Las fuerzas de seguridad fronterizas de Arabia Saudí, que han sido acusadas de matar a cientos de personas que intentaban cruzar la frontera desde Yemen, recibieron entrenamiento de Alemania y Estados Unidos.
A pesar de la creciente preocupación por la magnitud de los abusos contra los derechos humanos en Arabia Saudí bajo el mandato del príncipe heredero y primer ministro del país, Mohammed bin Salman, tanto la Policía federal alemana como el Ejército estadounidense han participado en el entrenamiento de las fuerzas fronterizas saudíes, a las que la ONU y otras organizaciones de derechos humanos han acusado de asesinatos masivos.
El acuerdo de entrenamiento estadounidense —cuya financiación finalizó el mes pasado— estipulaba que Washington estaba obligado a supervisar la forma en que se utilizaba su entrenamiento, y que quienes lo recibían solo tenían permitido operar de forma defensiva, con el objetivo de protegerse a sí mismos y a sus emplazamientos ante un ataque.
La magnitud de los abusos se dio a conocer en un estremecedor informe publicado por Human Rights Watch a principios de agosto. La ONG denuncia que las fuerzas fronterizas saudíes utilizaron armas explosivas contra migrantes y solicitantes de asilo, en su mayoría etíopes, que intentaban cruzar la frontera desde Yemen. Arabia Saudí ha negado las acusaciones.
¿Ataques deliberados?
En medio de la creciente indignación por estas denuncias, The Guardian también ha podido saber que Arabia Saudí trata cada vez más a los cruces irregulares de sus fronteras como una cuestión de lucha contra el terrorismo, autorizando el uso de la fuerza letal.
The Guardian también tiene información de que Arabia Saudí emplea una extendida vigilancia electrónica centralizada para vigilar la zona fronteriza, por lo que debería ser capaz de distinguir a los grupos de civiles que son víctimas de tráfico de los involucrados en incursiones armadas desde Yemen o en contrabando de drogas.
Las revelaciones plantean la cuestión de si Riad ha estado atacando deliberadamente a los migrantes que intentan cruzar la frontera. Human Rights Watch sugiere que esto equivaldría a un “crimen contra la humanidad” si se demostrara que es una política oficial.
Los programas de EEUU y Alemania
The Guardian ha averiguado que el entrenamiento de las fuerzas saudíes por parte del Ejército estadounidense, incluidas las fuerzas fronterizas, forma parte de un programa de apoyo militar de larga duración conocido como MOI-MAG (Ministerio del Interior-Grupo de Asistencia Militar). La participación estadounidense en el entrenamiento de las fuerzas fronterizas comenzó en 2008.
El acuerdo para entrenar a las fuerzas fronterizas saudíes exigió que el Pentágono elaborara un acuerdo de cooperación técnica único que permitiera a las fuerzas estadounidenses entrenar a una fuerza no militar por primera vez, lo que requería la supervisión del uso que los saudíes hacían de las unidades entrenadas por Estados Unidos.
Una fuente del Gobierno estadounidense ha confirmado a The Guardian que Estados Unidos ha entrenado durante mucho tiempo a las fuerzas fronterizas saudíes. “El Comando de Asistencia para la Seguridad del Ejército de EEUU proporcionó formación a guardias fronterizos, financiada para un periodo comprendido entre 2015 y 2023 que finalizó en julio de este año”. No explica por qué ha finalizado la financiación.
El Departamento de Estado estadounidense insiste en una declaración al medio británico en que no ha entrenado a miembros de las fuerzas fronterizas de Arabia Saudí que se ocupan de la seguridad terrestre, pero no responde si otros miembros del Ministerio del Interior que han recibido formación estadounidense habían sido desplegados en la frontera, alegando falta de información.
Por su parte, el entrenamiento alemán de las fuerzas fronterizas saudíes estuvo a cargo de la Policía federal. Iniciado en 2009, el programa continuó hasta bien entrado 2020, con una breve interrupción tras el asesinato del columnista del Washington Post Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudí en Turquía.
