Mueren dos inmigrantes subsaharianos en una redada de las fuerzas marroquíes próxima a Ceuta

Dos inmigrantes cameruneses han muerto asfixiados en una cueva en la localidad marroquí de Fnideq (Castillejos), próxima a la frontera española de Ceuta, durante una redada de las fuerzas auxiliares marroquíes, según denuncian a eldiario.es dos inmigrantes que aseguran haber visto los cuerpos sin vida de sus compañeros. Se trata de dos jóvenes de Camerún de 24 y 23 años de edad, “Vapeur” y “Le Bir”, los apodos por los que les conocen.

Según el testimonio de los inmigrantes, a las diez y media de la mañana del lunes un escuadrón de las fuerzas auxiliares entró en uno de los bosques junto a Fnideq para arrestar a los inmigrantes subsaharianos que se esconden en él esperando la ocasión para cruzar a Ceuta. Duermen en tiendas de campaña fabricadas con plásticos y en unas pocas cuevas, donde los jóvenes encuentran algo más de abrigo del frío que ya empieza a notarse en el norte de Marruecos. “Estábamos en el bosque y las fuerzas auxiliares vinieron a arrestarnos como de costumbre, pero no nos encontraron. Cuando volvimos nos dimos cuenta de que habían prendido fuego a una de las cuevas”, explica a eldiario.es Michael, un inmigrante camerunés que sigue escondido en la ciudad.

Con los paramilitares persiguiéndoles, la mayoría de ellos huyó del bosque, pero algunos regresaron por la tarde. Lo habitual en las redadas de las fuerzas auxiliares marroquíes es que los agentes quemen las pertenencias de los inmigrantes: mantas, ropa y plásticos. “Volvimos a las 19.30 a la cueva y había dos cuerpos. Uno era un chico al que llaman Le Bir. El otro es mi amigo Vapeur”, relata el joven. Michael no quiso adentrarse en la cueva porque aún había humo. Tampoco quiso tocar los cuerpos: “Es la policía quien debe levantar los cadáveres”, así que un grupo de unas diez personas se acercó hasta la comisaría para denunciar lo que había ocurrido.

“En la comisaría nos dijeron que irían a la cueva a primera hora de esta mañana, a las ocho, pero nadie ha aparecido por aquí”, cuenta Brian, otro de los inmigrantes que vio los cuerpos sin vida de “Vapeur” y “Le Bir”. Brian ha pasado la mañana haciendo guardia frente a la cueva. “No quería dejar aquí a mi amigo, a 'Vapeur', y no sabemos si hay más cuerpos en el interior”, explica.

Desde Tánger, Helena Maleno, investigadora sobre migraciones del Colectivo Caminando Fronteras, ha alertado a las autoridades marroquíes: “Hemos pedido a la policía y al CRDH de Tánger, Tetuán y Rabat (Centro Regional de Derechos Humanos, un organismo oficial de carácter consultivo nombrado por el rey) que se desplacen hasta allí para hacer un atestado y levantar los cuerpos. De momento no hemos recibido ninguna respuesta”, asegura.

Redadas diarias y expulsiones al sur

Con el objetivo de alejar a los inmigrantes de las fronteras españolas, en los últimos meses Marruecos ha intensificado las redadas en el norte del país, que se ha convertido en una zona vedada a cualquier inmigrante subsahariano sin la tarjeta de residencia. Esto es más frecuente desde principios de octubre, cuando 87 inmigrantes lograron entrar en Ceuta a través del espigón de Benzú. Las redadas son prácticamente diarias en Tánger y en los alrededores de Ceuta.

En las últimas semanas, varios inmigrantes han denunciado a este diario haber sido arrestados en plena calle, en Tánger, y expulsados al sur, desde donde siempre acaban arreglándoselas para subir de nuevo al norte y buscar la oportunidad de llegar a Europa. Michael volvió la semana pasada de Tiznit, a 900 kilómetros al sur. Calvino, otro amigo de “Vapeur”, está en Agadir, después de que fuera expulsado el viernes pasado desde los bosques de Fnideq. Hasta allí ha llegado la noticia sobre su amigo muerto.