Las llegadas de migrantes a Lampedusa (sur de Italia) se han reducido notablemente en las últimas 24 horas, con el desembarco de unas 850 personas, frente a los cerca de 10.000 de los tres días anteriores, aunque la situación sigue siendo complicada en la pequeña isla italiana, la más cercana a África.
Este martes hubo 21 desembarcos en la isla con 852 personas, mientras que desde la medianoche han llegado 204 migrantes, entre ellos muchas mujeres y niños, después de que las patrullas de Capitanería y Guardia de Finanzas rescataran cinco embarcaciones, según los medios locales.
A pesar de la reducción en el número de llegadas y de los continuos traslados efectuados por las autoridades a otras localidades del país, la situación sigue siendo muy complicada, pues actualmente hay 3.800 personas en el centro de acogida, con capacidad para 400, informó la Cruz Roja.
Sus 130 trabajadores y voluntarios se encuentran “extenuados pero operativos” después de dar este jueves 5.000 comidas y otras tantas cenas a los inmigrantes del centro, que llegaron a ser unos 7.000 el pasado miércoles.
Mientras, continúan los traslados de migrantes a otras localidades, principalmente de la misma región de Sicilia, en naves de las fuerzas del orden italianas y se esperan que unos 2.500 dejen la isla.
Aunque la situación ha mejorado tras la salida de más de 6.000 de los 10.000 migrantes que llegaron en incesantes desembarcos durante apenas 72 horas, el sistema de acogida sigue saturado y estos días se han vivido momentos de tensión, forcejeos y aglomeraciones durante la espera en el muelle y el reparto de comida.
El Ayuntamiento de Lampedusa proclamó este miércoles el estado de emergencia para exigir ayuda al Gobierno nacional, que preside la ultraderechista Giorgia Meloni, cuyo ministro de Exteriores, Antonio Tajani pidió que la ONU y el G20 se impliquen junto a la Unión Europea para abordar el problema migratorio a nivel global.
“Ni siquiera Europa por sí sola es suficiente para abordar un problema tan enorme, que afecta no sólo a casi toda África, sino también a la afluencia procedente de la ruta de los Balcanes. Por eso hemos implicado a las Naciones Unidas y al G20”, subrayó Tajani.
El Ejecutivo italiano “hace todo lo humanamente posible” pero la “acogida de inmigrantes irregulares pesa enteramente” sobre Italia con “enormes costos”, añadió.
Con las cifras en constante evolución, en lo que va de año han desembarcado en Italia 123.863 inmigrantes, casi el doble que los 65.517 del mismo periodo del 2022 y el triple que los de 2021 (41.286), según datos del Ministerio del Interior actualizados al 13 de septiembre.