Encuentran cartas manuscritas en un bolsillo de un fusilado del franquismo dentro de una fosa de Paterna
Los técnicos que trabajan en la exhumación de víctimas del franquismo en la fosa 127 del cementerio municipal de Paterna han hallado, guardadas en la chaqueta que llevaba el día que lo fusilaron, el 13 de julio de 1940, cuatro postales y una carta de los familiares de Francisco Sanz Herráez.
Así lo ha relatado el presidente de la Asociación de Víctimas del Franquismo de la Fosa 127, Juan José González, quien ha añadido que se trata de misivas que le mandó su mujer, Nieves Monzó, y un amigo suyo, Antonio Pons, con un sello procedente de Benimàmet, un barrio de Valencia.
Las postales de su mujer, escritas a lápiz, se han mantenido en buen estado, lo que ha facilitado averiguar el nombre de la víctima y de sus familiares, pero la carta procedente de su amigo no se ha conservado de igual manera, debido a que estaba escrito con pluma y las palabras se han borrado con el paso del tiempo.
González ha explicado que en las cartas se narran cosas cotidianas y se menciona a los hijos, pero al desconocerse el paradero de estos, la Asociación visitará este domingo el centro parroquial de Benimàmet para comprobar si hay una partida de nacimiento o los nombres de algunos familiares de la víctima.
En las exhumaciones, los técnicos han encontrado todo tipo de objetos: ropa, lapiceros pequeños, medallas, zapatos y botas, pero “lo más interesante han sido estas cartas, porque han ayudado a averiguar quién era y quiénes son sus familiares. Ha sido un gran descubrimiento”, ha añadido el presidente de la Asociación. Sin embargo, la entidad ha pedido la colaboración ciudadana para encontrar a los familiares de Francisco Sanz Herráez, debido a que no se encuentran entre los nombres de la lista de familiares de víctimas del franquismo.
A finales del pasado mes de mayo, la Diputación de València inició los trabajos de exhumación e identificación en la citada fosa del cementerio municipal de Paterna, donde se espera poder recuperar los restos de 147 víctimas de la dictadura franquista, naturales de varios municipios valencianos y de otras provincias.
Durante estos meses de trabajo, un laboratorio de campaña dentro del cementerio toma las muestras de ADN a medida que se extraen los restos, cuya contaminación se intenta evitar realizándose al mismo tiempo el trabajo de exhumación y el estudio antropológico. Las víctimas proceden de diversos municipios de la provincia de Valencia como Manises, Ontinyent y Alzira, y de poblaciones de Badajoz, Teruel y Albacete, y fueron fusiladas los días 13, 24 y 27 de julio de 1940.