Miles de personas salen a la calle en España contra el racismo al grito de “No puedo respirar”
El asesinato de George Floyd, bajo la rodilla de un policía blanco, fue la gota que colmó un vaso lleno de vidas cobradas por la violencia policial en Estados Unidos. Las protestas contra el racismo han cruzado el Atlántico y este domingo ha habido convocatorias en más de una docena de ciudades españolas.
En Madrid, cerca de 3.000 puños ya se alzaban en alto frente a la embajada de EEUU antes de las once de la mañana, según la Delegación del Gobierno. Y, después de casi una hora de protestas al grito de “I can't breathe” (“No puedo respirar”), “No justice, no peace” (“Sin justicia, no hay paz”) o “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”), en solidaridad con las protestas que recorren Estados Unidos, de forma espontánea la multitud ha comenzado a marchar pacíficamente hacia la Puerta del Sol.
Bajo un fortísimo cordón policial los manifestantes han portado banderas estadounidenses con el nombre de los ciudadanos negros asesinados por las fuerzas policiales, cartones con lemas antirracistas, han proferido gritos de criminal al presidente Donald Trump y eslóganes contra la policía. Se hacía el silencio, sin embargo, cuando decenas de personas se tumbaban en el suelo en la misma posición en la que fue asesinado George Floyd o cuando toda la marea de manifestantes se arrodillaba.
Por megafonía la organización Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente en España (CNAAE), la plataforma que ha convocado la concentración, pedía el uso de mascarillas y que se respetase la distancia de seguridad. Una distancia que ha sido imposible de mantener, sobre todo cuando la multitud ha comenzado a marchar por la Villa de Oro madrileña.
Por las mismas calles que hace apenas dos semanas acogían la manifestación del partido de extrema derecha Vox, miles de personas racializadas, con apoyo de tantas otras blancas, han demostrado hoy su fuerza para reivindicar que “ningún ser humano es ilegal”, cantaban. También, que “España no es blanca”, declaraba Yeison García, activista miembro de la organización: “Hoy se manifiesta esta diversidad étnico racial histórica”.
En Barcelona, más de 1.000 personas se han concentrado desde las 11:00 en la plaza Sant Jaume, con la misma reivindicación. Según informa Europa Press, algunos participantes han acudido vestidos de negro, siguiendo la consigna de los impulsores, y en pancartas han criticado las muertes por racismo; acompañados de mascarillas, se alzaban al grito de consignas como “Poder, justicia y reparación” y “Donald Trump es un criminal”. La afluencia de personas a la manifestación ha hecho difícil también en Catalunya mantener las distancias de seguridad, pese a la insistencia de los organizadores.
Cientos de personas también se han manifestado en el centro de Valencia en protesta por la brutalidad policial contra el colectivo afrodescendiente en Estados Unidos. La afluencia de manifestantes ha logrado llenar la Plaza de la Virgen, epicentro de la convocatoria. Decenas de colectivos como CIEs No, la Coordinadora Valenciana de ONGD o Crida Contra el Racisme han celebrado la afluencia al grito de “las vidas negras importan”.
Desde Minneapolis a Washington, a Berlín y a París, las últimas palabras de Floyd dan la vuelta al mundo convertidas en símbolo y traducidas a todos los idiomas. Si en Francia pedían justicia por Adama Traore, migrante muerto en una comisaría en 2016 pero sobre cuyo caso se han conocido detalles en los últimos días, la lucha antirracista en España recuerda a los muertos en la frontera sur española, con pancartas que rezan “Las vidas negras también importan, Marruecos”, gritos por Mame Mbaye, Lucrecia Pérez o Samba Martínez, símbolos de la violencia institucional en nuestro país sobre las personas negras y latinas.
También ha habido cantos por el cierre de los polémicos Centros de Detención de Inmigrantes y por la derogación de la Ley de Extranjería. Han acudido organizaciones antifascistas y se han difundido lemas en el mismo sentido, lo que supone un desafío delante de la embajada estadounidense después de que la Casa Blanca anunciara su intención de incluir al movimiento Antifascista en la lista de organizaciones terroristas.
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