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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Balas que no eran balas y falta de explicaciones: las muertes de Melilla, en el debate sobre el estado de la nación

Gabriel Rufián sube al estrado del Congreso y coloca sobre la mesa, uno a uno, tres elementos de metal y plástico rojo. “¿Sabe qué son? Son balas que ha recogido mi compañera María Dantas en la frontera de Melilla, con las que mataron a 37 personas. Ustedes, no. La gendarmería marroquí. Y usted dijo que no estaba tan mal”, acusó el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) dirigiéndose al presidente del Gobierno, mientras Pedro Sánchez le reprochaba el gesto desde la grada. 

La escena empujó una de las discusiones más tensas del debate sobre el estado de la nación y también una de las pocas intervenciones -también hubo citas de Unidas Podemos, En Comú Podem y Bildu- utilizadas por los parlamentarios para pedir explicaciones al presidente en relación a la muerte de al menos 23 personas (37, según las ONG) en la frontera de Melilla el pasado 22 de junio. Tras los comentarios de Rufián, Sánchez tampoco centró su respuesta en la tragedia de la valla. “Se ha equivocado gravemente. La mera exhibición de balas en este hemiciclo es un error imperdonable”, respondió el mandatario español. 

En las últimas semanas, el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y el Defensor del Pueblo han pedido explicaciones al Gobierno español sobre el último salto a la valla de Melilla. En casa, sin embargo, el tema apenas ha ocupado espacio durante los tres días de debate sobre el estado de la nación. Mientras el presidente ha evitado dar explicaciones y apenas se ha referido a una de las mayores tragedias ocurridas en la frontera terrestre española, el resto de grupos parlamentarios tampoco ha destacado por presionar al Gobierno en relación a los fallecimientos y el posterior apoyo de Sánchez a Marruecos. Unidas Podemos y ERC registraron propuestas de resolución en las que solicitaban una investigación de los hechos sucedidos en Melilla, aunque ninguna de ellas fue aprobada por el pleno. 

Desde la tragedia, ocurrida hace tres semanas, el Ejecutivo apenas ha dado información sobre lo sucedido, más allá de apoyar la labor de “contención” de la inmigración por parte de Marruecos. Durante otra de las mayores tragedias de nuestras fronteras, la ocurrida en el espigón del Tarajal en 2014 -cuando 14 personas fallecieron en un intento de entrada a nado respondido por la Guardia Civil con pelotas de goma y botes-, el Ejecutivo del Partido Popular, después de una serie de versiones contradictorias, aportó ofreció explicaciones en dos comisiones de Interior celebradas en el Congreso de los Diputados y publicó las imágenes de las cámaras de seguridad de la alambrada ceutí. El diputado de Bildu, Jon Iñarritu; y el parlamentario de En Comú Podem, Jaume Asens, han solicitado las grabaciones del lado español de la frontera durante la madrugada del pasado 22 de junio, pero aún no ha recibido respuesta.

Las “balas”

En la intervención de Rufián, la más sonada sobre las muertes de Melilla, la información transmitida contenía varios errores que acabaron por desviar la atención del asunto. Las “balas” mostradas por Rufián no eran balas de fuego real, ni eran letales. Eran vainas de proyección cuya pólvora sirve para impulsar material antidisturbios (pelotas de goma o botes de humo) o únicamente para generar ruido, según varias fuentes policiales consultadas por elDiario.es. Las mismas fuentes apuntan a que, una vez detonado, el “cartucho” (el plástico) cae al suelo, por lo que todo apunta a que se trata de restos de material antidisturbios lanzado desde el lado español de la frontera.

Este medio localizó alrededor de una docena de esos mismos cartuchos, de color rojo y transparente, frente al tramo de la valla de Melilla situada en la zona de Barrio Chino, el principal punto donde se produjo el salto. Los diputados de ERC y Bildu, María Dantas y Jon Iñarritu, también encontraron restos de botes de humo españoles y pelotas de goma -cuyo origen no está identificado-  en los alrededores de la alambrada, durante las semanas posteriores a la tragedia. El Ministerio del Interior ha confirmado que la Guardia Civil utilizó material antidisturbios para responder al intento de entrada del 22 de junio. Según defiende el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska, lo utilizan “de forma profesional aplicando criterios de oportunidad y de proporcionalidad”. 

