Un juzgado anula una multa de Delegación de Gobierno a un activista contra los controles racistas

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 26 ha anulado la multa impuesta por la Delegación de Gobierno a un activista de Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos que había sido sancionado por la policía mientras realizaba labores de seguimiento y documentación de los controles de identificación racistas. El colectivo había denunciado a la institución por vulnerar sus derechos fundamentales en septiembre de 2012, por lo que, según ha anunciado, recurrirá la sentencia al considerarla insuficiente.

Los activistas del colectivo denuncian la vulneración de los derechos de libertad de asociación, expresión y utilización de medios de prueba. Ahora exigen que la justicia estime que éstos fueron incumplidos por la Delegación de Gobierno de Madrid. El juzgado de lo Contencioso Administrativo ha declarado nula la sanción impuesta por la institución a un participante de Brigadas por “infringir el principio de presunción de inocencia”.

Según denuncian desde Brigadas Vecinales, entre diciembre de 2010 y mayo de 2011, sufrieron varias sanciones por observar y documentar controles en los que la policía utilizaba criterios étnicos o raciales para seleccionar a las personas identificadas. En este periodo de tiempo, aseguran, ocho brigadistas fueron sancionados por la vía administrativa. En total, las multas sumaban 3.450 euros. Tal y como afirman, en noviembre del mismo año, la presión se intensificó y cuatro de sus activistas fueron sancionados por la vía penal, todos ellos posteriormente absueltos.

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Durante los últimos años se han conseguido erradicar diferentes prácticas discriminatorias, como las órdenes de detenciones de cupos de inmigrantes, cuando se hizo pública una circular que obligaba a detener a un número mínimo a la semana de extranjeros en situación irregular durante el Gobierno de Zapatero. A pesar de los logros, Brigadas Vecinales de los DDHH, también constataron en su último informe que los controles a inmigrantes no han cesado, sino que ha cambiado el método de efectuarlos: según mencionan, ahora se llevan a cabo de una forma más discreta, evitan identificaciones en masa y suelen estar protagonizados por policías vestidos de paisano.

Además, un estudio de la Universidad de Valencia y la Universidad de Óxford basado en datos de Metroscopia publicado la semana pasada constata que las personas pertenecientes a minorías étnicas tienen de media dos veces más probabilidades de ser paradas en la vía pública que el resto de la población. Mientras que, presentar un aspecto concreto como el magrebí multiplica por 7,5 las posibilidades de ser identificado y tener apariencia gitana, 10 veces más.