Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
La declaración de Aldama: “el nexo” del caso Ábalos apunta más arriba aún sin pruebas
De despacho a habitaciones por 1.100 euros: los ‘coliving’ se escapan de la regulación
Opinión - ¿Misiles para qué? Por José Enrique de Ayala

El papel de la Opinión

Dentro de un periódico lo que se publica bajo la rúbrica de ‘Opinión’ ocupa un lugar especial. A diferencia de la información (noticias, reportajes, entrevistas, análisis, etc.) el objetivo de la opinión no es transmitir datos de la forma más ecuánime y menos sesgada posible. Los artículos, columnas o editoriales que aparecen en esta sección tienen otra finalidad, que es iluminar determinadas informaciones o problemas sociales mediante una interpretación deliberadamente sesgada y parcial, ya sea del articulista que firma o del medio en su conjunto cuando se trata de un editorial. La intención de la opinión no es informar, sino persuadir; no comunicar, sino argumentar un punto de vista determinado para ofrecer una alternativa concreta como mejor que las demás. Se trata de ofrecer una interpretación de la realidad diferente de la habitual, lo cual permite contemplar los mismos hechos de formas distintas y da la posibilidad de ponerse en el lugar del otro. En este sentido un artículo de opinión no se puede corregir por incorrecto más allá de los datos erróneos que pueda contener; se puede discutir, se puede argumentar, se puede tratar de convencer, pero no se puede considerar ‘erróneo’ un punto de vista simplemente porque se está en desacuerdo. Las reglas son distintas en la sección de Opinión: por eso raras veces el Defensor de la Comunidad atiende reclamaciones relacionadas con ella. Aunque en todo hay excepciones.

La naturaleza esencialmente parcial y sesgada de los artículos de opinión hace que con frecuencia generen polémicas intensas. Cuando el tema y el punto de vista tocan un punto sensible de la sociedad estas polémicas pueden alcanzar proporciones de incendio. Esto es lo que ha ocurrido en el caso del reciente artículo de opinión publicado por Barbijaputa bajo el título ‘No todos los hombres’, que ha generado una intensa y acerba guerra de palabras y no poca indignación entre numerosos lectores. Es evidente que el tema tratado es una herida abierta.

Asi Sergio, de Alicante, escribe:

“Buenos días, hoy he tenido la ocasión de leer el artículo de ”Barbijaputa“ titulado ”No todos los hombres“. Este artículo defiende con frases como: ”lo cierto es que sí son todos los hombres“ ”los verdugos son siempre hombres y las víctimas siempre mujeres“ ”todas las mujeres somos víctimas potenciales, los hombres son verdugos potenciales“. Aunque ”Barbijaputa“ ha tenido artículos brillantes en el pasado, me parece que este artículo viola totalmente los principios de este mismo periódico en el momento que acusa de manera generalizada a la totalidad del género masculino de ser ”verdugos“. Yo no niego, ni muchísimo menos, la realidad que supone la violencia machista que campa a sus anchas por este país, pero esta manera de caracterizar a todos los hombre de maltratadores, abusadores, violadores, verdugos en definitiva, no es aceptable. Al igual que no es aceptable llamar a todos los andaluces vagos o a los catalanes rácanos o a las mujeres histéricas. Este artículo es odio y violencia verbal injustificada para con la mitad de la población de este país. Existe la violencia machista, pero eso no nos convierte a todos los hombre en culpables. Culpable es el que la ejerce, en cualquiera de sus formas. Como reflexión les sugiero que sustituyan dentro de ese mismo artículo las palabras ”hombres/mujeres“ por ”negros/blancos“ o ”gentiles/judíos“. Por favor, retiren este artículo.”

