Hace justo un año Valve lanzaba las primeras Steam Machines al mercado. Las videoconsolas, que tenían un ligero aire a la Xbox, venían a rescatar todos esos juegos almacenados en el disco duro del ordenador a través de la distribuidora digital Steam para darles salida en la pantalla de la televisión. En otras palabras, eran videoconsolas hechas por y para jugar con esta plataforma.
“Nos pareció muy poco innovador. Todo el mundo tenía ya conectado el ordenador a la televisión. Lo realmente interesante era lo de sacar esos juegos fuera de casa”, cuenta Daniel Fernández a eldiario.es. Él es el CEO de Smach Team, los creadores de la primera videoconsola española que, además de ser modular, cuenta ya con un catálogo de 3.500 juegos antes de salir al mercado: los de la plataforma Steam que juegan los más de de 120 millones de usuarios registrados.
La videoconsola, que se llama Smach Z, es el resultado del trabajo del ya mencionado Daniel junto a Ignacio Armenteros y Antonio de la Torre. Y, salvando el paralelismo con la otra zeta, la de los extremeños que terminó en fiasco, la Smach Z se ensambla y se diseña en España.
“El equipo fundador es de Mallorca y la empresa de producción de hardware está en Valencia”, continúa Fernández. Se refiere a ImasD, una compañía con más de 10 años de experiencia a sus espaldas en el desarrollo de productos electrónicos. Ellos tampoco pueden evitar que algunos componentes se fabriquen fuera de nuestro país: “AMD nos manda el chip ya fabricado. Nosotros solo lo ensamblamos y lo diseñamos aquí”, asegura Fernández.
“Afortunadamente el caso de los Zetta solo es conocido en España, aunque en Kickstarter también ha habido otros proyectos que han sido un timo. Hay mucho escepticisimo”, confiesa Fernández. Y es que la Smach Z nació en la plataforma de crowdfunding a finales de 2015, aunque con otro nombre. La Project Steamboy no consiguió el objetivo de financiación y ese proyecto tuvo que darse por concluido. “Desde entonces hemos seguido trabajando y contando con el feedback de la gente. Tras el primer anuncio, vimos que había mucho interés y nos lanzamos a ello”, cuenta Fernández.
El pasado 19 de octubre, el nuevo proyecto Smach Z - The handheld gaming PC se publicó en Kickstarter. En menos de 48 horas, los 250.000 euros objetivo ya se habían alcanzado y los creadores ampliaban el plazo hasta el 19 de noviembre. De momento llevan recaudados más de 322.000 euros y ya hay 3.000 unidades de la videoconsola adjudicadas a los mecenas.
A punto en abril del año que viene
“La primera producción se va a hacer en España, en distintas fábricas, aunque no descartamos obviamente que si la producción fuera mayor nos tengamos que ir a China. Eso es inevitable”, dice Fernández. Las primeras unidades de la Smach Z serán entregadas en abril de 2017, aunque solo a la gente que aportó dinero en el proyecto de Kickstarter.
“De momento solo tenemos un prototipo”, cuenta el CEO de Smach Team. Es el mismo que en el verano de 2015 la compañía comenzó a desarrollar con los 6.000 euros del primer premio del Proyecto Eureka, la participación de varios inversores y la ayuda de la incubadora de empresas Mola. “Aún tenemos que trabajar en la versión final durante seis meses por lo menos. Hasta que produzcamos de cara al mercado global va a pasar un tiempo, tenemos que pasar certificaciones y controles. Preveemos finales de 2017 o principios de 2018”, continúa Fernández.
La versión estándar de la Smach Z costará 299 euros, tendrá un procesador AMD de cuatro núcleos a 2,1 Ghz, 4 GB de memoria RAM y 64 GB de disco duro. También llegará un modelo superior, con el doble de RAM y el doble de capacidad, por 499 euros. La consola, además, podrá conectarse a la televisión vía HDMI, tendrá receptor Wifi y el modelo PRO será capaz de conectarse a la red móvil (3G o 4G). Ambas versiones tendrán una pantalla de 6 pulgadas.
Fernández también se refiere al sistema modular de la consola, donde “tanto el procesador de la memoria RAM como el disco duro se podrán intercambiar mediante el cambio de módulos”. Aunque de momento no han conseguido que la batería supere las cinco horas de duración, como el CEO dice, “esto es solo un prototipo”. Lo tiene claro: “La videoconsola aporta algo que no existe: jugar a juegos hardcore o juegos de ordenador en cualquier lugar”, concluyen.