Ignacio García dimite como director del Festival de Teatro de Almagro
En la reunión del Patronato del Festival que se mantuvo el pasado 3 de noviembre, su director, Ignacio García (Madrid, 1977), dimitió por sorpresa en una cita en la que estaba previsto que se le prorrogara en la dirección del festival durante un año, según ha podido saber elDiario.es.
En la rueda de prensa de balance del festival, el pasado mes de julio, García manifestó su “interés y total compromiso” de poder continuar al mando. Además, recibió el apoyo manifiesto de parte del patronato. El alcalde de Almagro Daniel Reina, así como la viceconsejera de Cultura de la Junta de Comunidades, Ana Muñoz, y el vicepresidente de la Diputación Provincial de Ciudad Real, David Triguero, apoyaron la gestión del director madrileño. Su mandato culminaba con esta edición pero los estatutos de la Fundación que dirige el Festival prevén la ampliación durante un periodo extra de tres años.
Fuentes del Instituto Nacional de Artes Escénicas (INAEM), órgano que preside la fundación, explican que la revisión del contrato de dirección estaba prevista para el 30 de noviembre y que “las instituciones que conforman el patronato”, con el propósito de “garantizar el correcto desarrollo de esta cita en su edición de 2023” habían propuesto “la continuidad del actual responsable durante un año más”. Una propuesta que ha sido “rechazada” por Ignacio García, director artístico y también de la Fundación del Festival, sin que el INAEM haya aclarado los motivos de la misma. García no ha atendido la llamada de este periódico.
Tras la publicación de la dimisión, adelantada por elDiario.es, el Festival de Almagro ha enviado un comunicado firmado por la Dirección de la Fundación del festival, que afirma que “no está de acuerdo con la reducción, precarización y externalización de puestos laborales que se ha llevado a cabo en la Fundación por mandato taxativo de su Patronato y su Comisión Ejecutiva”. El escrito califica esta tendencia como una “devaluación del apoyo institucional” y señala que “la clave” es la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). Señala que la función de la CNTC, desde 2021, “filosóficamente, conceptualmente, en contenidos, en implicación, no concuerda con las premisas de su creación pensada como columna vertebral del Festival de Almagro”.
La Dirección —es decir, Ignacio García hasta el día de hoy, aunque no firme con su nombre el comunicado— avanza tres consecuencias del cambio de implicación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico en el Festival de Almagro, que son las que originan su dimisión: la intención de la CNTC de reducir sus funciones en relación a años anteriores, lo cual “deteriora la visión patrimonial que se ha intentado construir en estos años desde la dirección del Festival”; que la contratación de la última producción de La vida es sueño deba hacerse “directamente con la empresa coproductora y fuera de su sede” y la reducción de la actividad en el Teatro Adolfo Marsillach, la cual afecta “al desarrollo del Festival, a la hostelería y a la vida económica del municipio”.
Fuentes de la Consejería de Cultura de Castilla-La Mancha agradecen a García su trabajo “ejemplar” y “haber sido un revulsivo para el festival”. Inciden, como el INAEM, en que el nombre designado para llevar la dirección se conocerá “en breve”.
Fricciones entre el festival y la Compañía Nacional de Teatro Clásico
Los cinco años de mandato de Ignacio García han sido valorados positivamente por la profesión. Tal es el caso de Helena Pimenta, quien fue directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico del año 2011 hasta el 2019: “Creo que ha sido un proyecto coherente, Ignacio quería que el festival se concentrara en el Siglo de Oro español, que no hubiese textos extranjeros. A mí eso me parece correcto, aunque yo vea las cosas de manera diferente”, explica Pimenta a elDiario.es sobre la pertinencia de programar en el festival obras de teatro de, por ejemplo, William Shakespeare. Ese punto generó, hace dos años, las primeras fricciones entre la Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Festival de Almagro, cuando la gran apuesta de la Compañía fue Antonio y Cleopatra, montaje interpretado por Ana Belén y el director de la Compañía, Lluís Homar.
“En la dirección de García también cabe destacar un despliegue importantísimo de trabajo por parte del festival, lo que conllevó una ampliación de público importante. Luego vino la COVID y fue difícil pero García lo hizo bien, fue de los primeros espacios públicos que se abrieron. Creo que su gestión ha sido impecable”, remata Pimenta.
En la edición de este año asomaron tiranteces entre el Festival y la Compañía tras la inauguración, con el homenaje a Marsillach, Marsillach soy yo, espectáculo que no llenó el principal teatro de Almagro —el Hospital de San Juan, hoy Teatro Adolfo Marsillach—, y que contravenía las líneas de programación que el ya exdirector quería implementar en el festival. A la mañana siguiente del estreno, en rueda de prensa, García saludó con un polémico “el festival comienza hoy”.
La relación entre el Festival de Almagro y la Compañía Nacional es básica para el buen funcionamiento del certamen tanto a nivel de público como económicamente pero la presencia de la Compañía en los últimos tiempos ha sido menor, en un presupuesto general que ha decrecido en los últimos cinco años. Las producciones de la Compañía no son contratadas por caché, es decir, no suponen un gasto de contratación para el festival y además, por el fuste de los montajes, son capaces de llenar el auditorio principal del festival que cuenta con 700 asientos. Lluís Homar, director de la CNTC, ha declinado hacer declaraciones a elDiario.es.
Sin los espectáculos de la CNTC, cae el público y decrece también el gasto en el sector terciario de la zona. En la última edición del festival, el malestar por parte de los empresarios locales era palpable entre los comercios de la plaza principal de Almagro.
Una decisión “de todos”
El INAEM, por su parte, ante esta situación expresa que el Festival de Almagro no solo es una de las citas “más longevas y reconocidas del panorama escénico y cultural” sino también un “proyecto estratégico” para el Ministerio de Cultura, el cual no solo hace un aporte económico sino que “nutre la programación del festival con la presencia e implicación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico”, unidad del INAEM que tiene en Almagro su sede estival. El INAEM afirma que anunciará en breve el relevo del cargo y “el Patronato adoptará las medidas necesarias para garantizar la correcta marcha de la 46 edición del Festival de Almagro”.
El pasado mes de mayo, en entrevista con este medio, García afirmaba que la decisión de que él dirigiera el festival no era solo suya sino “de todos”. “Este es mejor festival de teatro clásico del mundo. ¿Cómo no voy a tener ganas de seguir? Y lo es por el patrimonio, por el público, por las compañías, por la forma de relacionarse en la plaza de todos con todos”, añadía. Además, agradecía al patronato el haber “sabido apostar muy decididamente por el festival”, en especial en los dos años de pandemia.
Ignacio García es licenciado en dirección de escena por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (RESAD) y ha obtenido diversos premios en su trayectoria como el galardón José Luis Alonso para jóvenes directores. Además de gran experto en el siglo de Oro también tiene formación musical y ha dirigido textos de Calderón de la Barca, Sor Juana Inés de la Cruz, Antonio Hurtado de Mendoza, Francisco de Quevedo, Juan del Encina, José María Rodríguez Méndez, León Felipe o José Saramago. Obras que han sido representadas en España, Europa, América Latina y Asia. Asimismo, ha sido adjunto a la Dirección Artística del Teatro Español de Madrid y programador del Festival Internacional de Dramaturgia Contemporánea Dramafest de México.
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