De elaborar listas negras de periodistas con Zaplana a la comunicación de Terra Mítica, así es el jefe de gabinete en la Diputación de Alicante
Después de que Ciudadanos designara a los nueve asesores que van a acompañar a sus dos diputados en la Diputación de Alicante, le ha tocado el turno a sus socios en el gobierno provincial, el Partido Popular.
Entre la ristra de 16 nombres que aparecen en la relación de personal eventual, el presidente de la Diputación alicantina, Carlos Mazón, ha colocado en el puesto más elevado, el de jefe de Gabinete, al que fuera su mano derecha en la Cámara de Comercio que dirigía hasta su entrada en política, Santiago Lumbreras.
Entre los empleos que ha ostentado este periodista y empresario de medios, exresponsable de Comunicación del órgano empresarial hasta hace unos días, es el de jefe de Informativos de la extinta Ràdio 9 durante la primera etapa de Eduardo Zaplana al frente del Consell.
Pero su paso por la corporación de la Radiotelevisió Valenciana estuvo cargado de polémica desde que ordenara en 1996, junto con el jefe de Explotación de la radio pública José Ramón Varó, la elaboración de una lista de periodistas “desafectos al nuevo régimen”.
Así lo recuerda el periodista valenciano Francesc Arabí en el libro que acaba de publicar Ciudadano Zaplana. La construcción de un régimen corrupto (editorial Akal). Según Arabí, la orden de iniciar una caza de brujas contra los empleados partió de la entonces directora general de medios del Consell, Genoveva Reig, cuyo cargo dependía directamente de Zaplana.
Reig colocó a Varó y Lumbreras como directivos de la radio y esto a su vez presionaron al jefe de programas, Pasqual Martorell, para que confeccionara la lista. Fue precisamente Martorell el que elaboró un informe dirigido al director de la radio, Francisco Mora, en el que atribuye a los “ordenantes de hacer la purga” la siguiente frase: “Porque ahora es el momento de limpiar esto de rojos y maricones […], para que luego no nos podamos quejar de que lo que hay es lo que me encontré al llegar”.
Mora, a su vez, se dirigió al director general de RTVV, Juan José Bayona, para trasladarle su malestar y reclamarle la destitución del ahora asesor de la Diputación de Alicante y de Varó. Pero este desoyó a su subordinado mientras que Genoveva Reig lo tildaba de “chiquillada”. Sin embargo, el asunto llegó a las Corts donde se abordó en comparecencia parlamentaria y Martorell y Mora lograron el respaldo de la oposición.
Previamente, ya habían sido apoyados por el Comité de Empresa de RTVV y por la redacción de Ràdio 9, que reclamaron sin éxito la apertura de expediente a los dos impulsores de la lista negra. Nada más lejos. Los que acabaron saliendo de la radio valenciana fueron los defensores de los trabajadores, Mora y Martorell. “Los dos acabaron siendo despedidos”, rememora el autor del libro.
“Lo que pedimos (a Martorell) fue un informe sobre cómo funcionaban laboralmente los redactores para elaborar la nueva programación de verano”, se excusó entonces Lumbreras, quien tachó la purga de un “malentendido”.
Empresario
Como empresario de medios, Santiago Lumbreras también ha sido sinónimo de polémica. En su etapa como administrador de Unión Ibérica, emisora conocida como Radio España a la que el gobierno de Zaplana asignó a finales de 1998 dos diales, uno en Alicante y otro en Castellón. Entonces Lumbreras ya había dejado de ser jefe de Informativos de Ràdio 9 y ejercía como jefe de Prensa de la Generalitat Valenciana en Alicante.
La concesión a Radio España se conocía en un momento en el que el gobierno de Zaplana había adjudicado a otra empresa creada solo tres meses antes, Medipress, tres emisoras de FM, según publicó entonces El País. El administrador de esa mercantil, Francisco Gaya, había compartido anteriormente consejo de administración con el secretario de Estado de Comunicación del gobierno de Aznar, Pedro Martín Marín.
Como relata el libro El secuestro de la democracia, Corrupción y dominación política en la España actual (editorial Akal) en el caso de Lumbreras había participado un año antes en la constitución del Grupo de Comunicación Arco Mediterráneo (GCAM) y en la creación del rotativo La Prensa, llegando a ser subdirector, y donde coincidió con toda una serie de nombres del mundo de la comunicación y del PP y que todos ellos “eran personas extraordinariamente próximas a Eduardo Zaplana”. La asignación de diales se trató, según los autores, de una trama “compleja” puesto que “implica cruces accionariales e intereses compartidos”.
Por último, entre otros cargos relacionados con la comunicación, Santiago Lumbreras fue designado director de comunicación de Terra Mítica en 2007, el parque temático impulsado por Zaplana y cuya construcción se convirtió en uno de los primeros casos de corrupción del PP.