“Una pandemia”. Así denomina la ONU la violencia contra la mujer en el mundo, una asignatura pendiente marcada por la discriminación de género que impera en todos los países del mundo. Las regiones ricas y empobrecidas del globo comparten su maltrato a la mujer por el hecho de serlo, recuerdan las Naciones Unidas a través de una serie de datos con motivo del Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer, este 25 de noviembre.
“Ya sea en el hogar, en la calle o en los conflictos armados, la violencia contra las mujeres es una pandemia mundial”, indica la ONU Mujeres, entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer. En la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de las Naciones Unidas se define ésta como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
Los datos son importantes, para medir el problema, estudiarlo y, sobre todo, saber cómo atajarlo. La relatora especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, Dubravka ŠimonoviÄ, ha pedido en esta cita internacional que todos los países creen un 'Observatorio del Femicidio' u 'Observatorio de los Asesinatos por Razones de Género', que englobe todos los asesinatos de mujeres.
1) 1/3 de las mujeres ha sufrido violencia física o sexual
La Organización Mundial de la Salud (OMS) empleó el término “pandemia” en referencia a la violencia de género tras publicar los resultados de un estudio que apuntaba que una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual en el mundo. El maltrato, según estas cifras, es infligido principalmente por parte de sus compañeros sentimentales.
En México, seis mujeres son asesinadas cada día. La hija de Norma Andrade fue secuestrada y asesinada en 2001 en Ciudad Juárez. Después de años de protestas empezó a recibir amenazas. “Sufrí el primer atentado el 2 de diciembre de 2011. Me dieron cinco impactos de bala de calibre 357 (la primera quedó alojada al lado del corazón, la segunda me destrozó la mano, y las otras tres me atravesaron el hombro y me destrozaron el húmero). El segundo atentado ocurrió el tres de febrero de 2012 en Ciudad de México, me dieron dos cuchilladas en la mejilla derecha y en el cuello”, contó la mujer a eldiario.es.
2) Las matan sus conocidos en la mitad de los casos
Casi en uno de cada dos casos de asesinatos de mujeres el autor era su compañero sentimental o un miembro de la familia, en 2012. La ONU recupera esa cifra del Estudio Mundial sobre el Homicidio de 2013, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por su nombre en inglés). El porcentaje para las mujeres es del 47% mientras que, para los hombres, ese dato se reduce hasta el 6% de las víctimas masculinas.
Marta Anguita estuvo a punto de convertirse en una de ellas. Protagonista del documental 'La maleta de Marta', dirigido por Günter Schwaiger sobre la violencia de género, sufrió un brutal ataque de su expareja hace quince años. Este, que durante años le infligió maltrato psicológico, la atropelló y le asestó 16 puñaladas. Ella consiguió vivir, pero su calvario acababa de empezar: su familia le dio la espalda y los medios de protección no garantizaban su seguridad, por lo que tiene que vivir escondida.
3) Países donde no está penada la violación conyugal
2.600 millones de mujeres y niñas viven en países donde la violación en el matrimonio no está explícitamente penalizada. “Solo 52 países la han penalizado expresamente”, recuerda la ONU Mujeres.
Uno de los países que no ha hecho los deberes es Irán, donde las mujeres son consideradas como “máquinas de procrear”, denunció Amnistía Internacional en un informe. No se pena la violación dentro del matrimonio, se considera que la mujer debe cumplir sus “deberes conyugales”. Tampoco lo es en India, donde las alarmantes cifras de violaciones a mujeres –cada media hora es violada una mujer en el país– no incluyen los abusos de los maridos a sus esposas.
4) La mitad de las europeas ha sufrido acoso sexual
En la Unión Europea, “del 45% al 55% de las mujeres han sufrido acoso sexual desde los 15 años”, denuncia la ONU Mujeres. El acoso es la solicitud de “favores sexuales, para sí o para un tercero, en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios, continuada o habitual”, que provoca a la víctima “una situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante”, explicó a este medio la abogada María José Varela, miembro de la Asociación de Asistencia a Mujeres Agredidas Sexualmente.
El acoso es una de las formas de violencia sexual “más invisible”, por delante de la violación y el abuso, aunque en todo caso los datos no llegan a abarcar la magnitud del problema. Según una macroencuenta sobre violencia contra las mujeres de la FRA (Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea), en España un 6% de las mujeres ha sufrido violencia sexual, pero apenas un 15% de los sucesos más graves se comunican a la policía.
5) La primera relación sexual es una violación
En algunos países, hasta un tercio de las adolescentes afirma que su primera relación sexual fue forzada. La ONU Mujeres extrae este dato del Informe mundial sobre la Violencia en el Mundo de la OMS de 2002, en el que las cifras rompen en estereotipo de que los países 'ricos' o 'desarrollados' sufren estas violaciones de derechos humanos en menor medida que los empobrecidos o en vías de desarrollo.
Según éste, el 23% de las mujeres de Londres Norte (Reino Unido) dijeron haber sido víctimas de un intento de violación o de una violación consumada por parte de su pareja a lo largo de su vida. En Guadalajara (México) y Lima (Perú) se registraron cifras similares, con un 23%, y también en la provincia de Midlands, en Zimbabwe, con un 25%.
Carmen, cumplidos los 16, comenzó a hacerse pis en la cama. Su familia descubrió entonces que un par de años antes un chico con el que salía ocasionalmente la había violado. “Mis padres no me dejaban irme con él en la moto, así que, cuando lo hice y me forzó, no me atreví a contárselo a nadie”, contó a este medio.
