La portada de mañana
Acceder
El aval del PPE a la ofensiva contra Ribera aboca a la UE a una crisis sin precedentes
Sánchez impone al PSOE evitar el cálculo partidista en la crisis valenciana
OPINIÓN | El extraño caso del doctor Óscar y el señor Puente, por Enric González

“No abra, no hable y no firme nada”: así se preparan los vecinos ante las redadas contra inmigrantes anunciadas por Trump

“¿Por qué es importante conocer sus derechos? Porque todas las personas en EEUU, no importa si no tienen estatus legal, tienen derechos bajo la Constitución, la ley más poderosa, que afecta a todas las personas que están aquí”. Con estas palabras, la abogada Camila Álvarez arrancaba este martes una charla informativa en Los Ángeles destinada a la comunidad de inmigrantes la ciudad.

Punto por punto, micrófono en mano y a través de diapositivas muy sencillas, desgrana qué pueden hacer si el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) llaman a sus puertas. “Hay tres cosas que recordar: no abra, no hable con Inmigración y no firme nada”, resume la letrada, como puede apreciarse en un vídeo difundido en Facebook por la organización Central American Resource Center.

Álvarez intenta tranquilizar a los presentes. Un día antes, el presidente Donald Trump había presumido de que las redadas que, según anunció, iban a dar comienzo el domingo para deportar a miles inmigrantes sin papeles habían sido “muy exitosas”. Desde la organización, la información que tienen es otra. “Lo que vemos ahorita es que nadie ha empezado. Hay arrestos, pero no hay redadas grandes aquí en Los Ángeles y otros condados cercanos”, indica la experta. “Estamos esperando para ver qué pasa pero, ¿qué podemos hacer mientras? Conocer sus derechos”.

Entre el público estaba María (nombre ficticio), que llegó a la ciudad californiana en 1994 desde Guatemala, según explica la cadena estadounidense ABC. “Tengo bastante miedo. Si ando en la calle o estoy en mi casa y de repente tocan, ¿cómo reacciona uno? Tengo un niño de 12 años que me pregunta: 'Mamá, ¿qué pasa? Le respondo que no pasa nada, pero el temor siempre está”, dice la mujer, que prefiere no mostrar su cara ante la cámara de televisión. “Si sé mis derechos, puedo usarlos cuando sea necesario o compartirlos con familiares que también están en esta situación”.

Según han informado los medios estadounidenses, los operativos tenían en el punto de mira a al menos 2.000 personas sin papeles con orden de deportación en diez ciudades: Nueva York, Miami, Houston, Los Ángeles, San Francisco, Chicago, Atlanta , Baltimore, Nueva Orleans y Denver.

Desde el anuncio de Trump, que postergó dos semanas las redadas previstas para finales de junio, las organizaciones en defensa de los derechos de los inmigrantes han redoblado sus esfuerzos para intentar paliar sus efectos en medio del miedo y la confusión sembrada entre las personas sin papeles. Tratan de darles orientación y aconsejarles qué hacer si se los agentes intentan detenerlas. Lo hacen con talleres o campañas informativas, en las que difunden materiales como folletos y listas de pasos a seguir que ya utilizaban con frecuencia antes de los operativos anunciados por el presidente. Algunas han establecido líneas telefónicas gratuitas que atienden llamadas las 24 horas del día y en varios idiomas.

Son consejos básicos, pero útiles para todo aquel que no esté familiarizado con las cuestiones legales: “Usted tiene derecho a guardar silencio, a negar el acceso a su casa (a menos que la policía o ICE tengan una orden judicial firmada por un juez)”, “Si usted es arrestado, usted tiene derecho a hacer una llamada”, “No conteste a ninguna pregunta sin antes hablar con un abogado”. Cientos de mensajes de este tipo han circulado en los últimos días en las redes sociales bajo el hashtag #KnowYourRights [Conozca sus derechos], difundidos también por representantes demócratas como Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar o Alexandria Ocasio-Cortez. 

En Miami, por ejemplo, la Coalición de Inmigrantes de Florida estuvo todo el fin de semana repartiendo información para que la gente estuviera preparada en el caso de que comenzaran las redadas anunciadas. “Estuvimos distribuyendo panfletos en comunidades con alta concentración de población migrantes, fuera de las iglesias y en lo que llamamos clínicas de protección donde educamos sobre distintos derechos constitucionales. Nuestros abogados estaban presentes para dar consejos. También contamos con una línea telefónica donde la gente puede pedir ayuda e informar de redadas”, explica Melissa Taveras, portavoz de la red que agrupa a más de 60 entidades.

Los activistas y abogados de las organizaciones no son los únicos que tratan de informar de sus derechos a los inmigrantes en situación irregular. Las oficinas de asuntos migratorios de Nueva York o Los Ángeles, ambas ciudades “santuario” -donde las autoridades locales no cooperan con las federales para deportar a migrantes indocumentados- también han publicado hojas informativas y han puesto líneas telefónicas a disposición de la población extranjera en las que pueden recibir asistencia legal. Lo mismo han hecho los consulados mexicanos a lo largo del país, que ofrecen apoyo ante las posibles detenciones de sus ciudadanos. “La Embajada y los 50 consulados estamos en alerta permanente ante las redadas”, ha dicho la embajadora mexicana en EEUU, Martha Bárcena, en declaraciones recogidas por Efe.

