Dos centros médicos y una escuela han sido atacados este lunes en Siria. El primero, un hospital apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF), fue destruido por bombardeos en la población de Maarat al Nuaman, en la provincia de Idlib, en el norte de país, según informó la propia organización. En la localidad de Azaz (Alepo), otra estructura sanitaria ha sido arrasada. En total, al menos 23 personas han fallecido, según ha confirmado Al Jazeera.
En el bombardeo en el hospital apoyado por MSF en Idlib, al menos nueve personas murieron y decenas resultaron heridas y desaparecidas, según los datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La provincia de Idlib, controlada en su mayoría por grupos insurgentes ha sufrido constantes ataques por aviones rusos en los últimos meses.
El segundo bombardeo ha atacado un hospital y una escuela en Azaz (Alepo). Al menos 14 personas han fallecido y cerca de 30 han resultado heridas, según ha informado a Al Jazeera la oficina de comunicación en Alepo, también controlada por los rebeldes.
Por su parte, Médicos Sin Fronteras ha informado de que al menos ocho trabajadores del hospital atacado en Idlib permanecen desaparecidos en estos momentos. El centro médico recibió “al menos dos ataques en el intervalo de unos pocos minutos” y el centro médico fue alcanzado “por cuatro cohetes”. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha señalado que el ataque fue perpetrado por aviones rusos en las afueras de Maarat al Nuaman, en Idleb.
En el caso del bombardeo contra la escuela y el centro médico situados en Azaz, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ha acusado al ejército ruso de estar detrás del ataque.
MSF condena el ataque
“Condenamos este nuevo ataque contra una estructura médica, que además parece haber sido deliberadamente dirigido contra la misma. La destrucción de este hospital privado deja sin servicios médicos a unas 40 000 personas que viven en una zona de conflicto abierto”, ha denunciado Massimiliano Rebaudengo, coordinador general de MSF en Siria.
En las primeras imágenes conocidas, se puede ver a los equipos de emergencia buscando heridos o fallecidos entre los restos de los edificios alcanzados por las explosiones.
En este hospital, que contaba con 30 camas, dos quirófanos, una clínica ambulatoria y servicio de urgencias, trabajaban 54 personas, según detalla MSF. La organización humanitaria apoya esta estructura médica desde septiembre de 2015 mediante el suministro de equipos médicos y financiando sus costes de funcionamiento.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló por su parte que aviones rusos bombardearon un hospital, “respaldado por una organización médica internacional”, en las afueras de Maarat al Nuaman, y afirmó que hubo un número indeterminado de muertos y heridos.
No es la primera vez que un centro médico que recibe apoyo de MSF es atacado en Siria. El pasado 5 de febrero, tres personas murieron y otras seis, entre ellas una enfermera, resultaron heridas por un bombardeo contra el hospital de Tafas, en el sur de Siria y ayudado por la ONG.