Las aparadoras del calzado, último eslabón de la cadena de montaje y sinónimo de precariedad y economía sumergida, se han situado a la cabeza de la solidaridad al protagonizar una gesta en pocas horas que les ha llevado a producir de manera altruista unas 10.000 mascarillas que ayuden a paliar las consecuencias de la crisis del coronavirus.
La acción comenzó a finales de la semana pasada cuando responsables del deparamento del Hospital General Universitario de Elda-Petrer no tuvieron más remedio que lanzar un llamamiento a la sociedad civil. Se estaban quedando sin mascarillas en los centros de salud de Petrer, un elemento sanitario indispensable no solo para los profesionales sanitarios, también para los pacientes.
En colaboración con la concejalía de Sanidad y Participación Ciudadana de Petrer, que dirige la regidora socialista Juani Ochoa, se lanzaron a la carrera en busca de un ejército de aparadoras que dieran forma al material sanitario que había facilitado el centro hospitalario.
Para su sorpresa, se encontraron con una disposición máxima de las aparadoras, numerosas en esta ciudad zapatera donde casi todas las trabajadoras del calzado tienen máquina del aparado en casa, relata María Luisa de Lamo Parrilla, una de las primeras aparadoras que ha estado al frente de esta iniciativa desde el principio.
En cuestión de horas, se había corrido la voz, insiste. “Actualmente todo el mundo quiere colaborar y nos preguntan cómo hacerlo para aportar su granito de arena”, apunta esta pequeña empresaria dedicada a confeccionar zapatos para las fiestas de Moros y Cristianos.
Tantos es así, que el sábado ya contaban con “mil y pico mascarillas” a razón de unas 160 realizadas por cada aparadora desde sus domicilios, respondiendo también de esta forma a la necesidad al formato del teletrabajo que ha demandado la administración. Se estima que a primeras horas del lunes se ha superado las cifras de 10.000 mascarillas gracias a una red colaborativa que ha alcanzado la vecina ciudad de Elda. “Todo el mundo se ha implicado”, señalan desde el consistorio.
Desde Cano, Artículos de Calzado y Marroquinería, empresa a la que acudieron el viernes para comprarles las goma para las mascarillas y en cuestión de minutos les contestaron que se las daban... gratis; hasta jóvenes como Paco o Víctor que este domingo abrieron su fábrica de calzado para ayudar al corte; o hasta la última incorporación, Inescop, centro tecnológico del calzado que se acaba de ofrecer para cortar el material con sus máquinas y acelerar así el proceso.
“Todo el pueblo”, insiste María Luisa, en alusión a esta localidad alicantina de 35.000 habitantes, ha seguido la estela de las aparadoras de una iniciativa que ha dado a conocer en redes sociales Juan Membrive, el hijo de María Luisa, hasta hacer el mensaje viral.
Fuentes del Hospital General de Elda-Petrer confirman que partió de ellos el llamamiento pero piden no realizar declaraciones. Solo recalcar que el material que han facilitado a las aparadoras “ha sido validado desde Medicina Preventiva” y que “se va a esterilizar antes de su uso”. Añaden estas mismas fuentes consultadas por teléfono, antes de volver al trabajo en plena crisis por el coronavirus, que están emocionados por la respuesta de Petrer. “Solo podemos decir que muchas gracias a todo el mundo”.