Falta de un sistema de registro eficaz de las solicitudes de asilo, agentes no identificados, escasez de comida y “una rata de grandes dimensiones” muerta en una rejilla del techo de la sala de estar. El magistrado en funciones de control del CIE de Aluche ha vuelto a la carga con un conjunto de providencias y autos en los que ordena solucionar una serie de deficiencias detectadas en repetidas ocasiones, según ha difundido las ONG con presencia en el centro.
El titular del juzgado de instrucción número 6 de Madrid, Ramiro García de Dios, ha exigido una vez más que “cumpla las resoluciones judiciales emitidas anteriormente respecto a la tramitación de las solicitudes de asilo, la correcta identificación de los agentes de policía o las deficientes condiciones de climatización y alimentación del centro”, indican organizaciones como Sos Racismo y Pueblos Unidos en un comunicado.
En esta línea, ha solicitado el cumplimiento de lo acordado en la resolución del 3 de octubre 2016, por la que se ordenaba la organización de un sistema de registro de las solicitudes de asilo “en horario de 9 a 14 horas todos los días hábiles en un lugar concreto del CIE, con personal suficiente para que las personas internas puedan entregar en mano su solicitud de asilo y recibir, en ese momento, copia sellada de los documentos que presenten”.
En la actualidad, solo es posible pedir protección internacional en el centro de internamiento de Madrid a través de un buzón que, según las organizaciones, “solo se abre una vez al día, sin recibir copia sellada de la misma en ese momento”. Las ONG denuncian que este mecanismo “se abre una vez al día resulta un procedimiento poco riguroso para el ejercicio de un derecho tan serio e importante”.
De nuevo, el magistrado ha detectado en el CIE de Madrid a agentes de la Policía sin la placa identificativa colocada una lugar visible. Como detalla las organizaciones con presencia en el centro, en el auto de Ramiro García de Dios señala en un auto emitido el 8 de enero que “la falta de identificación permite la impunidad denunciada por personas internadas, cuando los agentes de Policía se extralimitan verbalmente o utilizando la fuerza ilegítima contra las personas internadas”. La falta de identificación, apunta, “se traduce en la imposibilidad, que parece buscada, de identificar a los Agentes que se extralimitan verbal o físicamente con las personas internadas”.
Según explica Sos Racismo atendiendo a los últimos autos y provoidencias del juez de control, se detecto que el “frío reinante era intenso” en las salas de estar. El magistrado también probó la comida y concluyó que “tanto el primer como el segundo plato se caracterizaban por su escasez de contenido”.
Por último, las organizaciones indican que, durante la visita del día 13 de enero 2018, el juez pudo ver “una rata de grandes dimensiones muerta, situada en el techo de rejilla de la sala de ocio”.
“La vertiginosa capacidad reproductiva de estos roedores puede provocar problemas serios para la salud, y demuestra que algo falla en el servicio de desratización y desinsectación del Centro”, han denunciado las ONG.