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Con I de Intersexualidad: tres libros sobre la letra más olvidada del arcoíris

Según define Human Rights Watch, los intersexuales son personas que “nacen con características sexuales que no encajan con las nociones binarias típicas de los cuerpos masculinos o femeninos”.

En España se desconoce cuántos bebés nacen al año sin una asignación tradicional del sexo, pero la OMS cifró en un 1% el número de personas intersexuales en todo el mundo. Según un sistema de estadísticas basado en EEUU, en nuestro país habría 250 recién nacidos cada año con esta condición.

Aunque este colectivo se encuentra bajo el paraguas de las siglas LGTBI, en España sufren una situación de invisibilidad acorde con la falta de cifras oficiales. La búsqueda de la identidad sexual es una temática cada vez más recurrente en el cine y la literatura, pero por cuestión de estadística, los intersexuales no han recibido la misma atención que las personas homo o trans.

Con la celebración del Orgullo Mundial en la capital madrileña, aprovechamos para acordarnos de la letra más olvidada del arcoíris. Los autores de los sucesivos títulos han afrontado desde distintas perspectivas la realidad de un colectivo que aún vive apresado entre los prejuicios sociales y la cuadriculada visión de lo femenino y lo masculino. Sirvan estos títulos, dos ficticios y otros dos ensayos, para mirar con otros ojos a este mundo; un mundo donde hay dos únicos países que hayan prohibido la mutilación genital de personas intersexuales.

Middlesex (Editorial Anagrama)Middlesex

Jeffrey Eugenides

Ocho años después de publicar su ópera prima, Las vírgenes suicidas, Eugenides trazó una Odisea de descubrimiento sexual y genealógico que le valió el Pulitzer en 2003. El escritor de ascendencia griega usó su propio hilo familiar para crear la Gran Obra Americana desde los ojos de un inmigrante.

Para reproducir la expulsión turca de los griegos de Asia Menor en 1922, el autor solo tuvo que meter las narices durante dos años en una biblioteca.

Una tarea dura y nada desdeñable hasta que se presentó la segunda: también quería que su protagonista fuese intersexual. Se basó en el personaje Tiresias de la Metamorfosis de Ovidio y en Herculine Barbin, un hermafrodita del siglo XIX. Pero a él le interesaba la concepción del placer sexual y su relación con la herencia, y así surgió Calíope.

¿Cómo se crean las identidades? ¿Nos las conceden? ¿Las creamos? ¿Qué papel juegan nuestras familias? Calíope parece destinada a encarnar la leyenda sobre esas niñas que cuando llegaban a una cierta edad se transformaban en hombres. Cuando al final asume su naturaleza, el personaje afirma en numerosas ocasiones que nació dos veces, una como Calíope y otra como Cal Stephanides.

La virtud de esta novela es la de querer entender lo que otra mucha literatura ha resuelto con estereotipos. Eugenides investigó durante años los aspectos biológicos de la intersexualidad hasta dar con la raíz genética de esta condición. “A veces, la genética es entendida de una manera similar a la antigua idea griega de un destino, con el que se nace y del que es imposible escapar”, dijo en su día el escritor. Calíope plantea el debate sobre cuánto le debemos a la naturaleza y cuánto a la educación, y a la vez es portador de un mensaje: hay más libertad en juego de lo que sugiere el determinismo genético.

El chico de Oro (Editorial Bruguera)El chico de Oro

Abigail Tarttelin

Max Walker es el prototipo de adolescente rubio, atleta, estudioso, triunfador entre sus compañeros y querido por sus padres. A primera vista vive una juventud perfecta, pero solo en apariencia porque, ¿qué adolescencia lo es?

El chico de oro también es intersexual, aunque él no lo sabe porque sus padres decidieron ocultárselo después de hacerle pasar por el quirófano de niño. Max descubrirá su lado femenino de la forma más cruel y abrupta: a partir de una violación. Desde ahí se sucederán las situaciones límite avivadas por el trauma y la exaltación hormonal.

Abigail Tarttelin escribió esta novela con tan solo 24 años, cuando se pudo permitir abandonar su trabajo de camarera en King's Cross y codearse entre la joven élite literaria de Londres. La epifanía le llegó tras ver la película XXY, de la argentina Lucía Puenzo. En esta, Alex también es intersexual, pero desde su infancia sus padres han intentado que crezca como mujer, aislando y redirigiendo su orientación sexual.

A partir de ahí, la escritora comenzó a documentarse y a formar una tesis sobre la cuadriculada generación del Facebook, como ella la llama, donde lo masculino y lo femenino está rodeado de tabúes. También rechazó el término hermafrodita, ya que “parece que hablas de una criatura mitológica, o de un ser que es masculino y femenino y capaz de fecundarse a sí mismo. La intersexualidad incluye diversas condiciones”.

Una mirada fresca sobre un tema delicado de asumir en una ópera prima. Tarttelin reconoció el esfuerzo de su esmero y la importancia de situar esta trama en el género del young adult. La novela no está dirigida necesariamente a un público juvenil, ya que el narrador va variando el punto de vista desde el de la madre, el padre, el hermano y la doctora de Max. Además del aplauso de la crítica, decenas de familias agradecieron a la autora no sacrificar un reflejo fidedigno de la intersexualidad en pos de una historia excitante.

Transexualidad, intersexualidad y dualidad de género (Editorial Bellaterra)

José Antonio Nieto Piñeroba

A diferencia de los dos títulos anteriores, el de Nieto es un ensayo que aborda el contexto jurídico de la condición intersexual y transexual. Este volumen es una recomendación especial de la Librería Berkana, especializada en temática LGTBI.

En él, el autor se decanta por una moratoria de la intervención quirúrgica hasta que la persona intersexual pueda decidir por sí misma. Al final de su texto, se recoge una aspiración utópica que cuestiona el estático sistema binario de género y que también abre el debate a su perpetuidad. Junto a los apuntes sobre intersexualidad, Nieto se posiciona en contra del modelo que reconoce la transexualidad como un “trastorno de identidad de género” por ser una etiqueta estigmatizadora.

Además del ensayo de este catedrático, que ejerce en Nueva York y es director de un máster a distancia en Sexualidad Humana, cabe destacar Sobre el derecho de los hermafroditas, de Daniel J. García. Este volumen rescata un texto olvidado en la Bibliothèque Nationale de Estrasburgo y publicado originalmente en latín (De iure circa hermaphroditos) que defendió en 1788 un joven de 19 años. Por primera vez traducido al español, el libro supone un cierre simbólico del tratamiento de los intersexos en el ámbito estrictamente jurídico, en el que la persona intersexual pasará a partir de entonces de la tutela legal a la médica.

En el extenso prólogo, García hace un repaso de la genealogía de los intersexos, desde la Grecia clásica hasta la etapa actual, en la que comienza a primar el derecho a la autodeterminación del sexo y el género, como ponen de manifiesto los primeros países que han prohibido las cirugías de mutilación a menores intersexuales.

Según define Human Rights Watch, los intersexuales son personas que “nacen con características sexuales que no encajan con las nociones binarias típicas de los cuerpos masculinos o femeninos”.

En España se desconoce cuántos bebés nacen al año sin una asignación tradicional del sexo, pero la OMS cifró en un 1% el número de personas intersexuales en todo el mundo. Según un sistema de estadísticas basado en EEUU, en nuestro país habría 250 recién nacidos cada año con esta condición.