Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Feijóo confía en que los jueces tumben a Sánchez tras asumir "los números"
Una visión errónea de la situación económica lleva a un freno del consumo
OPINIÓN | La jeta y chulería de Ábalos la paga la izquierda, por Antonio Maestre

Grupos ultracatólicos, contra la obra 'Dios tiene vagina' por ser “porno que se burla de la Semana Santa”

Escena de Dios tiene vagina. (Vértebro)

Paula Corroto

La asociación Abogados Cristianos ha emprendido una nueva cruzada contra una obra de creación cultural. Esta vez le ha tocado al colectivo cordobés Vértebro, uno de los más importantes dentro de la escena contemporánea, por la representación de su obra Dios tiene vaginaincluida en su Díptico de la identidad junto a Jura de bandera-. La obra fue acogida este pasado fin de semana en las Naves del Matadero de Madrid, de titularidad municipal. La asociación ha anunciado que presentará una querella contra los creadores y contra el Ayuntamiento de Ahora Madrid por un delito contra los sentimientos religiosos.

No han sido los únicos. Su demanda se ha visto acompañada durante todo el fin de semana por otros grupúsculos de índole ultracatólica como la Plataforma 'Más Libres', impulsada por HazteOír, que exigieron la retirada de la obra. HazteOír también abrió  una campaña de firmas desde la tarde del viernes, cuando la obra todavía no se había estrenado, pero ya habían “visto el tráiler”, bajo el título “Pornografía para burlarse de la Semana Santa”. En ella “exigen a Carmena que retire inmediatamente esta obra que ofende a millones de personas (sean o no creyentes) y se burla de la Semana Santa agraviando e hiriendo la fe de todos los cristianos”.

El montaje finalizó el pasado domingo, tal y como estaba previsto en la programación, pero la campaña continuaba este lunes y, según las cifras de la web, ya lleva más de 27.000 adhesiones. De hecho este lunes se ha pronunciado la Fiscalía Provincial de Madrid, que ha rechazado suspender cautelarmente la obra, ya que esta petición no tiene ya sentido dado que la obra terminó el domingo, “es más, en el escrito se fundamenta las razones de tal necesidad por el daño irreparable que causaría su estreno”, señala el fiscal.

También recogió el guante el concejal y candidato del PP a la alcaldía José Luís Martínez-Almeida, quien ya la tarde del domingo escribió un tuit en el que señalaba su disconformidad con la obra y criticaba duramente a Carmena: “Exijo a @ManuelaCarmena que no permita que Matadero acoja esta patochada. No puede ser cómplice de los que se amparan en la libertad de expresión para mofarse de los sentimientos religiosos. Ya está bien de ofender siempre a los mismos. #noconmidinero”.

Este lunes, en un desayuno informativo ofrecido por Forum Europa en el Casino de Madrid, insistía, pese a no haber visto la obra: “Con mi dinero, no; no voy a atacar la libertad de expresión. No me gusta lo que he leído sobre esa obra. Siempre se atacan a los mismos, las mismas creencias”.

“Ningún problema con el público”

Desde el Matadero han confirmado a eldiario.es que durante el fin de semana no hubo ningún tipo de altercado. “Estaba programada tres días y son los que ha estado. No ha habido ninguna cancelación. Ni ningún problema con el público. La gente ya sabe a lo que viene. No es nada ofensiva. Es muy respetuosa con las tradiciones y con la religión. Es una compañía andaluza y le tiene mucho respeto a estas cuestiones. Es una obra que habla de la identidad”, han señalado desde el teatro.

La obra Dios tiene vagina forma parte del trabajo de residencia que la compañía ha realizado en el Matadero en los últimos meses. Se ha representado junto a Jura de bandera. Dios tiene vagina se presentó en 2017 y ya se ha paseado por escenarios de toda España: hasta ahora no había tenido ningún problema.

