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Amenazan de muerte a la activista Helena Maleno tras denunciar la última actuación policial en Ceuta

“Le sugiero el silencio o va a morir. Está incomodando a las autoridades”. Estas fueron las palabras, acompañadas de una fotografía de una pistola y una bala, del mensaje privado que recibió en la tarde de este martes la activista Helena Maleno, según ha denunciado en un comunicado la ONG en la que trabaja, Caminando Fronteras, al que ya se han adherido más de 75 entidades sociales.

“Ha sido impresionante el apoyo recibido desde anoche”, dice en una conversación con eldiario.es la investigadora y defensora de derechos humanos, quien este lunes presentará una denuncia con una recopilación de todas las amenazas recibidas en los últimos días que instan, según la ONG, “a acabar con su labor de denuncia de la vulneración de derechos y que ponen en peligro su propia vida”.

La organización relata que, aunque estas intimidaciones “vienen marcando” actividad “desde hace años”, las amenazas se han agravado en las últimas semanas, sobre todo a raíz de la entrevista que la Sexta realizó a Maleno la pasada semana con motivo de la actuación policial en la frontera de Ceuta durante la entrada de 187 migrantes, a los que intentaron frenar con patadas y porrazos.

“La lesión de un policía en la frontera de Ceuta no fue provocada por la violencia de las personas migrantes, sino que el policía se lesionó al recibir a patadas a migrantes que estaban en territorio del Estado español”, afirmó la portavoz de la ONG.

“Desde aquella entrevista nos asustó mucho más porque nos amenazaban por mi condición de mujer activista: con violaciones como arma de control, amenazas sobre mi cuerpo y a través de mi hija”, recalca Maleno en una entrevista con este medio. Desde entonces, asegura, ha recibido un aluvión de tuits “donde se la señalaba y criminalizaba ante la policía”, comenta Caminando Fronteras.

“Desde aquel día la violencia ha sido tremenda, todo el tiempo”, apunta la activista. La campaña de acoso se recrudeció, dicen, tras una entrevista publicada en la web de la plataforma Es Racismo. “Las amenazas por Twitter han ido más allá derivando en llamadas telefónicas a su móvil personal donde se repetían constantemente los mismos insultos que se leían en las redes sociales”, explica la ONG.

Sin embargo el “culmen”, según la organización, fue cuando el Sindicato Unificado de Policía (SUP) “se unió” a la cadena de mensajes en Twitter en los que la defensora estaba recibiendo amenazas. “Aunque los tuits escritos desde el perfil oficial del sindicato eran 'correctos' en su forma, entendemos que el espacio no era el lugar para que una organización de funcionarios del Estado sindicados se posicionase”, señala el comunicado.

“Ayer nos sorprendió que en esas cadenas, con mensajes de amenazas a personas racializadas, migrantes y mujeres, respondiera el SUP. Es grave”, sostiene Maleno. “Los que nos insultaban se sentían apoyados, se envalentonaron y hacían las amenazas en nombre de las autoridades. Es una estrategia conocida: criminalizar a las defensoras, señalarnos, y ponernos en el punto de mira de grupos violentos”, prosigue.

Poco después, relata, recibió en su teléfono la fotografía de la pistola que desencadenó la denuncia pública de los hechos. “Esperamos que no toda la policía piense como el sindicato, que sean profesionales y hagan su labor”, puntualiza, en referencia a la denuncia, tras la cual esperan que la unidad de delitos informáticos de la policía investigue “quién está detrás”. “Este sindicato defendió y defenderá la actuación de la policía en la frontera, sin personal y sin medios, arriesga su integridad física”, ha sido la respuesta del SUP.

“No nos sentimos protegidos”

“Estas amenazas se convierten en realidad”, comenta la defensora, quien recuerda que ya sufrió una agresión en 2014. “Y hacen que no tengan vida normal, que tenga que tomar medidas de seguridad como no salir sola ni de noche. En la ONG seguimos protocolos de seguridad de los defensores en América Latina, de la frontera mexicana. Es gravísimo”, insiste la activista.

Asimismo, afirma que las intimidaciones son “un continuo” en el día a día de los defensores de derechos humanos en la frontera sur española y menciona a otros compañeros amenazados como Moha Gerehou, periodista de eldiario.es y activista de SOS Racismo Madrid, algunas integrantes de la ONG Harraga o José Palazón de Prodein. “No nos sentimos protegidos”, lamenta.

No obstante, tanto Helena Maleno como el colectivo Caminando Fronteras aseguran que continuarán con su labor de denuncia de las vulneraciones de derechos en la frontera con Marruecos. “Nos da fuerza porque sabemos que hay una violencia aún mayor contra las personas que no tienen el privilegio de haber nacido al otro lado de la frontera. Estas amenazas tienen que alertar y hacernos reflexionar sobre el horror cotidiano que viven las personas migrantes. La gente se muere a pie de valla, les parten la mandíbula, las piernas, los devuelven en caliente... La impunidad es total”, sentencia.