Los periodistas, fotoperiodistas y reporteros gráficos (o camarógrafos) que estábamos el 3 de abril cubriendo informativamente los hechos ocurridos en la valla de Melilla queremos hacer saber que:
Estamos aquí porque es nuestra función social contar lo que está pasando en esta frontera sur de Europa, dar a conocer y mostrar a la ciudadanía cómo seres humanos que en muchos años llevan años sufriendo vulneraciones de sus derechos en su viaje migratorio hacia la Unión Europea, tienen que trepar una valla metálica de varios metros de altura sufriendo heridas por sus cuchillas en un esfuerzo sobrehumano vergonzoso ante nuestros ojos.
Hasta ayer, la Guardia Civil nos ponía obstáculos para realizar nuestro trabajo y tomar imágenes de los hechos, estableciendo un perímetro de “seguridad” al que nos estaba prohibido el paso. Sin embargo, ayer no sólo nos permitieron asistir desde primera línea a cómo un grupo de hombres intentaban superar esa valla, sino que fuimos invitados a presenciar, fotografiar y grabar cómo una vez que habían superado la primera de las dos vallas existentes y la policía marroquí había terminado su “trabajo”, eran entregados por la Guardia Civil a militares marroquíes. Esta práctica que lleva realizándose meses y que se han denominado 'devoluciones en caliente' y que ha sido grabada en anteriores ocasiones, ha sido sistemáticamente negada por el gobierno español. Una práctica ilegal: el gobierno español tiene la obligación de iniciar con cada una de estas personas un procedimiento de identificación en el que éstas, además, pueden solicitar asilo.
Después de que el gobierno admitiera estas deportaciones ilegales realizadas a través de la misma valla, para seguir realizándolas se ha escudado en un tratado de readmisión de extranjeros firmado entre Marruecos y España en 1992. Sin embargo, la ley de extranjería vigente no admite esta posibilidad demostrando la ilegalidad de este supuesto.
Pero ayer nos alentaron a grabar cómo estos hombres que permanecieron encaramados a la valla durante 10 horas soportando una temperatura gélida, eran deportados ilegalmente en el mismo momento en que, exhaustos, bajaban a suelo español. Por ello queremos compartir con la ciudadanía nuestra preocupación por el uso que de nuestro trabajo parece querer estar haciendo el gobierno español:
El hecho de que nos permitan documentar una flagrante violación de derechos humanos parece querer normalizarla, presentarla como una práctica legítima mientras intentan reformar la ley de extranjería para legalizarla, como ya han declarado miembros del gobierno.
Y puesto que nuestro trabajo está al servicio de la ciudadanía y del respeto de los derechos humanos, queríamos compartir nuestras dudas y preocupación. Nuestra función es informar sobre los hechos, pero también denunciar la alarma social que el gobierno está transmitiendo con el mensaje de invasión “de los bárbaros”, mientras silencia la muerte de quince seres humanos que intentaban llegar a Ceuta. Trabajamos incansablemente para que usted conozca cómo estos seres humanos se enfrentan a innumerables obstáculos para cumplir su legítimo deseo de una vida mejor. Pero no para formar parte de un circo mediático dirigido a desviar la atención sobre los graves problemas sociales que vive España.
Melilla Abril de 2014