El llanto de una madre irrumpe entre las sirenas y el rugir del motor los furgones policiales en la ciudad marroquí de Fnideq, también conocida como Castillejos. La mujer, que prefiere ocultar su nombre, sujeta su móvil y lo levanta en alto. Una foto de una joven. Es su hija. Hajar tiene 16 años y es una de las decenas de jóvenes que han participado en el intento de entrada hacia Ceuta en la madrugada del 15 de septiembre. “El sueño de mi hija es ir a Europa, pero nunca imaginé que lo intentaría así”, cuenta su madre. Ambas viven en Tetuán, desde donde se trasladó su hija y, poco después, salió su madre en su búsqueda: “Volví a casa a las 4 de la tarde y ya no estaba” relata.
Alrededor de la angustia de la madre de Hajar continúa el frenesí migratorio. De camino al puesto fronterizo, el taxista vislumbra una realidad, que, en este rincón del continente, no existe: “Sueño con un mundo sin fronteras con jóvenes cualificados y educados. Ojalá esto no pasara”, se sincera. Frente al paso fronterizo, que separa Marruecos de España, una hilera de militares, policía y fuerzas de seguridad aguantan escudos antidisturbios. Cada cinco minuto, un pelotón de furgonetas blancas, así como otros vehículos policiales acceden a un espacio acordonado. Dentro, los jóvenes detenidos en diferentes puntos de la ciudad y alrededores son trasladados a un autobús, con el que son reubicados a otros puntos del país. Algunas fuentes locales cuentan que los jóvenes son trasladados a Tánger o Casablanca, mientras que otros apuntan a ciudades más próximas al Sáhara.
A la una de la madrugada, fuentes policiales aseguran haber detenido a alrededor de 1.500 personas, mientras que diversas fuentes locales estiman que la cifra no supera el millar. A las tres de la mañana, el despliegue se intensifica y las fuerzas policiales suben a una parte de la colina colindante al paso entre Castillejos y Ceuta. A las cuatro, un helicóptero de la gendarmería marroquí sobrevuela la zona, mientras que un grupo de jóvenes, de entre 15 y 17 años, avanzan colina abajo interceptados por varios guardias.
Las imágenes de los intensos despliegues policiales en Castillejos no son nuevas. Las autoridades marroquíes han asegurado que, solo durante el mes de agosto, han interceptado a 14.648 migrantes que intentaban cruzar, tanto a nado como saltando las vallas, hacia las ciudades norteafricanas españolas de Ceuta y Melilla. En el mismo periodo, 37 personas han muerto en el paso entre Ceuta y Castillejos.
Una llamada en redes sociales
Desde hace varias semanas, las redes sociales en Marruecos se han inundado con publicaciones que promovían un intento de migración en grupo hacia la ciudad autónoma de Ceuta. Bajo el emblema, “15-9 (que hace alusiones a la fecha del intento de salto) Fnideq-Ceuta”, la campaña amenazaba con desbordar los controles policiales.
Durante la última semana, la Dirección General de Seguridad Nacional marroquí anunció en la red social X (antes conocido como Twitter) “la detención de 60 personas sospechosas de participar en la fabricación y difusión de noticias falsas en las redes sociales que incitan a la organización de operaciones masivas de inmigración ilegal”. La fuente oficial argumentó que las operaciones de seguridad se enmarcaron bajo los intereses de la seguridad nacional y del control territorial. Algunos de los participantes quedaron detenidos en varias ciudades marroquíes, mientras que el resto fueron interceptados a su llegada a Tánger en tren o autobús.
Además, el servicio de inteligencia interior, la Dirección General de Seguridad del Territorio señala el aumento de mensajes en redes sociales que incitan a entrar en Ceuta y Melilla a través de “noticias falsas”.
Cierres intermitentes en la frontera de Ceuta
A las 11 de la mañana del domingo, en lo alto de la carretera que une la última rotonda de Castillejos con el paso fronterizo hacia Ceuta, un grupo de jóvenes asoman por la colina. No hay respiro y continúan los intentos en Castillejos. La fila de gendarmería frente a la entrada y salida de vehículos entre ambas fronteras continúa implausible y una noticia hace saltar todas las alarmas: alrededor de 200 personas de origen subsahariana y marroquí han intentado saltar la valla de la frontera de Ceuta a la finca Berrocal, según informa EFE.
A las medidas de contención por parte de Marruecos se suma el despliegue de efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil en la parte española de la frontera. Ante la presión migratoria, las fuerzas de seguridad de Marruecos han decidido cerrar la frontera, mientras que España también ha realizado cierres intermitentes, según confirman fuentes de la Delegación del Gobierno a El Faro de Ceuta.
La misma fuente confirma que este domingo se ha registrado la única muerte de un joven que intentaba cruzar a nado el pase hacia Ceuta. Todavía no hay información acerca de la identidad del joven hasta que sea trasladado a la morgue del hospital regional de Tetuán, donde será identificado.