El teatro que viene: atracón de Cervantes y Shakespeare

Si no ha leído El Quijote, después de 2016 apenas podrá decir lo mismo. Al menos si acude al teatro. El año llega cargado de montajes que versionan algunos de los textos novelísticos de Cervantes y otros que se regodean en su figura impulsados por el aniversario de su muerte hace ya cuatro siglos, y que toma la inercia de la celebración de la publicación de la segunda parte de El Quijote el año pasado. En el teatro público habrá Cervantes para todos. Y no hará falta acudir al Convento de las Trinitarias para observar esos restos que, en una de las últimas jugadas del gobierno de Ana Botella en Madrid, aún no se sabe si son realmente los suyos.

Esta temporada también llegará marcada por la presencia de William Shakespeare. Aunque es un clásico anual, este año estará más que nunca en los escenarios, ya que en esa coincidencia tan literaria con Cervantes, también se cumple el cuarto centenario de su muerte.

Otros tantos clásicos contemporáneos tomarán el teatro. Como Bertolt Brecht (Vida de Galileo, a cargo de Ernesto Caballero en el CDN), Max Aub (De un tiempo a esta parte, en el Español) o los recuperados Alfonso Sastre y Medardo Fraile, estos últimos, atención, bajo la dirección de José Luis Garci, que llega al Español después de un pasado reciente en el cine más bien estrepitoso. La familia ocupará también una buena parte del espacio teatral. El núcleo familiar, siempre conflictivo, siempre deudor de buenos argumentos, estará presente en los escenarios del Centro Dramático Nacional y en La Abadía, desde diferentes ángulos.

Más en clave de actores, estos primeros meses del año serán una buena oportunidad para disfrutar de actrices enormes como Gloria Muñoz, Blanca Portillo, que vuelve con El testamento de María, María José Alfonso o Concha Velasco, que se subirá a las tablas convertida en la reina Juana, ya en abril, en la Abadía. Una mayoría de estrenos en Madrid, que después saldrán de gira por toda España.

Múltiple ración de Cervantes…

Múltiple ración de Cervantes…En su segundo montaje después de la reapertura del Teatro de la Comedia, la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) inicia el curso con una versión de los textos cervantinos a cargo de Ron Lalá. Bajo el título Cervantina, la compañía recreará con su peculiar y divertidísimo estilo del verso los clásicos Don Quijote de la Mancha, El celoso extremeño, El coloquio de los perros,El hospital de los podridos, El licenciado Vidriera, El retablo de las maravillas, El viejo celoso, La Galatea, La gitanilla, prólogo de Novelas ejemplares, Persiles y Segismunda, Rinconete y Cortadillo y Viaje del Parnaso. Múltiple ración de Cervantes en este estreno que tendrá lugar en enero.

El Teatro Español, de titularidad municipal, también ha tirado la casa por la ventana en lo que al bardo se refiere. En abril se estrenará El cerco de Numancia en versión de Luis Alberto de Cuenca y bajo la dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente. En el mismo mes también se pondrá en escena Quijote. Femenino. Plural, de Ainhoa Amestoy, una especie de revisión de los personajes femeninos del Cervantes a partir de unas juglaresas del siglo XXI que nos recuerdan que el escritor llegó a hacerle decir a una de sus mujeres literarias que era libre. Y eso fue hace cuatro siglos.

A los Teatros del Canal que dirige Albert Boadella y que dependen de la Comunidad de Madrid llega en enero El caballero de la triste figura en colaboración con el Teatro Real y con música y libreto de Tomás Marco. Una versión operística que se contrarresta con el Rinconete y Cortadillo en la versión que Alberto Conejero –autor de la premiada y aplaudida La piedra oscura- ha hecho para la compañía Sexpeare. La historia de dos pícaros en clave muy cómica y que es, sobre todo, una vuelta de tuerca a lo que a veces sucede con los niños prodigio como Joselito o Marisol. Se estrenará a comienzos de febrero.

