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El teatro se pone las pilas en Lavapiés

No quieren más lloriqueos ni quejas. Tampoco dar más titulares acerca de su grave situación: los recortes, el IVA cultural del 21% y la dejadez institucional. Hasta 15 salas de teatro del barrio de Lavapiés –el lugar con más espacios teatrales ahora en la capital- se han puesto de acuerdo para montar una asociación “100% asamblearia” llamada ‘Lavapiés Barrio de Teatros’ que cree sinergias con diferentes obras, consiga más espectadores, una mayor visibilidad, y que haga “un frente común en el panorama cultural de Madrid”, según clama su manifiesto.

La idea se fraguó en febrero de este año tras una conversación entre Juan Diego Botto, de la sala Mirador, Alberto San Juan, del Teatro del Barrio, y José Sanchis Sinisterra, del Nuevo Teatro Fronterizo. Los tres sabían de la catastrófica situación que acuciaba a las salas, como ya informó eldiario.es en enero: muchos proyectos autogestionados, mucha ilusión, pero pocos resultados. De hecho, desde entonces han cerrado algunos espacios como El Sol de York por no poder hacer frente al alquiler de la sala, a pesar de mantener durante dos años una excelente programación.

A esta idea se sumaba que todos podían aprovecharse de un barrio que siempre ha sido un centro cultural con sus cafés, como el Barbieri, donde se reunía la Generación del 98 y del 27, y teatros como el Coliseo, que estaba en la calle Ave María y, donde además de obras de teatro, se celebraron mítines de Pablo Iglesias –el del PSOE- y encuentros de gremios de obreros como el de las cigarreras de la Tabacalera, que se encontraba a un par de calles y que hoy es un espacio de cultura.

Para dignificar el teatro

“Nos llamaron los tres y empezamos a juntarnos todos. Hemos estado trabajando durante siete meses en crear diferentes estrategias con el objetivo de sobrevivir y dignificar la situación del teatro en Madrid. Todos tenemos los mismos problemas y sabíamos que esto también era una oportunidad de reacción”, comenta a eldiario.es Andrea Díaz Reboredo, del Nuevo Teatro Fronterizo y una de las coordinadoras de la red, junto a Ángel Acero, de la sala La Puerta de al lado. Para el proyecto también se ha contado con el apoyo de los teatros públicos Circo Price, el Valle-Inclán y el Pavón, más La Casa Encendida.

Entre estas estrategias se encuentra la posibilidad de que las obras pasen de una sala a otra en una minigira y que se cree una especie de resonancia. “Por ejemplo, que un teatro programe una obra y otro haga una conferencia al respecto del tema que se está tocando”, apunta Díaz Reboredo. También quieren llegar a acuerdos con escuelas de teatro del barrio y salir a la calle para montar espectáculos “como hacen los de Bollywood”, añade esta coordinadora.

Entre las propuestas más atractivas para los espectadores se halla un abono que permite acudir a todas las salas y si en seis meses se ha visto un espectáculo o cualquier otro tipo de actividad en todas ellas se recibirán entradas gratuitas para los próximos seis meses en estos espacios. Con ello se pretende disponer al público de hasta 1000 butacas y más de 400 obras. Toda la información a este respecto está resumida en la nueva web www.lavapiesbarriodeteatros.es

En busca de más visibilidad

“No creo que sea la panacea, pero esto puede servir para poner al teatro de moda”, admite Belinda Soto, de La Gatomaquia, una pequeña casa-teatro que cuenta con 30 butacas en la calle San Cosme y San Damián. Ella reconoce que hasta la fecha “el gran problema que hemos tenido ha sido la invisibilidad, y si no te ven no vendes. A mí me llamaron cuando el proyecto ya estaba avanzado y me pareció como una segunda oportunidad. Lo he estado financiando todo yo y trabajo en muchas otras cosas para hacerle frente. Y a veces me he sentido muy sola. Es una lucha constante”.

Larisa Balinge, de Espacio 8, en la calle Santa Ana (pleno Rastro) y que además de teatro programa actividades relacionadas con el arte y la moda, tiene la misma opinión: “Llevo cinco años con esto y nadie sabe lo que es. Los madrileños no nos ven. Además, aquí nadie ha tenido nunca una subvención. Te dicen que dan por ser mujer, emprendedora…, pero es mentira. A mí nunca me han dado nada, y tengo que tener tres trabajos para poder mantenerlo”.

El objetivo es que la unión finalmente haga la fuerza. Tampoco creen que este trabajo deba ser realizado por la administración, ya que “estos son iniciativas privadas y somos nosotros los que tenemos que sacarlo adelante”, sostiene Eva Varela, de La Puerta Estrecha. No obstante tienen muy claro su objetivo: “contribuir a la viabilidad y la sostenibilidad económica de las salas asociadas” antes de que tanto desde el ayuntamiento como la Comunidad de Madrid lleguen con los cantos de sirena de nuevos festivales con fines electoralistas.

Envidia desde otros barrios

Desde otros barrios de Madrid como Malasaña, Chueca o Las Letras miran con cierta envidia esta iniciativa. Allí también se han abierto nuevas salas en los últimos tiempos como Espacio Labruc, la sala Tú o La Pensión de las Pulgas, además de las ya clásicas como Espacio DT, pero reconocen que todavía no se ha puesto en marcha ningún tipo de asociación del mismo estilo, “aunque no estaría nada mal”, como señalan desde Microteatro por Dinero. Varios de estos espacios están asociados en la Coordinadora de Salas Alternativas, y aunque tienen una reunión la semana que viene “en la que seguro se va a hablar de esto”, como adelantan desde Tú, de momento no hay nada al respecto, información que también ha confirmado Fernando Sánchez-Cabezudo, desde esta Coordinadora.