Bartolo Fuentes (Goascorán, 1964) se presenta como periodista. Pero, al margen de tener una revista sindical, en los últimos veinte años ha sido sobre todo activista pro derechos laborales y político en Honduras. Guatemala le deportó a Honduras el viernes 19 de octubre después de que lo detuviera tres días antes en la frontera, cuando iba acompañando a una caravana de migrantes hondureños que entonces tenía 3.000 personas. El gobierno de Honduras acusa a Fuentes de instigar un movimiento de gente que ahora camina por Chiapas y que ya sobrepasa las 10.000 personas.
Honduras le señala de ser el representante de una estructura más grande que engaña a la gente para migrar. Fuentes pertenece al partido Libertad y Refundación Democrática (Libre), principal partido de la oposición al gobierno de Juan Orlando Hernández, y del que Fuentes fue diputado hasta enero de 2018. El viernes, entre los que le recibieron en el aeropuerto, estaba el ex presidente Manuel Zelaya, figura fundamental en el partido.
Fuentes, que fue invitado a San Salvador el 23 de octubre para participar en un panel dentro de un foro de financiadores de proyectos sociales en Centroamérica, niega su papel de líder. Y, sobre todo, rechaza el carácter político de una caravana en la que la mayoría de personas huye de situaciones de extrema pobreza y extrema violencia. Ahora Bartolo espera tener un programa de televisión en su país para hablar de migración.
Tu nombre salió en los medios como el del organizador de la caravana de migrantes. El Gobierno de Honduras dijo que eras el instigador. ¿Cuál fue tu papel en la caravana?
Soy periodista desde hace 20 años, he trabajado por los derechos de los migrantes y derechos laborales. Es una relación muy estrecha, porque en la medida que tengamos puestos de trabajo bien remunerados, nadie se va a ir. Pero nos ha tocado pelear porque a la gente no se le robe su salario, y acompañar a los que se han marchado del país por no tener trabajo.
Como periodista comprometido, he dado mis opiniones en las redes sociales y acompañé en marzo pasado una caravana de migrantes, organizada por una organización llamada 'Pueblo sin fronteras', que salió desde Tapachula hasta Tijuana. Estuve cerca de un mes con ellos, en los albergues, en las caminatas.
¿Por qué la caravana de marzo no trascendió como ésta?
Porque fue al interior de México. Sin embargo, también en ese momento, Donald Trump pidió al gobierno de México que la detuviera y la disolviera. Pero en esa caravana no hubo represión, si no que el gobierno mexicano ofreció permisos de un mes para permanecer en el país y con eso la gente siguió en bus hacia Estados Unidos, porque así no corrían el riesgo de ser deportados.
Fueron unas 1.500 personas. Hubo alrededor de 700 que no tenían recursos para pagar transporte y se mantuvieron en la caravana andando hasta llegar a la frontera. Una parte de esta gente solicitó asilo a los Estados Unidos. Y otros 650 recibieron una visa humanitaria de un año para permanecer en México, 250 solicitaron asilo y la otra parte se quedó en México buscando trabajo.
Tenía la intención de tener un programa en televisión nacional con temática migratoria y fui para México precisamente para lograr testimonios durante ese mes y empezar con mi programa de televisión.
Si ya lo hizo hace seis meses, ¿por qué con la actual caravana, el gobierno de México ha adoptado una postura mucho más hostil y no ofrece visas humanitarias?
Me extrañó mucho los comunicados que sacó México diciendo que nadie iba a internarse en territorio mexicano si no era con un pasaporte y con una visa, porque eso es mentira. Lo hizo meses atrás. Y nadie de los que recibieron documentos tenían pasaportes y mucho menos visa. Por otra parte, la gente tiene derecho a refugio. Yo mismo fui refugiado tres años y México me trató muy bien.
¿Fue la presión mediática por la que México trató ahora de ejercer de frontera sur tácita de Estados Unidos al cerrar su paso fronterizo?
Los gobiernos de Guatemala y Honduras están siendo policías del gobierno de Donald Trump. Pero, en realidad, en privado, Trump se debe de reír y debe de estar muy feliz porque le ha caído como anillo al dedo.
Utiliza a la caravana para meter miedo a los estadounidenses. Dice: 'Miren, viene una invasión de centroamericanos, son criminales, son terroristas, son peligrosos, y ni los demócratas los quieren dejar entrar. Así que para eso se necesita hacer reformas y tener leyes fuertes para detener a estos invasores'. Dicen que fundaciones demócratas financian la caravana y los demócratas dicen que Trump está detrás de la caravana, pero ninguna de las dos versiones es cierta, la verdad es que Honduras vive una situación terrible.
¿Por qué la gente se va de Honduras y no deja de crecer la caravana?
De unos nueve millones de habitantes que tiene Honduras, el 70% vive en pobreza y de estos, el 49% vive en extrema pobreza. Esa gente no tienen nada: ni casa, ni trabajo, ni tierra. No tiene más que tres camisetas y tres pantalones y eso lo mete en una bolsa y se puede ir para cualquier lado. Por muy mal que le vaya a la gente, va a estar mejor que en Honduras.
Se llevan a sus hijos porque no hay nada para ellos en el país. Y lo más importante: la gente no tiene esperanza de que nada vaya a cambiar. Porque en las elecciones pasadas —en las que el presidente se presentó de nuevo a pesar de que la Constitución impide la reelección—, la gente votó para que se fueran los que provocaron esta situación [en referencia al partido del presidente], pero por la fuerza, con fraude electoral y con balas, el gobierno se impuso, entonces la gente perdió la esperanza, que era lo último que tenía. Y se van.