6) La explotación sexual tiene nombre de mujer
“El 98% de los 4,5 millones de personas víctimas de explotación sexual forzada son mujeres y niñas”, indica la ONU Mujeres. La trata consiste en “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras fuerzas de coacción (...) con fines de explotación”, según la define el Protocolo de las Naciones Unidas para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas. La explotación sexual, que atrapa en su gran mayoría a mujeres como indica la ONU, es solo una de las formas de trabajo forzado. Además, la explotación puede tener como objetivo otros delitos, como el tráfico de órganos.
Selene fue una de esas mujeres. Dejó su país natal, Rumanía, para fugarse con su novio, que se había trasladado a España con su familia. En Girona, le esperaba el negocio de la prostitución y un compañero sentimental al que ya no conocía. Estaba sola. Después de su primer cliente, le dijo que no que quería volver a hacerlo. “Si lo has hecho una vez, puedes hacerlo más veces”, le argumentó su pareja. Por la tarde volvió a negarse; él le propinó una paliza que la dejó inconsciente en el suelo.
7) 133 millones de mujeres han sufrido la ablación
133 millones de niñas y mujeres que viven en la actualidad se han visto sometidas a la mutilación genial femenina en los 29 países de África y Oriente Medio donde la práctica es más habitual. Esta vulneración de los derechos de las niñas consiste en la extirpación parcial o total de los genitales femeninos externos por motivos no médicos, según la define la OMS.
A Jennifer le practicaron la ablación en su país, Kenia. Su mutilación se complicó aún más de lo habitual. Casi se desangra. Recordó el dolor con horror en un encuentro con medio y no dudó en destacar otra de las muchas razones de su arrepentimiento: “Cuando te lo hacen, te pueden obligar a casarte con un desconocido”.
8) Los éxitos contra la mutilación genital
Los dicursos en contra de la ablación han ido calando en las comunidades donde se practica. Hoy la probabilidad de que una niña sufra la mutilación genital es una tercera parte inferior a la de hace 30 años, indica la ONU. Entre las consecuencias, destacan las dificultades en la vida sexual de las mujeres, las complicaciones en el parto, las infecciones vesicales y urinarias recurrentes, los quistes y la esterilidad, según la OMS.
Fátima Djarra Sani, natural de Guinea-Bissau, tenía 4 años cuando le practicaron la mutilación genital. Y, al igual que Jennifer, no se la hará a sus hijas. Fátima es mediadora de Médicos del Mundo y resume su convencimiento en una frase: “Si piensas en qué beneficios te ha traído la ablación, no querrás hacérsela a tus hijas”. En su libro Indomable (Editoriales Península), pretende acercar la complejidad social que rodea a esta práctica.
9) 230 millones de mujeres casadas antes de los 15 años
El matrimonio infantil es, según lo define Unicef, la unión formal o informal antes de los 18 años. La ONU Mujeres alerta de que 700 millones de mujeres que viven en la actualidad se casaron antes de esta edad. De ellas, más de un tercio se casó con menos de 15 años. Las consecuencias de un matrimonio infantil suelen ser el fin de las actividades propias de la infancia, como el juego y la educación. Además, las jóvenes están más expuestas a los peligros: “Las niñas que se casan en su infancia tienen un mayor riesgo de sufrir violencia por parte de su compañero”, indica la agencia.
Kakenya Ntaiya dijo “no quiero”. En su país, Kenia, el 25% de las niñas menores de 15 años están casadas. Entre su pueblo, los Maasai, nueve de cada diez se convierten en esposas en cuanto alcanzan la pubertad. Pero ella se resistió a pasar por ello. “Donde yo nací lo que se espera de las chicas es que se casen justo tras la mutilación genital y que tengan hijos. La vida para las niñas es generalmente difícil porque son ellas las que se hacen cargo de todo, cocinar, ordeñar las vacas, limpiar la casa, traer el agua desde el río, cuidar a los familiares, lavar la ropa…
No tienen mucho tiempo para leer y estudiar por eso suele ser habitual que no les vayan bien los estudios y suspendan. Entonces, los padres tienen tendencia a pensar que las niñas son menos inteligentes y que no tienen por qué ir a la escuela“.
10) Ser pobre multiplica la probabilidad de casarse de niña
Las niñas pobres “tiene 2,5 veces más probabilidades de casarse en la infancia que las que tienen más recursos”. Unicef también alerta de esta situación, en la que el matrimonio infantil se convierte “en una estrategia para la supervivencia económica, ya que las familias casan a sus hijas a una edad temprana para reducir su carga económica”. La lucha contra la pobreza, además de la educación y la legislación en contra de la discriminación de género es fundamental para combatir esta violación de los derechos de los niños.
Navaneetha Harijana habría sido una de ellas si no fuese por la intervención de la Fundación Vicente Ferrer, que consiguió detener la boda cuando sólo faltaba una semana para su celebración. Ella tenía 15 años y su padre escuchó los rumores de que se había enamorado de un chico y le ordenó dejar de acudir a la escuela para casarla con su tío. Su madre, que también contrajo matrimonio cuando le llegó la primera menstruación y quedó embarazada a los 15, accedió. “Mi marido, además, está preocupado por el tema de la dote, porque cuanto más mayor sea la niña, más dinero hay que ofrecer, y nosotros somos pobres”, explicó a eldiario.es.
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Este artículo contiene información de Javier Molina, Sofía Pérez, Maribel Hernández, Zigor Aldama, Paz Vaello Olave, Ana Boyero, Laura Olías y Gabriela Sánchez.