Madrid, 5 may (EFE).- Omar Álvarez pinchó su última sesión el 28 de febrero, un mes antes de morir. Fue una fiesta con amigos que concibió y grabó como una “carta de amor a la cultura tecno” para sellar una despedida creativa que había comenzado cuando los médicos le dijeron que le quedaba poco tiempo de vida.
La grabación se publica este sábado 8 de mayo en www.thelastrave.es, y ese mismo día se proyectará en la Cineteca del Matadero de Madrid.
DJ Mistery Shopper, nacido en Sao Paulo en 1987 (pero crecido en Asturias) y fallecido en Madrid el 27 de marzo por cáncer de colon también presentó en esa sesión las cuatro canciones de Warehouse Kawasaki, su EP póstumo, que se podrá escuchar en plataformas digitales el día 10 y tendrá una pequeña tirada en vinilo.
“Ante la doble pérdida de los espacios sociales para la música y del tiempo común para habitarlos, Omar plantea The Last Rave como un viaje interior, directo al centro de una experiencia compartida, pero nunca vivida: una última fiesta, un último regalo, un ritual de despedida para siempre pospuesto en medio del fin de los días”, explica una nota de la productora Menta Records.
“En realidad no fue una fiesta, fue un rodaje en los estudios de grabación de Fluge en el que todos los asistentes teníamos hechas nuestras PCR y llevábamos mascarilla”, matiza Libertad Suárez, amiga de Omar Álvarez y miembro también de Menta, el sello de música independiente que él cofundó.
Enfundado en su característico traje blanco y con pasamontañas, pinchó durante algo más de una hora. Mientras, alrededor de una veintena de personas, sus amigos más cercanos, escuchan y bailan los temas que mezcla. Al final, se une a ellos mientras suena “L'amour toujours”, de Gigi D'Agostino.
“Sacó energía de donde no la había y también disfrutó mucho. Salió todo bien y del tirón”, relata Libertad Suárez.
Mientras suena la música, casi siempre ritmos trance, a la espalda de Omar se proyectan gráficos y vídeos, algunos de ellos alusivos a su proceso físico y mental, y con mensajes repetidos como “Amabilidad Extraordinaria” o “Sé respetuoso”.
Entre los temas que se escuchan, los cuatro que conforman Warehouse Kawasaki: Shiny Sunday Morning, Serious Problems at the Kabuchiko Meeting, World's End Architect y Childhood Crush, un “homenaje a una cultura rave y techno desaparecida antes de que pudiese llegar a vivirla de primera mano”, explica la nota de Menta.
Creador audiovisual y de videojuegos, periodista de moda, música y tendencias o relaciones públicas, entre todas las facetas en las que Álvarez desarrolló su talento la que quizá le ha terminado haciendo más conocido ha sido el podcast “Omar se muere”, que empezó a grabar en diciembre junto al cómico Antonio Castelo.
Ocho capítulos “sobre la vida, la muerte, el amor y sus cosas”, explicaban sus creadores, que iniciaron cuando ya le habían anunciado que no había más tratamiento para él, y en el que narró sus experiencias y reflexiones con humor y dolor.
Además, durante estos meses ha dejado prácticamente terminado el videojuego “Leviatán de Fuego”, que quizá acabe siendo culminado por sus antiguos compañeros y ha hecho colaboraciones como una sesión musical para la marca de refrescos Moonwater (“Moonsounds”).
“El cáncer me va a matar, pero no me va a quitar ni un minuto del tiempo que me queda, que será brillante, preciado y precioso, porque estoy rodeado de la gente más maravillosa que existe, y por eso me sigo considerando la persona más afortunada de este mundo”, escribió Álvarez en sus redes sociales cuando recibió la noticia de que los médicos le daban unos meses de vida, que él aprovechó cuanto pudo.
Marina Estévez Torreblanca