También Jaume Asens, el representante de En Comú Podem, mencionó la tragedia de Melilla. “Es la masacre más grave de los últimos 40 años en la frontera. Es inaceptable. Debe investigarse. Nos lo exige la Comisión Europea, Amnistía Internacional o la ONU. Esas 37 personas tenían el mismo derecho a huir del horror que los ucranianos que llegan a nuestras ciudades. Señor presidente, más que al presidente del acuerdo con Marruecos, necesitamos al presidente del Aquarius, orgulloso de salvar a inmigrantes en alta mar, al presidente de hoy que planta cara a las eléctricas”, zanjó. Sánchez respondió una vez más haciendo alusión a las supuestas “mafias” a las que responsabiliza de lo ocurrido, a pesar de que los supervivientes del salto y organizaciones especializadas insisten en la inexistencia de redes criminales detrás del salto. Los participantes, apuntan, se auto organizan en este tipo de entrada irregular, la única por la que los migrantes no pagan dinero a grupos organizados, según decenas de testimonios recogidos por este medio-. 

Migración, la gran ausente

María Dantas, la diputada y una de las más activas en asuntos migratorios con enfoque de derechos humanos- que recogió en Melilla los cartuchos mostrados por Rufián en la Cámara Baja, lamenta que las muertes de la valla hayan pasado desapercibidas en el debate sobre el estado de la nación. No se sorprende. La falta de profundización en relación a los abusos cometidos en la frontera es, dice, “habitual”. 

“El tema de la migración en el Congreso es lo último de lo último. Hemos visto una masacre, con gente ahí, amontonada y apenas habló ni la derecha ni la izquierda”. No veo que interpele tanto“, sostiene la parlamentaria de ERC. Jon Iñarritu (Bildu), otro de los diputados más centrados en asuntos migratorios, reconoce que el Gobierno no se enfrentó a grandes presiones para responder a las muertes de Melilla: ”Salió de rositas. El debate se centró mucho en el tema social ante la situación que estamos y las medidas contra la crisis. Sorprende que, con el lío que se montó con el caso del Tarajal -en el que también pidió aclaraciones el PSOE-, Sánchez está intentando no aclarar nada, no comparecer, la vía contraria que utilizó el Partido Popular en 2014“, sostiene.

Jaume Asens, de En Comú Podem, cuestiona la falta de explicaciones sobre el tema por parte del Gobierno: “Se habló muy poco y las grandes incógnitas siguen encima de la mesa. Los temas de fondo no se solucionan. Marlaska salió diciendo que ha sido proporcionada. Nosotros insistimos en que faciliten las imágenes de las cámaras de seguridad. Lo primero es saber lo que ha pasado. No sabemos cómo ha muerto esa gente. Dicen que la entrada fue violenta pero tampoco han aportado ninguna prueba”.

“Normalización”

Para la experta en migraciones Gemma Pinyol, la falta de tiempo dedicado a las muertes de Melilla evidencia la “normalización” del “discurso securitario de las migraciones”. Pinyol, investigadora asociada a la Universidad Pompeu Fabra y directora de políticas migratoria de Instrategies, considera que “buena parte de la opinión pública asume, con una naturalidad que asusta, los costes de una gestión defensiva”. 

“Esto acaba repercutiendo no solo en las prioridades, si no en la ”normalización“ de actuaciones que vulneran los derechos humanos y la falta de rendición de cuentas ante estas actuaciones”, recalca Pinyol. Sin embargo, las instituciones internacionales sí han pedido explicaciones al Gobierno sobre los hechos ocurridos en Melilla. Este jueves, el Parlamento Europeo pidió la comparecencia de Grande-Marlaska y varias organizaciones especializadas en migraciones. “Las voces que exigen responsabilidades no son pocas pero no parece que tengan suficiente peso para cambiar el rumbo. Y eso es un desastre en términos de protección de derechos y de valores democráticos”, añade la experta. 

Entre las ONG convocadas por la Eurocámara para aclarar lo ocurrido en la frontera española se encuentra la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). La organización también ha criticado el silencio mayoritario sobre la reciente tragedia en el debate sobre el estado de la nación. “Es lamentable que no se haya abordado con transparencia y honestidad lo sucedido en Melilla teniendo en cuenta que están pidiendo explicaciones La Comisión Europea, el Defensor del Pueblo y sobre todo la sociedad civil”, sostiene Estrella Galán, secretaria general de la organización, en declaraciones recogidas por elDiario.es. 

“¿Tanto se le debe a Marruecos para que no se aborde con valentía esta tragedia donde han perdido la vida al menos 37 personas que huían de la guerra de Sudán? Se trata de refugiados pero con tanto ocultismo los estamos tratando como si fueran una amenaza cuando la verdadera amenaza es que en las fronteras de Europa pueda morir gente con total impunidad”, dice.