amantes y novios. Es una declaración de intenciones, un eh, mira, si te intereso, si quieres estar conmigo, hay unas cuantas cosas importantes que tienes que saber.
Acostumbradas a ser las que esperan, aceptan y complacen, no está nada mal. Es un cambio, un intento de marcar los propios estándares y no estar a rebufo de los del otro. Esa es una de las cosas que aprendes con el tiempo y que ya nos la decía el 'Wannabe': tienes derecho a decir lo que quieres y lo que no, a poner límites, a marcar tus condiciones antes de empezar o de seguir, antes de aceptar algo que en realidad no quieres con tal de que la otra persona se quede.
La palabra que más se repite es un verbo: querer. Lo conjugan cinco tías que, allá por 1996, se pasan su primer single diciendo lo que ellas quieren. Acostumbradas a ser las que aceptan y complacen, no está nada mal
“El amor es el opio de las mujeres”, decía Kate Millet. If you want my future, forget my past / If you wanna get with me, better make it fast / Now don't go wasting my precious time!, Get your act together we could be just fine, decían las Spice. Detrás de estas cuatro frases pegadizas hay toda una declaración de intenciones: más claridad y menos mareos, más coherencia y menos perder el tiempo. Hay mucho que vivir como para quedarnos enganchadas al opio y no ver más allá, sobre todo cuando tienes cerca a tus amigas.
“Mientras nosotras amábamos, ellos gobernaban”, proseguía Millet. Oh, what do you think about that / Now you know how I feel / Say, you can handle my love, are you for real / I won't be hasty, I'll give you a try / If you really bug me then I'll say goodbye, decían las Spice. Una llamada a la honestidad, a la conversación, al vamos a dejarnos de tonterías y de juegos de poder. Una ruptura de la seducción más tópica según la cual son ellos los que establecen términos y condiciones y nosotras renunciamos a las nuestras para gustar.
Las Spice pusieron su granito de arena en eso de las nuevas masculinidades, aunque ellas probablemente no lo sepan. Porque ellos también tienen que decir lo que quieren: I'll tell you what I want, what I really, really want / So tell me what you want, what you really, really want. Abrid vuestros corazoncitos, queridos hombres, las Spice y el resto de la humanidad queremos saber qué sentís, qué queréis, qué emociones hay ahí debajo. Decir lo que uno quiere y enunciar emociones hace que te sientas vulnerable, pero Mel B, Mel C, Geri, Emma, Victoria y todas las demás necesitamos ese cambio (a ser posible antes de otros 25 años).
Las Spice cantan 'If you wanna be my lover, you have got to give / Taking is too easy, but that's the way it is'. Seguramente hayas escuchado esta frase más veces que los términos 'reciprocidad' y 'responsabilidad afectiva', pero el espíritu es parecido
Una de los puntos fuertes del 'Wannabe' está en el estribillo, cuando las Spice cantan eso de que si quieres ser mi amante vas a tener que llevarte bien con mis amigos e intentar que, pase lo que pase, sigamos teniendo buen rollo. Añaden: If you wanna be my lover, you have got to give/ Taking is too easy, but that's the way it is. ¡Bingo! Seguramente hayas escuchado este estribillo infinitamente más veces que los términos 'reciprocidad' y 'responsabilidad afectiva', pero el espíritu es parecido. En una relación, recibir –atención, amor, cuidados, afecto, palabras bonitas, planes– es muy sencillo, dicen las Spice, pero queremos vínculos que, además de recibir, también den y se hagan cargo.
Más allá de la letra de la canción y de todas las críticas posibles al grupo –la brutal estrategia de márketing, las declaraciones de algunas de sus integrantes alabando a Margaret Thatcher, el eslogan más o menos vacío del girl power...–, las Spice Girls y su Wannabe deberían recordarnos que hace 25 años ni nosotras ni el mundo en el que vivíamos era el mismo.
Puede que los bailes de tantos y tantos grupos de niñas consiguieran arañar el monopolio del fútbol en los patios y gimnasios de los coles. Puede que muchas descubriéramos lo divertido que era juntarse con otras mujeres para hacer todo tipo de cosas. Puede que muchos niños vieran asombrados cómo sus compañeras se subían al escenario de la clase de música y ocupaban tiempo y espacio. Puede que ver a cinco mujeres juntas cantando sobre lo que querían, enfundadas en ropa variopinta y retando las miradas suspicaces de quien solo quería tratarlas como un trozo de carne sí tenga algo que ver con el mundo en que vivimos 25 años después.
No sé si todo lo aprendido estaba ya en el Wannabe, pero yo he necesitado todos estos años para entender la frase de la canción a la que nadie encontraba sentido. Ahora sí, I wanna really, really, really wanna zigazig ah.
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