Por su parte Raúl, desde Collado Villalba, escribe:

“”Teniendo en cuenta que los verdugos son siempre hombres y las víctimas siempre mujeres, ¿cómo se nos puede culpar a nosotras por temer hasta a las buenas personas? ¿Acaso yo que me monto con usted en el ascensor, señor desconocido, debo saber que es incapaz de matar a una mosca? ¿Una chica cualquiera que ha sufrido acoso callejero durante probablemente toda su vida, debe no temerle a usted, señor aleatorio que camina tras ella en la acera, simplemente porque usted sabe que no va a manosearla a la vuelta de la esquina?“ ¿Qué parecería si en esta frase cambiamos ”hombre“ por ”inmigrante“ y ”mujer“ por ”español“? Porque es lo que suelo escuchar a los racistas y xenófobos. ¿De verdad que esta generalización concreta (hombres=machistas violentos) sí les parece bien? ¿De verdad es la línea editorial de este periódico que todos los hombres son verdugos en potencia por condición de su género? Generalizaciones de este tipo, cambiando los términos, podemos sufrirlas a diario en La Razón, Libertad Digital, etc. Me indignan. Ésta también.”

José María protesta desde Sevilla:

“Buenas noches, Este último artículo de opinión del colaborador anónimo llamado ” barbijaputa“ me parece totalmente trasnochado, tremendamente ofensivo y falto del más mínimo rigor. Que en este medio se publiquen artículos en los que explícitamente se nos tachan a todos los hombres de ”verdugos potenciales“ y se justifique el miedo sistemático por parte de la mujer hacia el hombre, me parece algo lamentable e impropio de este diario. Me gustaría saber la opinión de Ignacio Escolar al respecto, porque creo que este tipo de opiniones sexistas no debieran tener cabida en este diario. Gracias y un cordial saludo.”

Eduard, desde Es Castell, añade:

“¡Ya estoy harto! Estoy harto de que se me insulte constantemente desde este medio por parte de uno de sus colaboradores. Soy profundamente feminista en mis convicciones desde que tengo uso de razón, entendiendo feminista como la búsqueda de la igualdad absoluta entre todas las personas, independientemente de su sexo -y de su raza, condición social, ...-. Por eso cada vez me cuesta más soportar los escritos de su colaboradora con el seudónimo de Barbijaputa. Pero el penúltimo -y en el último ha ahondado más en ello- ha sobrepasado todos los niveles, calificándome directamente de potencial violador. Lo siento, creo desde lo más hondo en el proyecto de ediario.es y por eso soy socio. Pero me niego a colaborar económicamente para que encima se me insulte semana sí semana también. Por tanto, le ruego que me de de baja como socio de manera inmediata. Gracias.

Y Juan, desde Parla, se une:

“Hoy me gustaría darles las gracias porque me han abierto los ojos y he comprendido que soy un vil machista ¿Y por qué soy un machista se preguntará? Por compartir cromosoma Y con otros individuos, que son minoría, que matan, agreden y violan a las mujeres. Según palabras de la autora, por pertenecer a ”un grupo mayoritario es un grupo opresor sobre las mujeres por los privilegios de los que disfrutan“ (las comillas son literales). Parece que el hecho de que haya hombres que cometen crímenes contra las mujeres convierte a todos los hombres, por extensión, en ”verdugos potenciales“ (aquí también son literales). Pregunta ¿Admitiría este periódico un artículo que dijese que ”Al igual que todas los españoles somos víctimas potenciales, los musulmanes son verdugos potenciales“? Y antes de contestar, le recuerdo que hoy han publicado un artículo en el que ponen a caldo al PP por usar exactamente ese argumento.”

Consultada la dirección de eldiario.es al respecto responde el subdirector Juan Luis Sánchez:

“Como todos los colaboradores habituales de eldiario.es, Barbijaputa escribe opinión libremente en eldiario.es. Contamos con ellos de manera continua porque aportan un punto de vista y un estilo que encajan en eldiario.es. Sabemos que Barbijaputa es a veces provocadora, pero no nos parece mal que en determinados temas como el machismo haya opiniones que generen debate, porque no es cierto que sea un tema superado por la sociedad, como demuestra que sus artículos sean de los más compartidos positivamente en redes sociales de los que se escriben en eldiario.es. Otros medios como Verne (El País) se han echo eco de las ideas de Barbijaputa (y no solo de ella, que simplemente explica ideas muy reflexionadas por varias corrientes feministas) que causan estas quejas al Defensor, señalando su conveniencia. Independientemente de si se comparten al 100% o no cada frase que se escriba, creemos que esto es positivo.