… Y también super big mac de Shakespeare

… Y también super big mac de ShakespeareMurieron el mismo día del mismo año y por eso, Shakespeare, aunque nos hable en inglés, no iba a dejar abandonado a Cervantes en estos homenajes. El Centro Dramático Nacional (CDN) tiene previsto en febrero el estreno de Cuento de invierno a cargo de la compañía Cheek by Jowl, una de las producciones de la temporada pese a que sólo estarán cuatro días. Pero estos británicos nunca defraudan.

Más Shakespeare habrá en las Naves del Español (Matadero) con la versión de Javier L. Patiño y Darío Facal de Sueño de una noche de verano, ya en mayo, y que aunque es una de sus obras más representadas no suele fallar por su aspecto más cómico. En los Teatros del Canal se montarán dos obras shakesperianas: Trabajos de amor perdidos, de la Shakespeare Globe’s Theatre y la Fundación Siglo de Oro (abril); y King Lear, convertida en ópera china por la Contemporary Legend Theater (mayo). Y después, dos rarezas: Royal Flush, que enfrenta a Shakespeare y Cervantes (febrero), y Dos delirios sobre Shakespeare, de Sanchis Sinisterra y Alfredo Aracil (junio). Si no les gusta el inglés van a tener difícil escapar de él.

De postre siempre nos queda la familia… y la pareja

De postre siempre nos queda la familia… y la parejaEl año se abre en el CDN con Cocina, de María Fernández Ache, que ahonda en los conflictos subterráneos de un matrimonio. De puertas afuera, felices y exitosos; en esa cocina privada, desdén, inseguridades y bromas demasiado pesadas. Casi el pan nuestro de cada día. Un poquito más tarde, ya en febrero, tendremos Verano en diciembre, de Carolina África, que refleja la historia de una familia a través de cuatro generaciones de mujeres muy distintas entre sí. Los conflictos generacionales en su más pura crudeza.

En la Abadía también se podrá ver otro conflicto popular: la relación madre e hija, que para tantos tratados de psicología ha dado (y de los cuales están llenos los libros de autoayuda). Será con La respiración dirigida por Alfredo Sanzol y en la que estará la portentosa Gloria Muñoz, ya para finales de enero, en lo que promete ser uno de los descubrimientos del año.

Curiosidad despierta también Ana, el once de marzo, de Paloma Pedrero, en el Español, ya que es la primera vez que se monta una obra sobre los atentados del 11M, de los que este 2016 se cumplirán ya doce años. La obra bucea en el desasosiego de tres mujeres que creen haber perdido al hombre que aman en uno de aquellos trenes que saltó por los aires. Clave intimista y romántica para reflejar la peor masacre de nuestra historia reciente.

Transición que no falte y otro aniversario

Transición que no falte y otro aniversarioSi en 2015 los conflictos políticos fueron piedra angular en el teatro, en 2016 persisten con obras como 40 años de paz, de Pablo Remón, en el Teatro del Barrio, a partir de febrero. La Transición y que pasó después en nuestra democracia contado a partir de los personajes de una familia. Historia e intrahistoria de nuestro país donde el mensaje político se mezcla con el humor, la frustración y el deseo de éxito. Lo que nos dijeron que íbamos a ser y nunca fuimos.

Y si antes se ha hablado de Cervantes y Shakespeare, otro aniversario es el de los veinte años de La katarsis del Tomatazo, en la sala Mirador. Un espectáculo por el que han pasado la mayoría de los actores que pueblan hoy la cartelera del cine y el teatro. Para ello, la sala ha preparado una nueva Katarsis a partir de este enero. Y habrá que verla.

Y, por supuesto, aunque se apaguen las luces de navidad, calles como la Gran Vía seguirán alojando sus musicales de neón; los monólogos cómicos brillarán en los escenarios privados. Aunque estemos en un país sin Gobierno –lo que daría para otra obra-, la rueda del teatro seguirá girando.