El valor que uno tiene cuando se quiere ir del país lo encuentra cuando se va con esta multitud y ahí se refugia, y ahí se acompaña a buscar… ¿Qué?, no sabe, pero tendrá que ser mejor que lo que vive en su país.
¿La gente huye por la falta de políticas sociales gubernamentales o por la violencia?
La violencia tiene que ver, pero no es la principal causa. La principal causa es la económica. La gente no tiene cómo vivir. En la empresa privada, hay una lista negra de las comunidades en las que no contrata. No importa. Si vive en una comunidad caliente, lo que significa violenta, no va a tener trabajo. Entonces qué hace una persona que se esforzó en estudiar, pero que por vivir en una zona así, está condenada. Tiene que irse.
Aunque sea alguien que va a la universidad, cuando presenta su currículum y dice que vive en una zona violenta, no tiene trabajo, está estigmatizado. Y luego está la persecución política. El gobierno tiene los datos de todos los que votaron por el partido de oposición (Libre), como 700.000 personas. Esas personas no van a encontrar trabajo en el Estado.
Honduras es un país polarizado políticamente, ¿hay evidencia de que es una huida por la fuerza en lugar de una campaña política de Libre?
No, en absoluto. Si yo quisiera, podría armar una trama organizada por Donald Trump y apoyada por Juan Orlando Hernández, el presidente, porque él tiene una red clientelar de unas 6.000 personas, más sus redes familiares, que controlan casi todo Honduras. Pero no es cierto.
Nadie financió ni organizó la caravana. Lo que pasó es que hubo cuatro grupos que se pusieron de acuerdo para la fecha del 12 de octubre y lo divulgaron en redes sociales. Lo que inicialmente eran 160 personas, en 24 horas se convirtieron en 1.500, y 24 horas después ya eran 3.000 y salieron de la terminal de buses de San Pedro Sula, en el norte del país. Y siguen saliendo de Honduras. ¿Quién los organiza? Ellos mismos.
Es gente que no tiene recursos, a ratos caminan, piden jalón (autostop). Todos los días salen 300 migrantes de manera clandestina, entrando en México por puntos ciegos, corriendo muchísimo peligro, desde la terminal de buses de San Pedro. Entonces, esos que antes se iban a ir solos, dijeron: 'Vámonos juntos'. Es una gran ventaja: se protegen de la delincuencia, desafían a los retenes policiales, y facilita la solidaridad de la gente. Porque si van solos, la gente no sabe si son delincuentes.
¿Qué va a pasar cuando la caravana llegue a la frontera estadounidense?
Trump no los va a dejar entrar, la gente se va a meter por puntos. ¿Por qué? Porque las mafias de migrantes las dirigen los del departamentos de migración de Estados Unidos, ellos están esperando que llegue gente a la frontera y los coyotes mexicanos les pasan los migrantes por 7.000 o 10.000 dólares.
Ellos van a permitir que entren los que pueden pagar, pero mucha gente de la caravana no tiene dinero para un coyote y son los que podrían calificar para la oferta del futuro presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que está hablando de visas de trabajo.
Pero la gente no se quiere quedar en México, quiere llegar a EEUU.
Hay muchos que, si consiguen trabajo y con eso van a poder dar de comer a sus familias, se quedan en México. Porque, yo calculo, que el 20% de la caravana, que no tiene familiares en EEUU que les puedan pagar los coyotes, gustosamente se queda a vivir en México si consigue un trabajo agrícola en el que le paguen el salario mínimo. Sobre todo los que son de origen rural.
Has sido más activista y político que periodista.
Yo no he trabajado en medios, porque la prensa hondureña está demasiado permeada por la corrupción. Soy licenciado en Periodismo y hemos mantenido desde el año 2000 una revista que se llama Vida laboral. Sigue funcionando, pero está estancada por falta de apoyo económico. Ahora pasaremos a lo digital.
Ahora quiero volver a la televisión, porque yo tuve un programa, pero el día del golpe de Estado [28 de junio de 2009], fue el último día que transmití, me cerraron el programa. Antes de regresar de la universidad, ya estaba comprometido con la defensa de derechos laborales y apoyando para la creación de sindicatos.
Desde 1999 me sensibilicé con los temas migratorios, hice algunos estudios, sobre todo porque nuestras familias son migrantes y yo mismo soy migrante. Entonces empezamos un programa de radio, empezamos a tocar el tema de los migrantes, y de ahí para acá me he comprometido. Ha habido paréntesis, fui concejal en el municipio de El Progreso con otro partido. En ese momento era un excéptico de la política, fue hasta 2005. Y de 2014 a enero pasado fui diputado en el congreso en favor de los migrantes.
¿Cuál es tu relación con el ex presidente Mel Zelaya?
Yo no me he salido del partido Libre, a pesar de que fui candidato por otro partido en las elecciones anteriores, pero era en alianza con Libre. Mel Zelaya es el coordinador, aunque no compartimos completamente la visión política, estamos en la misma causa. El viernes cuando regresé a Honduras, él fue al aeropuerto, porque yo corría peligro de ser detenido por la policía porque lo está pidiendo la policía.
¿Qué simbolizas dentro de la caravana?
Creo que represento la voz, el discurso, que los migrantes no pueden presentar ante los medios. He asumido un rol de relaciones públicas de hecho. Muchos ni me conocen, los que salieron de San Pedro, sí, pero los que se fueron sumando, no.
Siento que he cumplido.