Trump ha asegurado que las redadas han sido “un éxito” a pesar de que las autoridades no han aportado detalles sobre su magnitud ni han confirmado que se hubiesen materializado. Desde el domingo, lo que ha trascendido es informaciones extraoficiales sobre actuaciones dispersas de los agentes de inmigración en algunas ciudades, a las que los abogados y los activistas están dando seguimiento, y no sobre la supuesta operación de grandes dimensiones sobre la que se venía hablando desde hace días.

La Coalición de Inmigrantes recibió denuncias de que algunos agentes del ICE estaban llamando a puertas en lugares como Immokalee, al sur. “Parece rutinario, porque lo hemos visto previamente pero solo el ICE lo puede calificar como tal o puede confirmar si eran redadas”, sostiene la portavoz de la organización en una conversación con eldiario.es. Este martes, la cadena CNN informaba de que un funcionario de la agencia migratoria había reconocido por primera vez que “no ha habido arrestos en masa” ni “ningún aumento de detenciones, actividad o redadas”. 

La situación, explica Taveras, está más calmada después de unos días marcados por el temor entre la población inmigrante ante la posibilidad de ser detenidos y deportados. “Ahora se nota más tranquilidad. Nos damos cuenta por las llamadas que recibimos, hay más normalidad. Nosotros como organización seguimos muy pendientes porque no han dicho que el operativo se suspendió. Durante el fin de semana hubo muchísimo estrés. La gente estaba muy asustada, recibíamos llamadas en las que nos preguntaban si podían ir a la Iglesia o al trabajo, aterrorizados”.

La activista relata que el domingo fue a Homestead, al sur de Miami, “y la calle estaba literalmente vacía”. “Ese era el grado de estrés, no solo en las personas indocumentadas, las calles estaban vacías. En Nueva York, muchos restaurantes se quedaron sin clientes. Aquí en algunas zonas agrícolas también hablaban de que la gente tenía miedo de ir a trabajar. Nosotros solo recibimos algunas llamadas de gente que sospechaba de actividad de los agentes, nada indicaba que hubiera operación per se. Era como cuando estás en casa esperando un huracán, pendiente de si llega a la ciudad o se va al norte, la sensación era la misma”, asegura.

“Es una táctica para crear miedo y caos”

Taveras recuerda lo que muchas voces vienen repitiendo estos días. La administración Trump no es la primera en impulsar redadas contra la población en situación irregular. La diferencia, insiste, es el anuncio previo. Llegó en forma de tuit a finales de junio, en el presidente dio a conocer que las autoridades migratorias de su país iban a iniciar un proceso de deportación de “millones” de inmigrantes sin papeles.

“Ha sido muy raro cómo se ha comportado el Gobierno. Normalmente no se anuncian operativos. El propio ICE lo dice: ellos no comentan las operaciones porque se supone que tienen como norma no anunciarla, es su forma de trabajar”, indica la portavoz de la red de organizaciones. “Nuestras comunidades siempre se han tenido que enfrentar a redadas, la diferencia ahora que es el cambio de consigna de cero tolerancia y criminalización. Durante la administración anterior hubo redadas y bastantes deportaciones, pero nunca vimos a Obama publicarlo en Twitter ni esta retórica tan racista”.

Activistas y organizaciones llevan días denunciando que, detrás de este aviso, hay una voluntad de “inocular” temor entre quienes se encuentran en situación irregular en el país. El momento político también es clave, ya que coincide con el lanzamiento oficial de la campaña de Trump para la reelección a la Casa Blanca en los comicios que se celebrarán en noviembre de 2020. “Siempre ha habido redadas. Se siente que es más común, pero la realidad aquí en Los Ángeles es que las redadas son comunes. El anuncio se produce porque va a haber una reelección, está metiendo miedo a la comunidad de inmigrantes para la reelección”, recalcó la abogada Álvarez ante los asistentes del taller. 

“Es una táctica para crear miedo y caos y para hablarle a una base política”, coincide Taveros desde Florida. “El presidente quiere acosar a una comunidad por razones políticas, lo que le decimos a nuestra gente es que no tenga miedo, no importa si llegaste hace 30 años o dos horas: tienes protección constitucional y se tiene que respetar”, agrega.

Por eso, para la activista, el revuelo generado tras los mensajes de Trump también ha tenido su “parte positiva”. El aluvión de información en redes sociales, la campaña 'Conozca sus derechos' de las ONG y las noticias en los medios de comunicación, dice, han surtido el efecto contrario al deseado por el presidente.

“Hay una buena noticia en todo esto, nos dijeron que los agentes del ICE fueron en Immokalee puerta por puerta. Pero la gente no les abrió. Sabían que no tenían derecho a entrar si no lo hacían con una orden. Que una petición de Inmigración no es lo suficientemente fuerte para entrar en la casa de una persona. Sin abrirles, les preguntaban: '¿Tienen una orden judicial?' Nos contaron que nuestras comunidades conocían esos derechos. Y los agentes se terminaron yendo”, sentencia.