Desde el colectivo Vértebro, formado por Ángela López, Juan Diego Calzada y Nazario Díaz, no han querido hacer declaraciones a este diario sobre la polémica y la posible denuncia, pero en la información que ofrecen sobre Dios tiene vagina detallan que recrea “un imaginario iconográfico (que atraviesa, desde la Semana Santa, la Feria, Lola Flores, la gastronomía, la indumentaria tradicional, el Fandango Parao de Huelva, hasta los geranios, las lágrimas de fe y el universo sórdido de los tablaos, entre otros paisajes de la memoria)”. Y añaden que “es un ejercicio colectivo para repensar una festividad despojada de deidades fijas, que no rinde homenaje a ningún tótem y que posee el don de la reconstrucción”. Este Díptico de la identidad es una co-producción de TNT Terrassa Noves Tendències, Naves Matadero - Centro Internacional de Artes Vivas, Graner-Festival SÂLMON de Barcelona y Vértebro.

La respuesta en redes de quiénes sí han visto la obra estos días ha ido en dirección opuesta a la de los grupos ultracatólicos. Como afirmaba la tuitera @Nelaileo, “soy una enamorada de sus costumbres y de mi semana santa y aun así no me ofendió: hay que saber ver la crítica, la vanguardia y la reflexión en el arte”. Entre otros tuits de aplausos revoloteaban las fuertes críticas a la obra (aunque señalaran que no la habían visto).

En el área de Cultura del consistorio madrileño han querido rebajar la controversia. Getsemaní San Marcos, directora de Programas y Actividades Culturales de Madrid, ha señalado que no pueden “sino respetar y facilitar la libertad de expresión, que en este caso va de la mano de la libertad creativa y artística”. Desde esta área se ha indicado que “siempre desde la aconfesionalidad que también garantiza la Carta Magna”, esta área “promueve programas propios que ponen en valor el acervo cultural indisolublemente unido a religiones como la católica, que forman parte de nuestro patrimonio cultural como sociedad”.

Ataques contra la cultura

No es la primera vez que los grupos ultracatólicos, con la asociación Abogados Cristianos al frente, emprende medidas judiciales contra obras culturales. El artista Abel Azcona fue denunciado por esta asociación por la performance en la que escribió “pederastia” con hostias consagradas, realizada en el centro de arte contemporáneo Konvent en 2016. El caso todavía se encuentra en el juzgado de instrucción número uno de Berga (Barcelona).

Borja Casillas, que en 2017 salió al escenario de los carnavales de Las Palmas ataviado como una virgen católica que bailaba al ritmo de Like a prayer y acabó su número con una parodia de la crucifixión de Cristo, también fue denunciado por un presunto delito de incitación al odio y otro de ofensa a los sentimientos religiosos. En julio de 2018 el juez archivó la causa y condenó a la asociación de abogados cristianos a pagar las costas generadas en el trámite de apelación.

El carnaval, un evento tradicional y que está muy ligado a la propia semana santa, han sido uno de los principales puntos de mira para esta asociación en los últimos tiempos. El dramaturgo Carlos Santiago fue denunciado porque, según los abogados cristianos, en el pregón que pronunció en Santiago de Compostela en febrero de 2018 aludía a “los huevos del Apóstol” y hacía insinuaciones sobre felaciones de la virgen del Pilar al santo. La denuncia fue por presuntos delitos de injurias, incitación a la discriminación y contra los sentimientos religiosos. El caso sigue en un juzgado de instrucción de Galicia. El concejal de cultura de A Coruña, José Manuel Sande –de Marea Atlántica- fue denunciado por la Asociación de Viudas de Lugo, por una ilustración que representaba a una persona disfrazada de Papa, con una copa de vino y un papamóvil de cartón en el cartel de los carnavales de 2017. La asociación de abogados cristianos también llamó al ayuntamiento coruñés interesándose por el caso. Finalmente en mayo de aquel año la causa fue archivada.

Hace más de treinta años, en 1987, el poeta Ángel Guinda fue denunciado por un particular por blasfemia y escándalo público al escribir en un muro de Zaragoza “eyacular en el ano de Dios hasta su conversión al placer”, que formaba parte de su libro de poemas Vida ávida. Llegó a sentarse en el banquillo y el fiscal solicitó arresto domiciliario durante dos días y una multa de 3.000 pesetas (unos 20 euros). Meses más tarde el caso fue sobreseído y archivado.

Los últimos casos de denuncias reflejan que no siempre el devenir histórico va en una línea progresista. Y entramos de lleno en un periodo electoral en el que, esta vez y al contrario que hace tres décadas, además existen las redes sociales.

Etiquetas
stats