En 2015, el programa alemán volvió a estar en el punto de mira cuando un bloguero saudí, Raif Badawi, fue condenado a 1.000 latigazos y 10 años de cárcel. En 2017, tras una visita de la canciller alemana Angela Merkel al reino saudí, la formación de guardias fronterizos se formalizó aún más y la Policía federal alemana anunció un amplio programa de formación en la academia de guardias fronterizos y sus oficinas regionales.
En una declaración a The Guardian, el Ministerio del Interior alemán dice que la formación impartida a las fuerzas fronterizas fue “interrumpida tras conocerse informes sobre posibles violaciones masivas de los derechos humanos y, como medida de precaución, ya no se incluyen en el actual programa de formación [para las fuerzas de seguridad saudíes]”. No está claro cuándo decidió Alemania poner fin al entrenamiento.
Una red sofisticada
Las misiones de entrenamiento de Alemania y Estados Unidos se llevaron a cabo en paralelo a un plan más amplio de Arabia Saudí para mejorar la seguridad de sus fronteras con tecnologías de vigilancia, lo que despierta aún más interrogantes sobre por qué las autoridades saudíes fueron incapaces de distinguir entre civiles y personas armadas en la frontera con Yemen.
Las licitaciones de sistemas publicadas en los últimos años muestran que Riad buscaba procurarse una red de vigilancia sofisticada y centralizada para sus fronteras que incluyera un circuito cerrado de televisión, imágenes térmicas y sensores de movimiento.
Aunque no está claro cuántos de esos sistemas se han desplegado, The Guardian ha podido saber que se han instalado unidades de vigilancia en tiempo real en las zonas fronterizas, incluida la posibilidad de vigilar la frontera tanto desde salas de control regionales como, presuntamente, desde Riad.
Eleonora Ardemagni, investigadora italiana sobre el Golfo y Yemen que ha estudiado la creciente militarización saudí en la frontera con Yemen, dice que, en los últimos años, estas políticas se han centralizado bajo el control del Ministerio de Interior.
“Desde 2015 y el comienzo de la guerra en Yemen [a finales de 2014], lo que me llama la atención en el lado saudí es el incremento en los múltiples actores de seguridad que operan en la frontera. Si bien esto supone una mayor capacidad operativa, también significa que es aún más difícil entender quién proporciona seguridad en ciertas zonas específicas de la frontera”, dice Ardemagni, que pertenece al Instituto Italiano de Estudios Políticos Internacionales (ISPI, por sus siglas en inglés).
Entre los nuevos actores que han surgido en paralelo al incremento de las muertes de migrantes está el regimiento Al Afwaj, que responde directamente ante el Ministerio del Interior. También ha aumentado el uso de fuerzas extranjeras, sobre todo yemeníes suníes reclutados como contratistas en el sur de ese país. “Esta militarización de la frontera se produce en un momento en que Arabia Saudí ha pasado a considerar la cuestión fronteriza como un asunto clave de seguridad nacional”.
“Riad entiende que la cuestión fronteriza resultará cada vez más importante en la forma de gestionar no solo la cuestión yemení, sino también para la seguridad económica. Quieren asegurar la frontera como primera prioridad y solo entonces ver si las partes yemeníes pueden llegar a un alto el fuego duradero”, dice Ardemagni.
Dada la tecnología de vigilancia en la frontera y la mayor centralización de las operaciones, Ardemagni se muestra escéptica ante la posibilidad de que los saudíes no estén al tanto de las circunstancias en que se produjeron las muertes de los migrantes. “El enfoque centralizado de la cuestión fronteriza hace menos creíble que los saudíes desconozcan lo que está ocurriendo allí. Sin embargo, la proliferación de actores de seguridad también dificulta identificar quién podría estar cometiendo estos supuestos crímenes sin la cooperación real de Riad”.
Traducción de Julián Cnochaert.