La Junta de Castilla y León colgó en su web una versión suavizada del informe de Bioética que indicaba que no había que llevar ancianos a los hospitales
La Comisión de Bioética de Castilla y León suavizó su informe sobre las medidas de la Junta en las residencias de ancianos durante la pandemia del COVID-19 con una segunda versión en la que desaparecen las consideraciones más controvertidas. Tal y como ha podido constatar eldiario.es, en el portal de Sanidad, en un apartado dedicado a los profesionales de Atención Primaria, pero accesible al público en general, están colgados varios documentos. Entre ellos el de las 'Consideraciones éticas de la Comisión de Bioética de Castilla y León en residencias de carácter social'. En letra pequeña en la parte inferior, dice textualmente que es un documento “elaborado y actualizado” el 5 de abril.
Tanto el formato como los primeros párrafos son exactos al informe que se realizó el 23 de marzo, durante el pico de la pandemia, y que publicó este diario. Pero hay diferencias notables entre ambos escritos, fundamentalmente por la omisión de las partes más duras que aparecían en el originario.
En el primero, por ejemplo, la comisión considera que hay que “priorizar el uso de medidas invasivas sobre los enfermos con menos enfermedades asociadas, mayor esperanza de vida o menor grado de dependencia”, mientras en el segundo reduce esa priorización a “los enfermos que tengan mayores posibilidades de supervivencia y recuperación”. Esta es la menor de las correcciones.
En el último párrafo de la primera página del informe original decía que aunque la edad en años nunca es el único criterio, “en situaciones extremas y siempre ante casos similares, se debe dar prioridad a los más jóvenes”. En la actualización se elimina esa última frase y la mitiga diciendo textualmente que “se debe dar prioridad a los que tienen más posibilidades de supervivencia”.
Pero donde más se puede apreciar esa moderación que la comisión hace sobre su primer informe, es en las consideraciones en las que entra tras la introducción y con las que la Consejería de Sanidad se cubría en su estrategia de no llevar a los ancianos enfermos al hospital.
En el texto original Bioética determinaba que “los equipos asistenciales correspondientes” debían realizar la “atención de los residentes” enfermos por COVID-19 “in situ”, una expresión que destacaba en mayúsculas y negrita, “en la propia RCS”- residencia de carácter sociosanitario- “sin trasladarlos a los hospitales (salvo casos muy justificados, de gran excepcionalidad, que tuvieran altas posibilidades de recuperación)” y añadía que en los “casos excepcionales de traslado” se tenía que contar “con la autorización previa expresa del servicio de Urgencias del hospital de referencia”.
Sin embargo, en la segunda versión dulcifica la apreciación y dice que “los equipos asistenciales correspondientes deben realizar la valoración clínica y el tratamiento de los residentes enfermos por COVID-19, en principio, en las propias RRCS” y “adoptando todas las medidas disponibles en la actualidad para el tratamiento de esta enfermedad en Atención Primaria. Únicamente estará justificado el traslado a los hospitales de aquellos enfermos que tengan posibilidades de recuperación, conforme a los criterios establecidos”. No se refiere a casos de “gran excepcionalidad” y tampoco considera que el hospital de referencia tenga que autorizar el ingreso previamente al traslado.
Este diario preguntó a la Consejería de Sanidad, de la que depende la Comisión de Bioética por qué se hizo una segunda versión del informe y su respuesta fue que lo desconocen.
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