Barcas completas desaparecidas, miles de muertos y cientos de familias a la espera de noticias. A pesar de tratarse de la temporada en la que se suelen producir menos travesías migratorias debido a las malas condiciones meteorológicas, los cinco primeros meses del año han sido especialmente mortíferos en las aguas fronterizas con España. Desde enero hasta finales de mayo, han fallecido 5.054 personas, de las cuales 154 eran mujeres y 50 eran niños y niñas, según los datos de la ONG Caminando Fronteras, que cuenta con una línea telefónica para alertar de pateras en riesgo.
Atendiendo a sus cálculos, 33 personas al día han fallecido al día intentando llegar a las costas españolas, lo que supone un fuerte incremento en comparación con el mismo periodo del año 2023, cuando tuvieron lugar 18 muertes al día. “La cifra de este período es alarmantemente alta en comparación con el año pasado”, alerta la organización en un comunicado. Según sus datos, 47 embarcaciones han desaparecido con todas las personas a bordo.
El mes más trágico en las aguas fronterizas ha sido abril, con 1.197 muertes en el mar. Le sigue febrero, con 1.090 fallecimientos.
Del conjunto de caminos utilizados por los migrantes para alcanzar España, la ruta atlántica, aquella con destino en las Islas Canarias, continúa siendo la más letal: 4.808 personas han muerto en este trayecto, un 95% de todas las muertes documentadas en estos primeros meses del año. Por su parte, en la ruta argelina (aquella que parte de Argelia con destino Almería, Comunidad Valenciana y Baleares) se han contabilizado 175 víctimas. Le sigue la ruta del Alborán (47 fallecidos) y la del Estrecho, con 24 muertes.
La llamada ruta atlántica parte de varios puntos de la costa africana: Mauritania, Senegal y Gambia y desde las localidades de Dajla y Guelmin. Caminando Fronteras ha detectado durante los últimos cinco meses un “aumento importante” de las salidas desde Mauritania, mientras que identifica un descenso “notable” de los viajes iniciados en Senegal y Gambia, que fueron los más numerosos durante el año pasado.
Durante este periodo, las salidas se han mantenido más activas desde Mauritania, a pesar del acuerdo firmado entre España y el país africano en febrero de 2024 que pretendía frenar el flujo migratorio a través de esta vía. “Numerosas embarcaciones que partieron de Mauritania han desaparecido con todas las personas a bordo”, advierten desde el colectivo. Un ejemplo del peligro de esta ruta es el caso del cayuco que apareció el 15 abril en Brasil sin supervivientes a bordo. Había partido de las costas mauritanas y apareció en el otro lado del Atlántico con varios cuerpos en estado de descomposición.
Según la ONG, el pacto bilateral que busca evitar las salidas “no ha establecido protocolos de colaboración” de salvamento marítimo. “La falta de medios de búsqueda y rescate cuando se alertan embarcaciones desaparecidas ha sido clave en el aumento de víctimas durante este periodo”.
También ha influido en el aumento de los fallecimientos el hecho de que, en años anteriores, se producía una disminución de las salidas durante los primeros meses del año, pero en 2024 el fluyo se ha mantenido incluso con “las peores condiciones meteorológicas”.
“No podemos normalizar estas cifras y por eso debemos exigir a los diferentes países que pongan los protocolos de deber de socorro en el mar y la defensa del derecho a la vida por encima de las medidas de control migratorio. Y no es tan complicado, es simplemente no dejar morir a gente en las fronteras y poner todos los medios para salvar las vidas de las personas en riesgo”, ha denunciado Helena Maleno, coordinadora de la investigación y fundadora de la organización