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Tres novelas de wéstern en español para modernizar las desaparecidas aventuras del oeste

Hace no demasiado tiempo, era habitual que los quioscos y estancos tuviesen una estantería llena de novelas conocidas como 'de a duro' -por su precio, claro está-. Montones de libros que no solo se nutrían de la extensísima producción romántica de Corín Tellado y Carlos de Santander —seudónimo de Juan Lozano Rico—, también de las aventuras del oeste que escribía sin aparente esfuerzo un veterano Marcial Lafuente.

Aunque no se sabe con exactitud, se dice que llegó a escribir 2.600 novelas distintas utilizando nombres tan variopintos como Tony Spring, Dan Lewis o Dan Luce o Cecilia de Iraluce. Hoy, algunos de ellos sobreviven vendidos al peso en webs como milanuncios o librerías de viejo.

Es indudable que el wéstern literario cuenta con una larga y exuberante tradición en la literatura española e iberoamericana. Pero con los años, tal vez por sobreexposición, una generación de lectores y editores en ignorada connivencia mútua parecía haber desplazado al género de lo popular a lo minoritario, y de lo minoritario al culto. Eso no significa que no haya autores que ahonden en el wéstern en 2020: rescatamos tres novelas brillantes, dos novedades y una contemporánea, que reinventan el género en clave moderna.

Intemperie, de Jesús Carrasco (Seix Barral)

Intemperie

Un niño escapa de su hogar con una firme decisión tomada: no volver a convertirse en el esclavo de un patrón despiadado e inhumano. Sus captores lo buscan, le pisan los talones, y por todo escondite el chaval solo cuenta con una llanura árida e infinita del sur español. Una noche se encuentra con un cabrero cuyas enseñanzas le cambiarán la vida. 

En plena posguerra, Intemperie nos sumerge en el escenario que más padecía el hambre y la sequía. Y, lejos de formular una fábula construída en torno a la relación entre aprendiz y maestro, Carrasco compone una trepidante persecución de doscientas páginas que se leen en un suspiro. Una novela de prosa con inquina y medido tempo.

Intemperie es, probablemente, la más famosa de las obras que nos ocupan, y uno de los debuts más sonados de los últimos años en nuestro país. Jesús Carrasco debutó con ella situándose como una de las voces más particulares del panorama literario patrio. Fue galardonada con el Premio Libro del Año del Gremio de Libreros de Madrid, el English PEN Award y el Prix Ulysse a la Mejor Primera Novela. Intemperie es también la única novela de este artículo que no es una novedad —se publicó originalmente en 2013—, pero sigue de plena actualidad gracias a su capacidad para adaptar su historia a distintos medios. Planeta la convirtió en un hábil cómic de la mano del dibujante Javi Rey, y Benito Zambrano dirigió una adaptación cinematográfica que ojalá hubiese vivido mejor suerte en los Goya del año pasado.

En la costa desaparecida, de Francisco Serrano (Episkaia)

En la costa desaparecida

Clara Hooper está de luto pero no tiene tiempo para estarlo. Su marido, el sheriff de un pequeño poblado minero de Arizona, ha fallecido y ella debe cargar no solo con su ausencia, también con los pecados y asuntos pendientes que cualquier cadáver suspende. Cuando un fantasma del pasado se le aparezca en el rancho en el que ha intentado llevar una vida tranquila y anónima, Clara se verá obligada a tomar las riendas de un conflicto que puede acabar con algo más que su vida.

En la costa desaparecida es una brillante reformulación de las narrativas clásicas del wéstern y una enmienda a su aparente defunción - o a aquello que convenimos en llamar wéstern crepuscular-. Una vuelta a los orígenes cinematográficos del género que demuestra un profundo conocimiento de la materia, pero que no se conforma con saberse homenaje: se deleita en cada vuelta de tuerca, hace de la indoneidad una norma y del clasicismo una coreografía de la que siempre es sano salirse.

Francisco Serrano debutó en 2013 con Perros del desierto, publicado por Editorial Alegoría. Un relato en el que ya transitaba el wéstern, aunque dopado por la ciencia ficción, que formaba parte de una interesantísima colección llamada Memento Mori en la que también han publicado John Tones o Guillermo Zapata. En 2018 publicó una pequeña novela llamada Hajira con Episkaia, la editorial con la que ahora publica la que es, sin duda, su mejor obra hasta el momento. La cuidada edición de En la costa desaparecida realizada por Episkaia, que no da puntada sin hilo, incluye unas pocas pero bellísimas ilustraciones de Eva Vázquez.

A lo lejos, de Hernán Díaz (Impedimenta)

A lo lejos

A lo lejos sigue las andanzas de 'el Halcón', un inmigrante sueco que llega a California en plena Fiebre del Oro. Pretende encontrar a su hermano desaparecido, pero su viaje se irá tornando cada vez más y más extraño. Un cruel sheriff, un buscador de oro, un naturalista y una mujer mellada convertirán su viaje en una odisea sui géneris que le cambiará la vida.

A medio camino entre el aire de fábula con regusto épico y el lirismo introspectivo, A lo lejos se nos revela como una inteligente y reposada aproximación moderna al wéstern. Casi una reflexión sobre los mitos que este ha generado siempre y su contrapartida real, como si de un alumno aventajado de Patrick deWitt se tratase.

Hernán Díaz nació en Buenos Aires pero se crio en Estocolmo. Parte de su trayectoria se fundamenta en la teoría literaria: su estudio Borges entre la historia y la eternidad, publicado por Bloomsbury, es uno de los más completos sobre el autor de El Aleph en lengua inglesa. A lo lejos es su primera obra de ficción, y aquí nos llega de la mano de Impedimenta y traducido por Jon Bilbao. Su debut en la novela le ha valido ya el Prix Page America y el New American Voices Award, entre otros galardones.

Hace no demasiado tiempo, era habitual que los quioscos y estancos tuviesen una estantería llena de novelas conocidas como 'de a duro' -por su precio, claro está-. Montones de libros que no solo se nutrían de la extensísima producción romántica de Corín Tellado y Carlos de Santander —seudónimo de Juan Lozano Rico—, también de las aventuras del oeste que escribía sin aparente esfuerzo un veterano Marcial Lafuente.

Aunque no se sabe con exactitud, se dice que llegó a escribir 2.600 novelas distintas utilizando nombres tan variopintos como Tony Spring, Dan Lewis o Dan Luce o Cecilia de Iraluce. Hoy, algunos de ellos sobreviven vendidos al peso en webs como milanuncios o librerías de viejo.