Valdivia (Chile), 23 nov (EFE).- La ciudad chilena de Valdivia, descrita por el naturalista británico Charles Darwin como “la única del mundo inserta en un bosque de manzanos”, es un claro ejemplo del proceso evolutivo de la selección natural, ya que las manzanas y la sidra llegaron con los españoles y ahora se han transformado en un patrimonio cultural que aspira a competir con su producto más famoso, la cerveza.
“Se insertó en estos bosques lluviosos y se adaptó a esta región. Estas manzanas tienen unas características únicas porque fueron seleccionadas naturalmente a estas condiciones de suelo volcánico muy lluvioso y rápidamente fue usada como una materia prima para hacer fermentación incluso para los pueblos originarios”, dijo a EFE el académico de la Universidad Austral de Chile, Iván Maureira.
Según explicó el académico, estos manzanos llegaron a la región sureña por medio de los españoles en la época de la colonia,“más o menos unos 500 años atrás”:
“Pedro Valdivia, que fundó la ciudad, vino con soldados que trajeron los manzanos. Por eso la manzana ha estado desde que Valdivia es Valdivia, inserta en el territorio”, señaló
Asimismo, en una expedición que realizó Darwin por Chile y que llegó a esta ciudad en 1835, destacó y publicó que era “la única ciudad del mundo inserta en un bosque de manzanos”, lo que hoy día se traduce como “patrimonio cultural”, según explicó a EFE Alejandra Vázquez, responsable de Economía y Turismo de la región.
“La sidra es muy importante para nosotros. Tenemos cultivos de manzanas desde hace tiempo y forman parte del patrimonio de aquí, donde hay árboles mayores incluso de 400 años, traídos por los españoles, y que se han mantenido en el tiempo y son parte del paisaje y de la agricultura tradicional”, explicó Vázquez.
La sidra opacada por la cerveza y la kombucha
Pese a que a la sidra “no se le esté sacando valor”, pues la cerveza y la kombucha son los productos protagonistas de la zona, se están creando “nuevos mercados” y “vínculos” para dinamizar la economía local.
“Fortalecer nuestro sector rural, dar oportunidades a los jóvenes, a las mujeres, que muchas veces no encuentran oportunidades productivas, pero con la producción de manzanas y de sidra podemos encontrar muchas alternativas de seguir fortaleciendo las estructuras y potenciar la economía”, añadió la responsable regional.
En el caso de Irene Silva, agricultora valdiviana de 73 años y dueña de una de las quintas de manzanas patrimoniales, aseguró a EFE con orgullo que “todo lo que hacen los pequeños agricultores aporta” a la región.
“Mi pequeño paraíso” Gracias a los pequeños agricultores y a su pasión por el campo, este producto cada día tiene más fuerza en la región y se crean nuevas técnicas de producción de sidra y nuevos productos a partir de los manzanos patrimoniales.
“Es mucho esfuerzo, pero el trabajo lo hago con cariño y amor, me gusta arborizar porque sé que al mundo le faltan muchos arbolitos. La gente tala y tala, y yo a mis alumnos les enseñé que cuando cortas un árbol, debes plantar cinco o más. Y eso es lo que hago yo”, dijo Silva.
Cuidado ancestral
Esta agricultora y antigua profesora, asegura que vive “en su pequeño paraíso”, pues el amor que siente hacia la naturaleza y el campo hace que se “sienta cerca de Dios”, y “cuando está triste, abraza a un árbol y le da la energía que necesita”.
“Estoy sola con mi soledad, yo trabajo sola. Soy la cenicienta que vive en medio del bosque”, añadió Silva, quien perdió a su marido hace años y desde entonces se dedica a la agricultura, cultivo de flores y huerto, y crea mermelada, conservas, sidras, licores artesanales y remedios de hierbas. “
No necesito de la ciudad para vivir, porque cultivo yo todo lo que necesito“, concluyó con orgullo y felicidad.
El gobierno chileno presentó en mayo de este 2024 una extensión del Programa Siembra por Chile 2024, iniciativa que consiste en la restauración de bosques nativos a gran escala.
“Son más de veinticuatro mil hectáreas en las que ya se han iniciado procesos de restauración, con una demanda histórica por restaurar de al menos treinta mil hectáreas”, dijo en mayo el director ejecutivo de Corporación Nacional Forestal (CONAF), Christian Little.
Andrea Sanz Yus