Manual para detectar las enfermedades laborales de 'las kellys'
Dolor lumbar, molestias en la piel y ojos, dolores de cabeza, estrés, fatiga... Las kellys, las 'ke-limpian', las camareras de piso, arrastran una larga lista de dolencias asociadas a su trabajo. Tania tiene dos hernias en la espalda y hacer habitaciones le cuesta una infinidad; Cristina ha desarrollado problemas de movilidad en brazos y manos; a Mónica se le ha comenzado a deformar el brazo y tiene diagnosticado el síndrome del túner carpiano; Mari Carmen, con una minusvalía, hacía de media unas 17 habitaciones por día el año pasado. Todas se medican para poder continuar su trabajo.
Este grupo de mujeres explicó sus casos en las jornadas sobre salud laboral de Comisiones Obreras, un programa itinerante por varias ciudades valencianas que busca concienciar a las trabajadoras sobre los riesgos de su trabajo y, sobre todo, de sus derechos. El programa, según explica el representante de la federación de servicios, José Miguel Mandigorra, se basa en un estudio del Invassat (el Instituto valenciano de seguridad laboral) que analiza las principales enfermedades de las camareras de piso y el mapa de prevenciones.
El estudio del departamento autonómico señala que las camareras de piso disponen de un 6% de su jornada para descansar e invierten una media del 76% del tiempo en la realización de habitaciones, haciendo alrededor de 20 habitaciones al día, y un 17 % lo reservan a otras tareas, como la limpieza de zonas comunes o la preparación de los carros de la limpieza. De media, dedican entre 15 y 25 minutos para limpiar una habitación individual, aunque varía unos minutos según la temporada turística. En el trabajo, explica Mandigorra, influyen otros factores clave para la salud, como la repetición de movimientos o el contacto con productos químicos, que deriva en problemas respiratorios. El poco tiempo para realizar las tareas, la presión de los establecimientos y la inseguridad sobre el sueldo que quedará a final de mes completan una peligrosa ecuación para la salud de cualquier trabajador.
Estrés, ansiedad, depresión y fatiga crónica se suman al cóctel de la incertidumbre y la precariedad laboral. Según los datos del Invassat, entre el 15% y el 20% de los hoteles tienen externalizados los servicios de limpieza. Sin embargo, los sindicatos y las propias trabajadoras aseguran que es una práctica en aumento en muchos hoteles, que aprovechan esta situación para pagar sueldos más bajos. Hay diferencias de más de 600 euros para un mismo tipo de jornada. Según el convenio colectivo, el salario mensual para estas labores tendría que ser de 1.500 euros brutos, aunque se adapta según provincias. En Valencia, el último data de 2014 y caducó el año pasado; en Castellón está sin efectos desde 2011; en Alicante, se ha suscrito recientemente.
No obstante, ninguna de las provincias valencianas incluye una cláusula demandada por las trabajadoras: que aunque la empresa externalice el servicio se aplique el convenio a la subcontrata, ya que bajo esta fórmula los hoteleros reducen en casi 600 euros el salario de las camareras de piso. Algunos establecimientos pagan por habitación completa entre 2 y 4 euros, una cuantía ínfima para el trabajo que supone y que tiene efectos psicológicos en el trabajador: si tu empleo y sueldo son inestables, el estrés aumenta considerablemente.
El equipo técnico del Invassat concluyó que prácticamente en la totalidad de las tareas desempeñadas por las camareras de piso se identifican posturas forzadas como factor de riesgo ergonómico debido a empujes y arrastres en la manipulación de carros de limpieza, carros de ropa limpia y ‘amenities’, transporte de cargas a más de un metro (material de limpieza, ropa de cama, fuerzas aplicadas al escurrir mopas, mochos, movimientos repetitivos en la limpieza de cristales o mamparas y manipulación manual de cargas (cubos de agua, etc.). El 36% de las camareras de piso encuestadas están en grupos de riesgo de desarrollar alteraciones o ya las han desarrollado. El porcentaje aumenta a medida que lo hace la edad y la antigüedad en el puesto de trabajo.
En relación al sistema de gestión de la prevención implantado en los hoteles, se observa que en líneas generales, la mitad de los hoteles no realiza las evaluaciones ergonómicas específicas de cada factor de riesgo según criterios del Invasat-Ergo.
El pasado agosto, el colectivo consiguió que el ministerio de Trabajo reconociera como enfermedades laborales dolencias comunes al colectivo, a través de la mesa del Empleo de Calidad en la Hostelería. Entre ellas, el denominado 'codo de tenista', o el síndrome del túnel carpiano.
Para concienciar a las trabajadoras y empresas sobre los riesgos para la salud del trabajo, CCOO ha creado una web para identificar las dolencias, además de un apartado legal que contiene los derechos de las trabajadoras. El portal del sindicato incluye un cuestionario para la evaluación de los riesgos psicosociales en el trabajo.
Entre las recomendaciones sobre las dolencias físicas, Comisiones Obreras aboga por cursos de pilates para la prevención de molestias musculares y corrección de la postura. El sindicato recoge los consejos del manual de “Pilates como prevención de los trastornos músculo-esquléticos en la hostelería”, financiado en su momento por la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales. “No queremos que el trabajo nos mate”, sentencia Mandigorra.