La adolescente kosovar pensaba acudir a una exposición de obras de arte cuando recibió la llamada que trastocaría la vida que durante cuatro años había forjado en Francia. Era el alcalde de Levier, Albert Jeannin. Pedía a la niña que le pasase con su profesora. Leonarda cumplió las órdenes. La responsable de los alumnos escuchó estupefacta las indicaciones del agente de la policía que comenzó a hablar desde el otro lado del teléfono: exigía que frenasen el autobús, la niña gitana de 15 años debía ser detenida en ese mismo momento.
Leonarda Dibrani, una estudiante kosovar gitana de 15 años, no llegó a la excursión a la que se dirigía con sus compañeros de instituto de la localidad francesa de Levier. La adolescente fue detenida durante el trayecto, delante del resto de alumnos que la acompañaban para ser expulsada del país junto al resto de su familia. Vivían desde hace cuatro años y diez meses en Francia pero, a dos meses de normalizar su situación administrativa, un delito cometido por su padre determinó la expulsión de todos ellos para el 9 de octubre, según publica El País. La orden de deportación no esperó: la policía frenó el autobús donde se encontraba y la joven fue obligada a entregarse en el aparcamiento de un instituto. Al día siguiente fueron deportados.
El padre de la familia estaba detenido desde finales de agosto tras haber sido arrestado en Mulhouse. Su deportación fue aplazada en dos ocasiones y finalmente programada para el 8 de octubre por la mañana, según informa el diario francés Mediapart. Después de esta expulsión, la señora Dibrani, la madre de Leonarda, reafirmó su promesa de permanecer en Francia por el bien del futuro de sus hijos: los niños tienen entre 5 y 17 estaban en Francia desde hace casi 5 años, y hablan un perfecto francés. La más pequeña, Medina, nació en Francia hace unos meses.
Los profesores del instituto de Leonarda, André Malraux de Levier, han mostrado su indignación ante la detención de la adolescente y las circunstancias de esta. “Es vergonzoso para todos aquellos que, de cerca o de lejos, el alcalde, los funcionarios de la PAF, los miembros del gabinete, ya sean tontos o bastardos, colaboraron en la detención”, denuncian a través de una carta publicada por Mediapart. “Esta desafortunada familia paga, como otros, la cobardía política de sucesivos ministros del Interior, de Nicolas Sarkozy a Manuel Valls -ministro actual- pasando por Hortefeux, Besson y Guéant”, añaden.
El escandoloso episodio llega casi un mes después de que el ministro del Interior francés, Manuel Valls, defendiese el desmantelamiento de los campamentos de gitanos y búlgaros de Francia. En aquel momento aseguraba que estas personas serían deportadas. Leonarda y su familia han comprobado que, efectivamente, hablaba en serio.