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THE GUARDIAN

Crónica del incendio que mató a 40 migrantes en Ciudad Juárez: “Si nos hubieran llamado a tiempo, habríamos salvado a más personas”

Personal de rescate en el incendio en el Instituto Nacional de Migración (INM), donde murieron 40 personas el 27 de marzo de 2023, en Ciudad Juárez, Chihuahua (México).

Justo Robles

The Guardian —

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Cuando Isidro escuchó el sonido del teléfono desde su cama, inmediatamente pensó que una llamada a esas horas solo podía significar que se había declarado un incendio en algún lugar de Ciudad Juárez. El hombre al otro lado de la línea le pidió que se dirigiera al centro de detención de migrantes situado cerca del puente que une la ciudad fronteriza mexicana con El Paso (en el estado de Texas). Eran las 22.20 horas del 27 de marzo, e Isidro todavía no sabía que iba de camino a una tragedia.

Cuando llegó al lugar del siniestro, se puso rápidamente el uniforme de bombero y corrió hacia la puerta del edificio en llamas, pasando junto a varios cuerpos que yacían en el suelo. No estaba seguro de si aquellos hombres estaban vivos. “Uno de los bomberos me dijo: 'Hay más gente dentro. ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Deprisa!'. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba ante una tragedia”, explica.

Isidro no es su nombre real. El bombero pidió a The Guardian que no revelara su identidad por motivos de seguridad, ya que las autoridades han prohibido a los equipos que sofocaron el incendio que hablen con los medios de comunicación porque se está llevando a cabo una investigación federal.

Según las imágenes de vigilancia verificadas por un ministro del Gobierno mexicano, los guardias intentaron abandonar las instalaciones mientras las llamas crecían y el humo llenaba una celda en la que se encontraban decenas de hombres migrantes latinoamericanos que no pudieron escapar. Cuarenta migrantes murieron en el incendio y más de 20 resultaron heridos.

Una escena infernal

Isidro se adentró en una escena infernal. “Los migrantes que se encontraban atrapados en el edificio no gritaban pidiendo ayuda. Habían estado inhalando dióxido de carbono producido por el fuego, así que la mayoría de ellos estaban inconscientes”, relata en la única entrevista que ha dado a un medio de comunicación.

Isidro empezó a sacar de las instalaciones un cuerpo tras otro. La mayoría parecía estar afectada por el humo, y él y sus compañeros encontraron a una veintena de cuerpos acurrucados en el cuarto de baño por donde habían intentado escapar. Habían abierto el agua de la ducha para intentar disipar el humo que los ahogaba.

“Después de sacar a más de una decena de personas del edificio, vi a un hombre sentado encima de un retrete, en posición fetal. No podía verle la cara, pero me apresuré a entrar”, cuenta Isidro. “Lo agarré por los brazos y un compañero lo agarró por las piernas y, mientras lo sacábamos del edificio, el hombre abrió los ojos. No me dio las gracias, pero tuve la sensación de que el hombre sabía que lo había salvado y que iba a sobrevivir”, explica.

Investigación

La fiscal federal mexicana Sara Irene Herrerías ha indicado que ha abierto una investigación para esclarecer las 40 muertes, que se consideran presuntos homicidios, y ha acusado a los responsables de no hacer nada para evacuar a las víctimas.

Dos días después del incendio, un abogado de Ciudad Juárez, Javier Vásquez Campbell, presentó una denuncia en el estado de Chihuahua en nombre de algunas de las víctimas contra Salvador González Guerrero, alto funcionario del INM.

“González Guerrero dio la orden a través de una llamada telefónica de que los migrantes 'alojados' en el lugar donde se inició el incendio no fueran liberados bajo ninguna circunstancia”, sostiene la denuncia, a la que ha tenido acceso The Guardian.

A The Guardian no le ha sido posible contactar con González Guerrero para que pudiera dar su versión de los hechos. Según ha informado el periódico local El Diario, pesa una orden de arresto en su contra y los agentes federales lo buscan. Desde finales de la semana pasada se le considera un fugitivo.

Vásquez Campbell ha explicado que dos guardias del centro de detención y un funcionario de inmigración contactaron con él poco después del incendio en busca de asesoramiento jurídico ante la preocupación de que pudieran estar en el punto de mira de la fiscalía federal.

“Ni salida de emergencia, ni extintores”

Las organizaciones de defensa de los derechos humanos llevan mucho tiempo denunciando las malas condiciones y el hacinamiento en los centros de detención de migrantes de México. Algunas instantáneas de poca calidad del interior del centro de detención de Ciudad Juárez, tomadas unas semanas antes del incendio y que fueron enviadas a The Guardian, muestran a migrantes durmiendo en decenas de literas ocupadas y a otros en colchones por el suelo.

Según un comunicado de prensa del INM, el 27 de marzo había 68 migrantes de países de Centroamérica y América del Sur detenidos en el centro. Un día después, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que el incendio se originó cuando los migrantes prendieron fuego a los colchones para protestar contra la inminencia de sus deportaciones.

Isidro recuerda haber visto los colchones en llamas mientras buscaba frenéticamente a supervivientes en el interior del centro. “Durante nuestra última inspección de las estancias del centro, nos asegurábamos de que nadie se quedara atrás, cuando me di cuenta de que no había rutas de salida de emergencia, ni extintores”, explica Isidro.

Posibles incumplimientos

Las condiciones en el interior del centro de detención, tal y como él las observó, parecen vulnerar una normativa federal que entró en vigor en 2011 que establece directrices para empleadores y trabajadores en caso de incendio. Las normas exigen que los lugares de trabajo, incluidos los que están bajo jurisdicción federal, como los centros de detención de migrantes, tengan a la vista avisos sobre los riesgos de incendio, las rutas de evacuación, las salidas o escaleras de emergencia e indicaciones sobre dónde encontrar un extintor.

El 27 de marzo, Roberto Briones, director de Protección Civil de Ciudad Juárez que supervisa el cuerpo de bomberos, declinó responder a las preguntas sobre las condiciones en el interior del centro de detención. Sin embargo, anteriormente había declarado a los medios de comunicación locales que no había recibido ningún informe sobre el inicio de un incendio en las instalaciones de migración.

Briones aseguró que fue un capitán del cuerpo de bomberos quien vio salir humo del centro de inmigración y llamó al equipo de bomberos. Coincide con el relato de Isidro y con un mensaje de audio de un miembro del cuerpo de bomberos enviado a The Guardian. Según Isidro, cualquier persona atrapada en un incendio tiene tan solo tres minutos para salvarse.

Tres semanas después del mortífero incendio, López Obrador afirmó que la puerta del centro de detención permaneció cerrada mientras los migrantes se encontraban atrapados en su interior “porque la persona que tenía las llaves no estaba allí”.

Isidro cree que la tragedia podría haberse evitado con condiciones de seguridad mejores y una mayor capacidad de reacción. “Si nos hubieran llamado a tiempo, habríamos salvado a más gente”, lamenta.

Traducido por Emma Reverter.

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