El Aquarius trasladará a las 58 personas rescatadas a un barco de Malta en los próximos días
El Aquarius transferirá en los próximos tres días a las 58 personas rescatadas a un barco maltés, tal y como ordenaron las autoridades marítimas de la isla al buque humanitario, según relatan sus responsables en su cuaderno de bitácora. El operativo tendrá lugar en aguas internacionales y se retrasa unos días debido a las actuales condiciones metereológicas adversas, con “olas de dos metros”. Después, los migrantes serán reubicados en Francia, Alemania, Portugal y España, que acogerá a 15 de los rescatados, según informaron fuentes de Moncloa a eldiario.es.
Entre los supervivientes, que fueron socorridos en dos operaciones, hay una mujer embarazada que, según indica MSF, se encuentra en buen estado de salud. Asimismo, viajan 18 menores y siete familias. “Los padres nos han dicho que temían por la vida de sus hijos por los bombardeos, disparos y violencia diaria que los envolvió en Trípoli. Libia no es un lugar seguro”, ha asegurado Médicos Sin Fronteras, que fleta la embarcación junto a Sos Méditerranée, en un mensaje en Twitter.
En este sentido, las organizaciones informan de que no hay casos médicos urgentes a bordo, aunque, los supervivientes muestran signos de trauma. “Algunos han sido testigos directos de los recientes enfrentamientos en Trípoli, incluyendo asesinatos de 'personas inocentes' y destrucción de edificios. Algunos también dicen haber sido víctimas de trabajo forzado y no remunerado desde que llegaron a Libia, donde dijeron que eran considerados como 'perros de oro', ya que eran muy vulnerables a la extorsión”, ha indicado MSF. Los rescatados aseguran proceder de Pakistán, Libia, Costa de Marfil, Siria, Palestina, Marruecos y Sudán.
Es la tercera vez que varios países europeos acuerdan repartirse a los migrantes rescatados en el Mediterráneo central tras varios días de espera. En las anteriores ocasiones también fueron desembarcados en el puerto de La Valeta para luego ser reubicados en otros Estados. El pasado 21 de junio, el primer ministro maltés dio permiso al Lifeline para acceder a sus puertos tras alcanzar un acuerdo para repartir a los solicitantes de asilo entre varios países: Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, Francia, Bélgica, Noruega y Holanda. El pasado agosto, seis Estados, entre ellos España, acordaron acoger a las 141 personas rescatadas también por el Aquarius.
Organismos como Acnur han pedido a los Gobiernos europeos que lleguen a un acuerdo que “proporcione claridad y predictibilidad” sobre dónde pueden atracar los barcos con rescatados a bordo para evitar que se queden días “vagando” en el mar, una situación de punto muerto que se repite desde el primer cierre de puertos italianos el pasado junio. Sin embargo, en la reciente cumbre informal de líderes europeos celebrada en Salzburgo (Austria), no se lograron avances concretos en esta dirección.
El Aquarius pondrá rumbo a Marsella
Tras transferir a las 58 personas, el buque humanitario se dirigirá a continuación a Marsella, su puerto de referencia, después de que Panamá le haya retirado el pabellón. Allí se quedará a la espera de que un país le conceda navegar bajo su bandera.
“El barco no se moverá (de Marsella) mientras no tenga pabellón”, ha afirmado en unas declaraciones a la emisora “France Info” Francis Vallat, el presidente de SOS Mediterranée. Vallat puntualiza que eso no significa que van a abandonar los rescates en el Mediterráneo porque su intención es “luchar” para conseguir un pabellón.
El responsable de la ONG asegura que tiene pocas esperanzas de que Panamá dé marcha atrás en la retirada del suyo, una decisión que calificó de “primicia en la historia marítima” para un navío que cumple todas las reglas internacionales, y que atribuyó a “un chantaje político-económico” de Italia, que no quiere que el Aquarius siga rescatando a migrantes al sur de sus aguas territoriales.
El responsable de SOS Mediterranée ha explicado que han contactado con todos los países europeos “para encontrar una solución” y que barajan hacer lo mismo con otros estados fuera del Viejo Continente. Por eso, afirma que está “lejos de pensar que la lucha está perdida” para obtener una bandera con la que volver a navegar y a realizar nuevas misiones de rescate.
El pasado agosto, el buque ya tuvo que partir rumbo a Marsella y alejarse de la zona de rescate durante un mes para aclarar la situación tras las trabas de las autoridades gibraltareñas, que decidieron retirar el pabellón al barco, alegando que estaba inscrito como buque de investigación.