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Bruselas rechazó en diciembre de 2013 un plan antinaufragios más ambicioso que el debatido ahora

Ante los desastres, Europa parece sobreactuar para luego edulcorar cualquier propuesta primigenia. Los diez puntos presentados conjuntamente por la Comisión Europea y los ministros de Exteriores e Interior de los 28 Estados, un grupo de trabajo liderado por la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, pueden sonar ambiciosos en aras de evitar tragedias como las de los últimos días en el Mediterráneo, con probablemente más de mil muertos en sus aguas; pero el decálogo de la italiana no es más que un déjà vu descafeinado, menos ambicioso que el plan que en diciembre de 2013 puso sobre la mesa la entonces comisaria de Asuntos Internos, Cecilia Mälmstrom, hoy a cargo de Comercio.

El plan que presentó la comisaria sueca hace menos de un año y medio sucedió a otra catástrofe humanitaria idéntica a la actual en octubre de ese año. Menor si se considera el número de víctimas, con 366 muertos. “Repercusiones de Lampedusa: medidas concretas para evitar la pérdida de vidas en el Mediterráneo y afrontar mejor los flujos migratorios y de asilo” llevaba la medida por título.

Los diez puntos que ahora destaca Mogherini se asemejan más bien a una declaración de intenciones y excluyen por lo pronto los términos “salvamento”, “vigilancia” o “rescate” a la espera de lo que se decida el jueves, 22 de abril, día en que tendrá lugar la próxima cumbre europea. “Reforzar las operaciones conjuntas en el Mediterráneo”; “extender la zona de operaciones”; “desplegar equipos conjuntos en Grecia e Italia para abordar las demandas de asilo”; “insistir en la toma de huellas digitales de todos los inmigrantes”, son algunas de las ideas, más bien vagas, sobre las cuales planea una premisa central anunciada el lunes por Mogherini: la lucha contra los buques utilizados por los contrabandistas ampliando el campo de acción militar y civil de la UE.

¿Qué incluía la propuesta de Mälmstrom de diciembre de 2013? Mucho más que la de Mogherini. Con relación al contrabando de personas, entre otras medidas estaban la de “mantener el apoyo a los programas de creación de capacidad para abordar el contrabando y la trata de seres humanos en el norte de África”. Entre las soluciones, se daba especial importancia al salvamento. El título del primer punto, que rezaba “vigilancia fronteriza para ayudar a salvar vidas”, apuntaba a “reforzar la vigilancia aérea y marítima y la capacidad de efectuar rescates, lo cual salvará vidas de inmigrantes en situaciones de peligro en el mar en las tres operaciones que Frontex coordina en Grecia e Italia”. Nada de esto aparece en el decálogo del 20 de abril.

El documento de la comisaria sueca sí concretaba las ayudas económicas, ausentes en el de Mogherini. Primero y con relación a la denominada Red Europea de Patrullas, “el coste de los nuevos activos ascendería a unos 14 millones de euros en 2014”. También, el apoyo financiero: “La Comisión está reservando financiación (incluida financiación de emergencia) por un importe de 50 millones de euros”, se leía en la propuesta. “A Italia se le han destinado 30 millones de euros, que cubren las operaciones de vigilancia fronteriza bajo el mando de Frontex. Se han asignado 20 millones de euros a la mejora de, entre otras cosas, las capacidades de acogida, tramitación, cribado y registro”.

Había más puntos –“asistencia y solidaridad”, “protección regional, reasentamiento y vías legales para acceder a Europa”– , pero la propuesta de Mälmstrom cayó en saco roto. Fue abortada por el Consejo el 19 y 20 de diciembre de 2013 (página 21 del documento adjunto), es decir, menos de dos semanas después. El Consejo simplemente se limitó a resaltar los valores de Frontex sin asumir los postulados de la comisaria sueca.

Lo recuerda estos días el veterano corresponsal Christian Spillmann en su blog: “Las soluciones están sobre la mesa de las instituciones europeas desde el naufragio de 2013. Pero estas propuestas fueron siempre rechazadas. Las conclusiones del Consejo fueron lapidarias y muy lejos de ser las correctas: 'prioridad a evitar las salidas migratorias [ilegales] y solidaridad apropiada en la acogida de los recién llegados'. Veinticuatro de 28 países rechazaron categóricamente la propuesta de Mälmstrom: solo votaron a favor Italia, Grecia, Chipre y Malta”, recuerda Spillmann.

La eurodiputada de IU Marina Albiol, que ayer intervino junto a Los Verdes en un acto en el que pidió el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), va todavía más lejos: “No se ha hecho más que volver a insistir en las mismas medidas que ya fueron aprobadas hace un año y medio tras la muerte de 368 personas frente a las costas de Lampedusa”, lamenta Albiol. “Los centenares de muertos de este fin de semana en el Mediterráneo las han demostrado fracasadas”.

Para la eurodiputada valenciana “reforzar la agencia Frontex, que es una agencia creada para defender las fronteras y que trata al inmigrante como enemigo, no ayuda a salvar vidas; agilizar los vuelos de deportación nada tiene que ver con el rescate en alta mar y sí con devolver a estas personas al sufrimiento…”.

Se desconoce la decisión que adoptará el Consejo este jueves: esta vez la magnitud de la tragedia dobla a la de diciembre de 2013. La tradicional rueda de prensa que la Comisión brinda todos los días a mediodía se alargó este martes sobremanera por las dudas ante los diez puntos de Mogherini. La propia portavoz de Migraciones, Natasha Bertaud, ha rechazado dar una entrevista a este medio.