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Así en Star Wars como en la vida

Los protagonistas de tres de los estrenos de Star Wars en 2022

Felipe G. Gil

28 de enero de 2022 22:34 h

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Star Wars es una gran generadora de analogías sociales, metáforas políticas o reinterpretaciones que juguetean con lo propuesto por su universo de ficción para explicar lo que somos como sociedad. Desde las lecturas budistas o taoístas de Yoda al advertir a Anakin Skywalker sobre el Lado Oscuro (“El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento”, previamente dicho y con palabras parecidas a Luke en su entrenamiento en Dagobah) hasta la senadora Padmé Amidala asistiendo en un pleno de la República a cómo el canciller Palpatine imponía un Imperio por razones de seguridad, mientras ella declaraba resignada desde su escaño: “Así es como muere la libertad, con un estruendoso aplauso”, pudiendo leerse una referencia a líderes autoritarios que accedieron al poder por la vía democrática. 

Edward Snowden ironizaba en Twitter hace unos días sobre la censura de la película El Club de la Lucha en China, compartiendo una versión del final del episodio IV de Star Wars donde, justo después de que Luke Skywalker atinara con el disparo de su Ala-X en el punto débil de la Estrella de la Muerte y esta explotara, de repente y a diferencia de la cinta original, salían los títulos de crédito con la canción de la marcha imperial anunciando: “La policía rápidamente se dio cuenta de todo el plan y arrestó a los criminales. Los rebeldes fueron capturados y enviados a tratamiento psicológico. Por favor, ponga su alarma para levantarse a trabajar mañana temprano”.

Lo interesante de los universos de ficción, especialmente los contemporáneos, es que su complejidad reside en que no solamente son generadores de analogías o metáforas que son usadas en contextos totalmente ajenos a la ficción. También la propia realidad y las diferentes pugnas culturales que suceden en otros contextos terminan por permear en sus historias.

Así, el considerado como “la peor película de Star Wars de todos los tiempos” por los fans más acérrimos (Los últimos jedi, el episodio VII, dirigido por Rian Johnson), incorporaba en la historia elementos que complejizaban la narrativa de la saga original. Por poner un ejemplo, mostrando que en la vasta galaxia representada en la saga hay clases sociales y que los ricos son los máximos beneficiados por la guerra. Anulando así la simple rivalidad entre el lado oscuro y malvado (representado por Darth Vader, el Emperador y el resto de imperialistas) o el lado luminoso y bondadoso, representado por unos monjes saltarines y castos con poderes (los Jedi), además de los defensores de los sistemas democráticos.

A pesar de su habitual tacticismo informativo, Disney ha dado pistas de que espera estrenar este año numerosas series y películas. Con El Libro de Boba Fett en emisión, estos son los temas sociales, políticos o culturales que pueden emerger a través de algunos de los próximos estrenos de la franquicia.

La masculinidad en disputa del Mandaloriano

Grogu es el personaje mundialmente conocido como Baby Yoda y cuyo impacto reciente en la saga y fuera de ella es innegable al haberse convertido en un icono de la cultura popular. Fuera un acto premeditado o no, la franquicia se encontró con un personaje que genera ventas y acapara la atención incluso al margen de la propia historia narrada en The Mandalorian. Baby Yoda tiene fans que ni siquiera lo son de Star Wars.

Sin embargo, más allá de la simpatía hacia el bebé verde de orejas alargadas y puntiagudas, The Mandalorian estrena este año su tercera temporada con la siguiente gran incógnita: la dos primeras temporadas podrían leerse como la dura historia de un hombre, que es un superviviente y que ha terminado por ganarse la vida como asesino y cazarrecompensas profesional pero una de sus misiones lo convierte en padre adoptivo. El personaje interpretado por Pedro Pascal se ve obligado a aprender a cuidar de un ser vulnerable y termina queriéndolo. Termina amando y mostrando el conflicto de un personaje que quizás desea abandonar la guerra para dedicarse a cuidar ¿Cómo representarán esa disputa de la masculinidad del mandaloriano si el personaje de Baby Yoda no forma parte central de la historia?

La violencia de las mujeres vista a través de Ashoka Tano

Star Wars introdujo un personaje femenino que formaba parte de las escenas de acción en su trilogía original. Las imágenes de Leia en los primeros minutos del metraje del Episodio IV (Una nueva esperanza, estrenada en 1977) blandiendo un arma antes de ser capturada por Darth Vader y posteriormente, y durante esa misma película, tomando el arma de Luke para liderar la escapada de la Estrella de la Muerte, muestran a una mujer que no solo interviene diplomáticamente, sino a través de “negociaciones agresivas”.

Sin embargo, en las dos trilogías de final del siglo XX (los episodios comprendidos del I al VI) la mayor parte del protagonismo de de las escenas de acción (salvo alguna excepción como Padmé escapando de la ejecución en el planeta Geonosis) es masculino. Además, hay mayoría abrumadora de hombres o criaturas masculinas que son quienes hieren o son heridos y se baten en duelo con otros personajes. La forma de paliar esto por parte de Disney (y previamente por parte de LucasFilm) y al margen de la siempre prolífica escena de ficciones no oficiales producidas por fans, han sido las expansiones del universo de ficción a través de cómics, videojuegos o series de animación que han permitido introducir a otros personajes. Uno de esos personajes es Ashoka Tano.

Tano representa a una jedi alienígena y mujer que tiene un papel protagónico en la línea temporal de las Clone Wars (la serie de animación estrenada en 2008 y que concluyó en 2020) como la pupila del futuro Darth Vader, antes de que este abrazara el Lado Oscuro. El personaje aparece interpretado por Rosario Dawson en The Mandalorian. Es la pujanza social y política por personajes femeninos fuertes lo que probablemente ha llevado a Disney a darle su propia serie. 

Nunca se podrá saber qué habría sido de la ficción contemporánea sin movimientos como el #MeToo o la cuarta ola del feminismo. Lo que sí está claro es que en los últimos años los personajes femeninos ya no solamente son rebeldes, autónomas o independientes, sino que además pueden ser implacables, despiadadas y violentas. Ya que esto no parece que vaya a seguir siendo un atributo exclusivamente masculino, incluso para quienes protagonizan al bien en las historias. 

La rebelión dentro de la rebelión: 'Star Wars Andor'

Rogue One fue una película estrenada en 2016 que cuenta la historia de cómo un grupo de rebeldes decide embarcarse en una misión peligrosa: robar los planos del arma más poderosa que está siendo creada por el Imperio: la Estrella de la Muerte. La historia está ambientada entre los episodios III y IV de Star Wars y estuvo protagonizada por Felicity Jones (que dio vida a Jyn Erso) y por Diego Luna (el mexicano que encarna a Cassian Andor).

Star Wars: Andor será una serie que contará lo sucedido en la línea temporal anterior a los eventos narrados en Rogue One. Por tanto, tendrá que lidiar con dos de las ideas que son representadas en la película. Por un lado, la idea de que, en ocasiones, incluso los movimientos desobedientes necesitan desobediencia en su interior. Y por otro lado, la propuesta de que una rebelión dentro de la rebelión puede provocar cambios significativos y despertar esperanza en quienes no creen que sea posible llevar a cabo un cambio.

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