Valencia, 18 jul (EFE).- Cuidar del planeta, reducir la huella de carbono y el desperdicio de alimentos y hacer la vida más fácil al que no tenga tiempo para cocinar son los mandamientos de Vegan Food Club, el primer servicio en línea de platos preparados 100 % vegetales y veganos que reparte en el territorio nacional.
Los creadores de esta idea son los valencianos Pablo Alcolea, primer ejecutivo, y Rodolfo Castro, chef ejecutivo, que dirigen este proyecto nacido en Valencia con el objetivo de llevar a las oficinas y casas de todo el país recetas listas para consumir en menús semanales o mensuales.
“Nos dirigimos a personas que quieren comer sano y sostenible pero tienen poco tiempo para cocinar”, explica Alcolea a Efe, mientras Castro defiende que su cocina “no se sube a la ola de la comida rápida vegana” y prefiere evitar comparaciones con establecimientos de este tipo.
Comenzaron a trabajar en este modelo de negocio a finales de noviembre de 2020, y en febrero de 2021 abrieron su cocina, pero para Alcolea marzo fue su mes, ya que en tan solo dos meses han experimentado un crecimiento vertiginoso que les ha permitido llegar a cualquier lugar del país.
“Primero enviamos en la ciudad de Valencia; después, en la provincia; y finalmente, en toda España”, comenta para resaltar que el aumento de los platos vendidos y sus campañas de publicidad les ha permitido “abrir un mercado potencial en el país” para que la gente les “recomiende”.
COCINA SANA Y PREPARADA
“Nuestra cocina es tradicional, sin nada de sustitutivos, ni carne falsa ni ultraprocesados”, explica el chef, para cuyos platos cuenta con una nutricionista que les asesora para conseguir los nutrientes necesarios en “una comida casera con procedimientos profesionales”.
Las recetas de este menú fijo de seis platos que cada semana varía contempla platos de cuchara “muy castizos”, según Castro, como los potajes y las lentejas, además de incorporar nuevos sabores con influencia mexicana y asiática, ya que el cocinero estuvo un tiempo trabajando allí.
La paella vegana, su plato más vendido; el pimiento relleno de arroz, calabaza y pasas; un curry de mango, potajes, lentejas poblanas o verduras asadas con romescu y quinoa son recetas que triunfan en su catálogo.
“Muchas veces la comida vegana para llevar son cosas de 'vegano cinturón negro'; yo renuncio a eso, prefiero hacer lentejas que te recuerden a tu abuela pero sin carne”, afirma con rotundidad.
Otros de los platos internacionales de su cocina son el tabulé de trigo, el pad thai vegetal, un tikka masala vegetal o el risotto de remolacha.
Además, en la cocina trabajan con una gran cantidad de productos de kilómetro cero, y si no es posible, de ámbito nacional, lo que obliga al cocinero a apostar por hortalizas de temporada.
Cuenta que utiliza calabazas de la provincia, arroz con Denominación de Origen València, además de verduras, “un tipo de ellas de origen asiático que se cultivan en los campos de El Perelló, y un garrofó del que sabemos su nombre y apellidos”.
El proceso de elaboración de los platos se basa en las pautas nutricionales para sustituir la proteína animal, su cocinado y empaquetado, además del etiquetado y la reglamentación obligatoria para su posterior envío a cualquier parte del país.
EL APRENDIZAJE DE LA PANDEMIA Y LA EXPANSIÓN A PAÍSES VECINOS
Vegan Food Club trabaja mediante un sistema de suscripción sin compromisos en los que a través de un menú rotatorio “muy variado” (“para que la gente no tenga la sensación de que nos repetimos”, apunta), el cliente puede seleccionar tres niveles de membresía.
El primero es el “Vegan Hero”, en el que suministrarán seis platos semanales al cliente; el segundo es “Vegan Super Hero”, destinado a parejas y familias, ya que son doce platos semanales; y el tercero, “Vegan Legend”, de carácter mensual, para gente que “confía” en ellos y quiere que le solucionen cada semana.
Alcolea afirma que no existe un “público tipo” pero destacan las personas de entre 25 y 35 años “de ciudades grandes y sin tiempo para cocinar”, padres de familia que quieren “platos de verduras ya elaborados para sus hijos” o aquellos que les conocen y quieren “platos de este tipo a un precio asumible”.
Ofrecen entregas a oficinas y domicilios particulares y, según Alcolea, “en torno al 20 % de los envíos son a oficinas, donde lo pueden guardar directamente en la nevera y está listo para consumir”.
Las previsiones de futuro para estos emprendedores son ambiciosas y optimistas, ya que dado el volumen de negocio actual, han previsto que en un período de “seis y doce meses” puedan repartir en Portugal y Francia, respectivamente.
Agustín Alabau