Barbijaputa es una autora que además no rehuye la crítica y el debate posterior a la publicación de sus artículos, con lo que si alguno suscita crítica ella es la primera en airearla y generar debate a su alrededor. De hecho, sobre la frase que ha provocado más polémica, ella misma ha publicado otro post explicando más detalladamente lo que quería decir con el primer artículo.“ella misma ha publicado otro post

Todas las generalizaciones son odiosas, incluida ésta. Pero la abstracción es también una herramienta fundamental del pensamiento sin la cual es casi imposible razonar. Por otra parte la historia demuestra que nada es más difícil que detectar y comprender las injusticias sociales desde la posición de privilegio: cuando uno personalmente resulta beneficiado tiende a pensar que todo es correcto, adecuado y justo, y que los abusos de unos pocos no justifican la protesta de quienes ocupan el escalón inferior. Son estas situaciones las que justifican la existencia de la sección de Opinión en la prensa, al dar la posibilidad de hacer un ejercicio de empatía colocándonos en los zapatos ajenos. O como mínimo poniendo en cuestión los presupuestos básicos de nuestro modo de interpretar la realidad ofreciendo una alternativa contra la que razonar o argumentar nuestras propias interpretaciones. Cambiar de marco de referencia y contemplar el mundo de un modo radicalmente nuevo nunca es un proceso simple y a menudo es desconcertante e incluso irritante. Y es legítimo sentirse ofendido por una opinión ajena, e incluso discutirla con ardor, aunque hacer desaparecer o negar la existencia de las que nos desagradan debe reservarse para los casos más extremos de discurso del odio. El hecho de que algunas opiniones generen indignación y rechazo vehemente demuestra que es necesario un diálogo lo más abierto posible sobre estos temas. Bienvenidos sean por tanto los argumentos, las discusiones y los puntos de vista parciales y divergentes, siempre en la sección de Opinión, que para eso está.

Dentro de un periódico lo que se publica bajo la rúbrica de ‘Opinión’ ocupa un lugar especial. A diferencia de la información (noticias, reportajes, entrevistas, análisis, etc.) el objetivo de la opinión no es transmitir datos de la forma más ecuánime y menos sesgada posible. Los artículos, columnas o editoriales que aparecen en esta sección tienen otra finalidad, que es iluminar determinadas informaciones o problemas sociales mediante una interpretación deliberadamente sesgada y parcial, ya sea del articulista que firma o del medio en su conjunto cuando se trata de un editorial. La intención de la opinión no es informar, sino persuadir; no comunicar, sino argumentar un punto de vista determinado para ofrecer una alternativa concreta como mejor que las demás. Se trata de ofrecer una interpretación de la realidad diferente de la habitual, lo cual permite contemplar los mismos hechos de formas distintas y da la posibilidad de ponerse en el lugar del otro. En este sentido un artículo de opinión no se puede corregir por incorrecto más allá de los datos erróneos que pueda contener; se puede discutir, se puede argumentar, se puede tratar de convencer, pero no se puede considerar ‘erróneo’ un punto de vista simplemente porque se está en desacuerdo. Las reglas son distintas en la sección de Opinión: por eso raras veces el Defensor de la Comunidad atiende reclamaciones relacionadas con ella. Aunque en todo hay excepciones.

La naturaleza esencialmente parcial y sesgada de los artículos de opinión hace que con frecuencia generen polémicas intensas. Cuando el tema y el punto de vista tocan un punto sensible de la sociedad estas polémicas pueden alcanzar proporciones de incendio. Esto es lo que ha ocurrido en el caso del reciente artículo de opinión publicado por Barbijaputa bajo el título ‘No todos los hombres’, que ha generado una intensa y acerba guerra de palabras y no poca indignación entre numerosos lectores. Es evidente que el tema tratado es una herida abierta.